Entre el documental y el cuento
EL UNIVERSO DE CLARITA
P. V. P.
(argentina/2020). dirección, Guion y producción: Tomás Lipgot. Fotografía y cámara: Javier Pistani. Elenco: Clara Micheletti, Sofía Méndez, Yayo Ekdesman, Alejandro López, Víctor Buso y Beatriz García. distribuidora: Santa Cine. duración: 74 minutos. calificación: apta para todo público.
Desde su Rosario natal y siguiendo su prematura curiosidad por el cosmos, Clarita ha decidido ser astrónoma. En sus dibujos de niñez todavía viste el traje de astronauta, pero su vocación ha quedado tan definida como la del pionero Galileo Galilei. Clarita es más que el personaje estrella del documental de Tomás Lipgot, es el pequeño motor que conecta las fantasías de Georges Mélies sobre la luna con los milagros científicos de la fotografía artesanal. Es su mente inquieta y contestataria la que hace preguntas y persigue respuestas, la que convierte el viaje de la película en la misma experiencia de su pasión inagotable.
El universo de Clarita une el documental con el cuento infantil, con su lógica y su infinito asombro. El punto de partida parece ser un taller sobre astronomía social para chicos, la decisión de los maestros de llevarla en una excursión sobre hallazgos y revelaciones del cosmos, un viaje por el río y el planetario, las tradiciones de pueblos originarios sobre las constelaciones, el rumbo de los meteoritos. Pero todo se expande cuando su mirada se amalgama con la pantalla y es Lipgot el que alimenta la riqueza de su personaje, captura sus ocurrencias, comprende la complicidad con su familia y sus maestros, modela la materia misma de esa extraña conmoción que nos invade, la que también replica la inmensidad de ese cielo inalcanzable.
Un film con solo buenas intenciones
OJOS DE ARENA
(argentina/2020). dirección, Guion y producción: Tomás Lipgot. Fotografía y cámara: Javier Pistani. Elenco: Clara Micheletti, Sofía Méndez, Yayo Ekdesman, Alejandro López, Víctor Buso y Beatriz García. distribuidora: Santa Cine. duración: 74 minutos. calificación: apta para todo público.
Desde su Rosario natal y siguiendo su prematura curiosidad por el cosmos, Clarita ha decidido ser astrónoma. En sus dibujos de niñez todavía viste el traje de astronauta, pero su vocación ha quedado tan definida como la del pionero Galileo Galilei. Clarita es más que el personaje estrella del documental de Tomás Lipgot, es el pequeño motor que conecta las fantasías de Georges Mélies sobre la luna con los milagros científicos de la fotografía artesanal. Es su mente inquieta y contestataria la que hace preguntas y persigue respuestas, la que convierte el viaje de la película en la misma experiencia de su pasión inagotable.
El universo de Clarita une el documental con el cuento infantil, con su lógica y su infinito asombro. El punto de partida parece ser un taller sobre astronomía social para chicos, la decisión de los maestros de llevarla en una excursión sobre hallazgos y revelaciones del cosmos, un viaje por el río y el planetario, las tradiciones de pueblos originarios sobre las constelaciones, el rumbo de los meteoritos. Pero todo se expande cuando su mirada se amalgama con la pantalla y es Lipgot el que alimenta la riqueza de su personaje, captura sus ocurrencias, comprende la complicidad con su familia y sus maestros, modela la materia misma de esa extraña conmoción que nos invade, la que también replica la inmensidad de ese cielo inalcanzable.
Un film con solo buenas intenciones
OJOS DE ARENA
D. B.
(argentina/2020)dirección: Alejandra Marino. Guion: Marcela Marcolini y Alejandra Marino. Fotografía: Connie Martin. Edición: Liliana Nadal. sonido y música: Pablo Sala. Elenco: Paula Carruega, Joaquín Ferrucci, Ana Celentano, Manuel Callau y Victoria Carreras. distribuidora: Aura Films. calificación: apta para mayores de 13 años. duración: 92 minutos
Carla (Paula Carruega) y Gustavo (Joaquín Ferrucci) están separados desde que ella, una psicóloga forense, perdió a su hijo Lucas, de cinco años, cuando estaba obsesionada por proteger a una joven llamada Leila que había sido captada por una organización dedicada a la trata. El chico no aparece, alguien se lo llevó y ellos se reúnen para investigar el caso de una niña también secuestrada que podría tener alguna relación con el de su hijo. Así, se instalan en la casona suburbana de Inés (Ana Celentano) y Horacio (Manuel Callau), los padres de la víctima, que también atraviesan una profunda crisis y una degradación de la salud mental.
La película combina (no siempre con demasiados aciertos) el drama íntimo de parejas sumidas en la culpa, la angustia y la desesperación con el thriller sobre el submundo de la trata y la prostitución incluso con algún aspecto que linda lo sobrenatural, como la aparición de Graciela (Victoria Carreras), una vidente que también busca a su hija desaparecida.
Hay en el corazón de Ojos de arena un valioso cuestionamiento a la violencia contra la mujer, al abuso de menores y a la corrupción generalizada, pero con las buenas intenciones y la corrección política no alcanzan para concretar un exponente de género que carece de la tensión, la fluidez y la solidez necesarias para atrapar al espectador y trascender el bienvenido (pero en este caso limitado) marco de la denuncia.
Un western diferente, con genuina emoción y gran sensibilidad
NOMADLAND
(argentina/2020)dirección: Alejandra Marino. Guion: Marcela Marcolini y Alejandra Marino. Fotografía: Connie Martin. Edición: Liliana Nadal. sonido y música: Pablo Sala. Elenco: Paula Carruega, Joaquín Ferrucci, Ana Celentano, Manuel Callau y Victoria Carreras. distribuidora: Aura Films. calificación: apta para mayores de 13 años. duración: 92 minutos
Carla (Paula Carruega) y Gustavo (Joaquín Ferrucci) están separados desde que ella, una psicóloga forense, perdió a su hijo Lucas, de cinco años, cuando estaba obsesionada por proteger a una joven llamada Leila que había sido captada por una organización dedicada a la trata. El chico no aparece, alguien se lo llevó y ellos se reúnen para investigar el caso de una niña también secuestrada que podría tener alguna relación con el de su hijo. Así, se instalan en la casona suburbana de Inés (Ana Celentano) y Horacio (Manuel Callau), los padres de la víctima, que también atraviesan una profunda crisis y una degradación de la salud mental.
La película combina (no siempre con demasiados aciertos) el drama íntimo de parejas sumidas en la culpa, la angustia y la desesperación con el thriller sobre el submundo de la trata y la prostitución incluso con algún aspecto que linda lo sobrenatural, como la aparición de Graciela (Victoria Carreras), una vidente que también busca a su hija desaparecida.
Hay en el corazón de Ojos de arena un valioso cuestionamiento a la violencia contra la mujer, al abuso de menores y a la corrupción generalizada, pero con las buenas intenciones y la corrección política no alcanzan para concretar un exponente de género que carece de la tensión, la fluidez y la solidez necesarias para atrapar al espectador y trascender el bienvenido (pero en este caso limitado) marco de la denuncia.
Un western diferente, con genuina emoción y gran sensibilidad
NOMADLAND
P. V. P. Disney
(Estados Unidos/alemania, 2020). dirección: Chloé Zhao. Guion: Chloé Zhao, Jessica Bruder. Fotografía: Joshua James Richards. Edición: Chloé Zhao. Elenco: Frances Mcdormand, David Strathairn, Linda May, Charlene Swankie, Patricia Grier, Cat Clifford. distribuidora: Disney. duración: 108 minutos. calificación: apta para mayores de 13 años.
André Bazin decía que el western había nacido del encuentro entre una mitología, el Oeste, y medio de expresión, el cine. Que era algo más que el horizonte y las cabalgatas, los hombres intrépidos y el paisaje de salvaje austeridad, era la esencia de una realidad más profunda, la del mito. Es ese mito el que deconstruye Chloé Zhao en su regreso de la frontera, espejo de aquel viaje de ida hacia un mundo de conquista y pertenencia. Y expone los mismos horizontes coloridos como consciente telón de fondo, la música insistente y por ello desmitificadora, la mujer que viaja hacia el encuentro con la ruta como su única protagonista.
Nomadland también recoge la tradición del desplazamiento de la generación beatnik, aquella juventud insatisfecha que fue a buscar el rumbo de la posguerra hacia las rutas salvajes. Sus personajes, prestados del documental, cargados de la poética ambigua de este pretendido mundo sin fronteras, también son “hauseless”, con un hogar en movimiento, con trabajos precarios y una vejez abierta a la misma incertidumbre que signaba aquella aventura de los pioneros.
Quizás alguna nota del piano de Ludovico Einaudi o algún atardecer en perfecta escuadra puedan confundir la genuina emoción con sentimentalismo. Pero el cine de Zhao recoge los pedazos de una civilización en crisis, las tradiciones que alimentan su propia crianza, desde su China natal hasta las enseñanzas de Sundance, la tentación de las coordenadas festivaleras con una verdadera vocación de acercarse a ese escenario desfamiliarizado, a ese pueblo ahora fantasma que vuelve al polvo previo a la construcción histórica.
Luego de la muerte de su marido y de la desaparición de la ciudad en la que trabajó y vivió con él, Fern (Frances Mcdormand) se aventura a los caminos como forma de supervivencia. Así como los temerarios vaqueros del S. XIX corrieron la frontera de lo desconocido en su propia épica, a Fern le queda la lírica de la despedida, en una casita rodante improvisada que contiene sus pertenencias y lo que queda de su historia. Pero en cada parada hay amigos y fogones, promesas de reencuentro en la siguiente temporada, la solidaridad de esos nómades que no necesitan el atrás para su camino hacia adelante.
Nomadland es una película que mira el mundo del presente con los ojos bien abiertos, y en el ejercicio de su propia consciencia nunca confunde su ficción con la realidad que la precede. Sus personajes habitan fuera de la cámara, en ese camino convertido en hogar, en esa vida en constante movimiento.
(Estados Unidos/alemania, 2020). dirección: Chloé Zhao. Guion: Chloé Zhao, Jessica Bruder. Fotografía: Joshua James Richards. Edición: Chloé Zhao. Elenco: Frances Mcdormand, David Strathairn, Linda May, Charlene Swankie, Patricia Grier, Cat Clifford. distribuidora: Disney. duración: 108 minutos. calificación: apta para mayores de 13 años.
André Bazin decía que el western había nacido del encuentro entre una mitología, el Oeste, y medio de expresión, el cine. Que era algo más que el horizonte y las cabalgatas, los hombres intrépidos y el paisaje de salvaje austeridad, era la esencia de una realidad más profunda, la del mito. Es ese mito el que deconstruye Chloé Zhao en su regreso de la frontera, espejo de aquel viaje de ida hacia un mundo de conquista y pertenencia. Y expone los mismos horizontes coloridos como consciente telón de fondo, la música insistente y por ello desmitificadora, la mujer que viaja hacia el encuentro con la ruta como su única protagonista.
Nomadland también recoge la tradición del desplazamiento de la generación beatnik, aquella juventud insatisfecha que fue a buscar el rumbo de la posguerra hacia las rutas salvajes. Sus personajes, prestados del documental, cargados de la poética ambigua de este pretendido mundo sin fronteras, también son “hauseless”, con un hogar en movimiento, con trabajos precarios y una vejez abierta a la misma incertidumbre que signaba aquella aventura de los pioneros.
Quizás alguna nota del piano de Ludovico Einaudi o algún atardecer en perfecta escuadra puedan confundir la genuina emoción con sentimentalismo. Pero el cine de Zhao recoge los pedazos de una civilización en crisis, las tradiciones que alimentan su propia crianza, desde su China natal hasta las enseñanzas de Sundance, la tentación de las coordenadas festivaleras con una verdadera vocación de acercarse a ese escenario desfamiliarizado, a ese pueblo ahora fantasma que vuelve al polvo previo a la construcción histórica.
Luego de la muerte de su marido y de la desaparición de la ciudad en la que trabajó y vivió con él, Fern (Frances Mcdormand) se aventura a los caminos como forma de supervivencia. Así como los temerarios vaqueros del S. XIX corrieron la frontera de lo desconocido en su propia épica, a Fern le queda la lírica de la despedida, en una casita rodante improvisada que contiene sus pertenencias y lo que queda de su historia. Pero en cada parada hay amigos y fogones, promesas de reencuentro en la siguiente temporada, la solidaridad de esos nómades que no necesitan el atrás para su camino hacia adelante.
Nomadland es una película que mira el mundo del presente con los ojos bien abiertos, y en el ejercicio de su propia consciencia nunca confunde su ficción con la realidad que la precede. Sus personajes habitan fuera de la cámara, en ese camino convertido en hogar, en esa vida en constante movimiento.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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