La preparación de la aventura amorosa, de Francisco Bitar
La vida sentimental, ese artefacto vivo y continuo
C. E.
El título de la última novela de Francisco Bitar (Santa Fe, 1981), La preparación de la aventura amorosa –primera entrega de una serie bautizada “De ahora en adelante”– es sugerente. Lo que promete no es una aventura que podría darse a espaldas del pacto de monogamia, aunque algo de eso haya. Aquí es “la” aventura, la que comienza en la infancia, o incluso antes, y cuyos rasgos marcarán la manera en la que se piense el amor durante toda la vida. Bitar habla de preparación: son los preámbulos, las disquisiciones internas de Cerro, el protagonista, lo que ocuparán el centro del relato. El título, entonces, es una declaración de principios: lo que importa no es el suceso en sí mismo, sino la narrativa que lo rodea.
El título de la última novela de Francisco Bitar (Santa Fe, 1981), La preparación de la aventura amorosa –primera entrega de una serie bautizada “De ahora en adelante”– es sugerente. Lo que promete no es una aventura que podría darse a espaldas del pacto de monogamia, aunque algo de eso haya. Aquí es “la” aventura, la que comienza en la infancia, o incluso antes, y cuyos rasgos marcarán la manera en la que se piense el amor durante toda la vida. Bitar habla de preparación: son los preámbulos, las disquisiciones internas de Cerro, el protagonista, lo que ocuparán el centro del relato. El título, entonces, es una declaración de principios: lo que importa no es el suceso en sí mismo, sino la narrativa que lo rodea.
La novela comienza con Cerro a los nueve años: sueña que un auto arrolla a su madre. Ese sueño, que con variantes lo seguirá a lo largo de la vida, tiene ese día un peso clave: es la primera vez que está enamorado. “De aquí en adelante”, dice el narrador, “por cada vez que se enamore, ya sea hacia el esplendor de la juventud, ya sea durante la vida adulta, el mensaje que venga de su interior será el mismo: todo nuevo amor, incluso toda posibilidad de un nuevo amor, se verá amenazado por la sombra agónica de su madre.”
A partir de entonces, el relato sigue la vida de Cerro, sus peripecias como adolescente tardío en casa de sus padres, ya vagabundo y sin techo, ya viviendo de prestado en lo de unos tíos en un pueblo cercano, o casado y buscando a un hermano esquivo. En determinado momento, como si se tratara de un ensayo, Bitar suspende el hilo narrativo para enumerar cronológicamente el historial amoroso del protagonista. Registra el nombre, la edad, la “situación de encare”, la “ruptura” y por último “el rasgo que prevalecerá” para sus encuentros futuros. Este recurso que recuerda un poco a Roland Barthes –pareciera imposible ya hablar de amor sin pensar en Fragmentos de un discurso amoroso– y otro poco al listado de exnovias de Alta fidelidad del inglés Nick Hornby, muestra la manera en la que el autor piensa la novela: un artefacto vivo, un espacio de experimentación.
Hay un movimiento interesante: la novela sigue la interioridad de Cerro, pero los acontecimientos que lo llevan a estar dónde está –a cambiar de estado civil o a pasar del pueblo a la ciudad– no se cuentan. el lector es testigo de sus peripecias, pero ante todo de una peripecia interior, infinita e irresuelta. Bitar construye un narrador que no afirma, sino que propone posibilidades, un poco a la manera de Martín Kohan o Sergio Chejfec. La materia es doble: el amor y el lenguaje. Se dirá que no hay novedad en eso, pero la manera de moldear la narración es el corazón de La preparación de la aventura amorosa. Solo queda esperar el volumen que continúe la serie.
La preparación de la aventura amorosa
Por Francisco Bitar
Tusquets. 192 páginas. $ 1190
A partir de entonces, el relato sigue la vida de Cerro, sus peripecias como adolescente tardío en casa de sus padres, ya vagabundo y sin techo, ya viviendo de prestado en lo de unos tíos en un pueblo cercano, o casado y buscando a un hermano esquivo. En determinado momento, como si se tratara de un ensayo, Bitar suspende el hilo narrativo para enumerar cronológicamente el historial amoroso del protagonista. Registra el nombre, la edad, la “situación de encare”, la “ruptura” y por último “el rasgo que prevalecerá” para sus encuentros futuros. Este recurso que recuerda un poco a Roland Barthes –pareciera imposible ya hablar de amor sin pensar en Fragmentos de un discurso amoroso– y otro poco al listado de exnovias de Alta fidelidad del inglés Nick Hornby, muestra la manera en la que el autor piensa la novela: un artefacto vivo, un espacio de experimentación.
Hay un movimiento interesante: la novela sigue la interioridad de Cerro, pero los acontecimientos que lo llevan a estar dónde está –a cambiar de estado civil o a pasar del pueblo a la ciudad– no se cuentan. el lector es testigo de sus peripecias, pero ante todo de una peripecia interior, infinita e irresuelta. Bitar construye un narrador que no afirma, sino que propone posibilidades, un poco a la manera de Martín Kohan o Sergio Chejfec. La materia es doble: el amor y el lenguaje. Se dirá que no hay novedad en eso, pero la manera de moldear la narración es el corazón de La preparación de la aventura amorosa. Solo queda esperar el volumen que continúe la serie.
La preparación de la aventura amorosa
Por Francisco Bitar
Tusquets. 192 páginas. $ 1190
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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