La “esposa fugitiva” que dejó su casa, se lanzó a la ruta y se volvió celebrity
Harta de toda una vida de encierro doméstico, una mujer china decidió recorrer el país sola en auto y se convirtió en un inesperado emblema feminista para las mujeres de su país
por Joy Dong y Vivian Wang » The New York TimesNytSu Min, de 56 años, asegura que nunca había sido tan feliz en su vida como en estos últimos seis meses de viaje solitario
Pasa las noches sola, acurrucada en una carpa de 1,5x2,5 metros sostenida por parantes sobre el techo de auto. La mayoría de las veces aprovecha para comer en las playas de estacionamiento. Desde que arrancó su travesía, hace seis meses, vio una sola vez a su hija y sus nietos, y a su esposo nunca.
Su Min es una jubilada de 56 años de la provincia de Henan, en China central, y nunca ha sido tan feliz en su vida como ahora.
“Fui esposa, madre y abuela”, dice Su. “Ahora salí a buscarme a mí misma.”
Después de cumplir con los mandatos familiares de ser una hacendosa mujer china, Su se sumergió en su nueva identidad: ser una rutera intrépida y una celebridad en las redes.
Hace seis meses que recorre China sola en auto y va documentando su viaje para más de sus 1,35 millones de seguidores en diversas plataformas y redes sociales.
Pero el mayor atractivo de su crónica no son las espectaculares vistas que captura con su cámara, aunque publica muchas, sino las íntimas revelaciones que va intercalando sobre el matrimonio abusivo que padecía, su insatisfacción con la vida doméstica, y esa libertad recién descubierta. La actitud directa y al mismo tiempo vulnerable convirtieron a Su —obrera de fábrica jubilada, con educación secundaria— en un ícono feminista accidental, de esos que en china no abundan.
Casi famosa
Recibe mensajes de mujeres mayores que se identifican con su dolorosa historia familiar, y en cada uno de los destinos que va visitando la reciben con frutas y platos caseros.
Para las mujeres más jóvenes, Su es una fuente de consejos sobre el matrimonio y la crianza de los hijos. “Ojalá mi madre fuera como la tía Su y viviera su propia vida, en vez de estar atrapada y encerrada por la vida”, escribió una de sus seguidoras en los comentarios a uno de sus videos.
La inesperada popularidad de Su expresa la colisión de dos poderosas fuerzas de la sociedad china: la vertiginosa propagación del uso de internet y el florecimiento de la conciencia de la igualdad de género en un país donde los roles de género tradicionales tienen raíces profundas, especialmente entre los adultos mayores.
“Antes pensaba que era la única persona infeliz del mundo” dice Su desde el interior de su carpa color beige, poco antes de abandonar la tropical región de Hainan, la provincia más meridional de China, para rumbear hacia Guilin, una ciudad famosa por la exuberancia de sus colinas, a unos 80 kilómetros de distancia.
“Recién me di cuenta de que había muchos otros como yo cuando empecé a compartir mis videos online.”
Hasta hace seis meses, Su prácticamente no había viajado, pero siempre la había fascinado la idea de manejar. Como había crecido en el Tíbet, a veces perdía el micro escolar de vuelta a casa y tenía que caminar 15 kilómetros por la montaña.
Cada vez que pasaba un camión, se imaginaba cómoda y segura sentada al volante. Pero por entonces muy poca gente tenía auto propio, y le parecía un sueño imposible.
A los 18, se mudó a Henan y entró a trabajar en una fábrica de fertilizante. Cinco años después, se casó con su esposo, al que había visto apenas unas pocas veces —algo normal en aquella época—, pero le pareció que el matrimonio podía abrirle una vía de escape de las interminables tareas que cargaba sobre sus espaldas en el hogar paterno.
Pero de pronto vio que no solo estaba sometida a más tareas domésticas que antes, sino además al abuso físico y verbal de su esposo, que desaparecía durante días y que le pegaba cuando ella le preguntaba dónde había estado. A veces la golpeaba con una escoba.
Videos salvadores
Pero a Su ni siquiera se le ocurría dejarlo, por temor a la estigmatización social, que en China todavía es muy fuerte.
Así que se resignó a su vida doméstica. En 2017, su hija dio a luz a mellizos, y Su tuvo que hacerse cargo de cuidarlos, una tarea que le gustaba cumplir, pero que nuevamente la mantenía atada a la casa. Y aunque la edad había atemperado el carácter de su esposo, apenas se hablaban, y cuando lo hacían, era para pelearse.
Su buscó refugio en la lectura de novelas sobre viajes en el tiempo y en las telenovelas coreanas de la televisión, pero se sentía profundamente sola. Recuerda que cuando discutía muy fuerte con su marido, a veces se desmayaba. Finalmente, le diagnosticaron depresión.
Y entonces, a fines de 2019, se cruzó en un internet con un video de alguien que mostraba su equipo de acampar en medio de un viaje solitario por la ruta. En ese momento recordó los sueños de manejo de su infancia
Durante los meses siguientes, devoró todos los videos sobre viajes ruteros que pudo encontrar. Anotaba todo: qué aplicaciones usaban para encontrar los mejores campings, los trucos para ahorrar dinero.
Tardó poco en tomar la decisión: cuando sus nietos, los mellizos, empezaran preescolar, ella se lanzaría a un viaje en solitario por su cuenta. Unos años antes se había comprado un pequeño Volkswagen blanco, con sus ahorros y una pensión mensual de alrededor de 300 dólares.
La familia se resistió a la idea. Su le perjuró a su hija que no le iba a pasar nada. Al marido directamente lo ignoró, porque se burló de ella.
El 24 de septiembre instaló la carpa sobre el techo de su automóvil, cargó una mini-heladera y una olla arrocera eléctrica y partió de su casa en la ciudad de Zhengzhou.
La viajera
Empezó publicando actualizaciones con videos de su viaje a medida que avanzaba, y en octubre uno de ellos se volvió viral en Douyin, el Tiktok chino. En ese video, habla de la opresión que sentía por su esposo y las tareas domésticas.
“¿Por qué quiero irme de viaje en auto?”, se pregunta con un suspiro. “Porque la vida en mi casa me resulta totalmente abrumadora.”
Millones de usuarios vieron el video y lo compartieron con hashtags como “esposa fugitiva”.
Su siguió su viaje por todo el país, visitando la histórica Xi’an, la montañosa Sichuan y el casco antiguo de Lijiang: ya recorrió más de 15.000 kilómetros.
Para ahorrarse el peaje de algunas autopistas, elige las rutas nacionales. De noche despliega la carpa encima de auto como un acordeón. Allá arriba se siente segura. Y cada mañana, antes de arrancar, cuelga a secar la toalla mojada en el asiento trasero.
En los videos se la ve maravillada con su nueva libertad, contenta de poder decidir cuándo acelerar y cuándo ir más lento, y habla de los amigos que va haciendo a lo largo del camino.
En un video de febrero se la ve comiendo albóndigas en cámara en una playa de estacionamiento de Hainan, riéndose de unos turistas que al pasar le preguntaron con quién viajaba.
“Me encanta la comida picante, pero a mi familia no le gusta, así que me obligaba a no comer picante”, dice Su. “Desde que me fui puedo comer picante todos los días.”
En las redes también ha encontrado hostilidad. Una vez, un hombre le preguntó cómo podía ventilar así los asuntos privados de su familia y le dijo si alguna vez se la encontraba personalmente la iba a golpear.
La hija de Su, Du Xiaoyang, quien la visitó en Hainan el mes pasado, dice que su madre es una nueva persona.
“Hace lo que quiere hacer, así de simple, mientras que antes parecía tener miedo de todo”, dice la hija.
En marzo, el sitio web de compras de lujo Net-a-porter hasta la incluyó en un anuncio del Día Internacional de la Mujer.
Pero Su se avergüenza un poco cuando le preguntan por su repentina celebridad, y dice que aún no se siente calificada para reclamar el título de feminista.
“Me tomó muchos años darme cuenta de que tenía que vivir para mí misma.” Hace una pausa: “Es algo a lo que me estoy despertando, no es algo que simplemente soy.”
Y también hay límites para lo que está dispuesta a cambiar.
Aunque está decidida a mudarse si su esposo sigue tratándola mal, dice que no quiere el divorcio, porque sabe que si ella se va del todo, su hija se sentiría obligada a cuidar de su padre.
Por el momento, sin embargo, trata de no pensar demasiado en ese eventual regreso a casa. Primero tiene que recorrer toda China, y concretar ese sueño podría llevarle varios años.
“Ahora que finalmente salí del armario, necesito tiempo para dejar realmente atrás esa vida”, dice Su. “Hay muchas cosas que con el paso del tiempo tienen un desenlace que nunca imaginamos.”
De noche en su carpa, arriba del auto, se siente segura
Para las mujeres jóvenes, es una fuente de consejos y enseñanzas
Se avergüenza un poco cuando le preguntan por su repentina celebridad
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