Ante la nueva ola de Covid, cabeza fría y corazón calient
Juan Carlos de Pablo
El economista afroamericano Thomas Sowell les aconseja a sus compatriotas que cuando un policía blanco mata a “uno de los suyos” expresen su bronca de mil maneras diferentes, pero no incendiando los supermercados vecinos. Porque si hacen esto, al día siguiente continuará la brutalidad policial, pero ellos no tendrán dónde comprar pan, leche o papel higiénico. Nítida aplicación de la máxima marshalliana, según la cual hay que poner la cabeza fría al servicio del corazón caliente.
En la Argentina de 2021 tenemos que hacer lo mismo. Excepto para los incondicionales, la lista de quejas referidas al accionar del actual gobierno es bien extensa. En todos los órdenes: vacunas, economía, relaciones exteriores, etc. Hay razones objetivas para tener el corazón caliente.
A todo lo cual hay que agregar la nueva ola de Covid, que ya está entre nosotros y se potenciará en las próximas semanas.
Mensaje para quienes sostienen que nada puede hacerse, que la sociedad está harta, etc. ¿Qué tal si, en el nombre de que toda restricción es política y socialmente incorrecta, no se hace nada y –Dios no lo permita– llegamos a 50.000 contagios diarios y al respectivo colapso sanitario, que quiere decir que para que algún ser humano ingrese a terapia intensiva hay que esperar que otro sane o muera?
¿Qué tiene que hacer el presidente de la Nación al respecto? Hablar por cadena nacional, leyendo el siguiente texto: “En materia de pandemia/cuarentena, a la luz de los resultados, no hemos dejado macana por hacer. ¿Me quiere castigar? En octubre próximo vote a la oposición. Pero mientras tanto, además de barbijo, alcohol en gel, distancia social, testeos, vacunación, etc., en algunas jurisdicciones tendremos que implementar las siguientes restricciones”.
El argentino que, por la bronca que tiene, desafía las medidas que se adopten, no lo joderá a Alberto Ángel Fernández, sino a él y a los suyos.
No sé si va a ocurrir, pero aquí quiero enfatizar la importancia de mantener la cabeza fría. El argentino que, por la bronca que tiene, desafía las medidas que se adopten, no lo joderá a Alberto Ángel Fernández, sino a él y a los suyos.
Equivale al afroamericano que incendia el supermercado. La cabeza fría pasa por cuidarnos y seguir las reglas y que en octubre próximo el oficialismo pierda por goleada.
Mucho se aprendió en los últimos 12 meses acerca de cómo se trasmite el coronavirus. Esta información tiene que ser utilizada para que las restricciones que se quieran imponer sean específicas y localizadas, y por ende de cumplimiento más probable
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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