La Argentina, en manos de la improvisación
Fernández repitió a Fernández, pero, al cabo de un año, no es el mismo: ha sufrido en el campo sanitario una pérdida de autoridad incalculable y la contracara de esa pérdida es el temor a que se le desobedezca
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Carlos Pagni
Alberto Fernández, al anunciar las nuevas restricciones para el área metropolitana

Fernández repitió a Fernández. Pero, al cabo de un año, no es el mismo. Y se advierte hasta en el tono de contrariedad. Ha sufrido en el campo sanitario una pérdida de autoridad incalculable. La contracara de esa pérdida es el temor, que apareció anoche con toda claridad, a que se le desobedezca. Tuvo razón: terminó de hablar y estalló un cacerolazo. Ese temor se extiende a una insubordinación de los gobernadores que, a diferencia de Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta, fueron respetados en su autonomía. En el caso de Larreta, ni siquiera fue avisado sobre los nuevos impedimentos. Mucho menos consultado.

En una señal de gran desorientación, el Presidente identificó la decisión de ampliar las prestaciones médicas a otras enfermedades como un “relajamiento”. Como si la tarea del sistema médico fuera atender una sola patología.
Vacunación o confinamiento es la opción en la que quedó también atrapada ayer Carla Vizzotti quien, en otra manifestación de desorden en la toma de decisiones, había adelantado durante la mañana que no habría nuevos anuncios. Vizzotti se vio obligada a balbucear la noticia más inconveniente para cualquier gobierno del planeta: la campaña de inmunización, contra lo que sugirió el Presidente, está suspendida hasta que lleguen más vacunas. ¿Cuándo? No se sabe. El reconocimiento de esta situación corrobora una impresión general: el país está a cargo de una administración improvisada que, en el intento por superar sus desaciertos, termina enredada en una seguidilla de incoherencias. Una de las derivaciones de esta falta de método es la persistencia del malestar económico. La insoportable regresión hacia otra cuarentena tiene efectos recesivos que presionan sobre el gasto público, deshilvanan todavía más el programa de Martín Guzmán, y agigantan la incógnita sobre la inflación. Ese panorama comienza a determinar grandes alteraciones en la oferta electoral.

Alberto Fernández anunció nuevas medidas restrictivas en relación a la segunda ola de coronavirus
Fernández no se refirió a estas rarezas. Las vacunas no llegaron. Por razones que no se conocen se aceptó que el laboratorio las entregue a partir de marzo. Ese mes deberían haberse recibido 2.382.000 dosis. Pero no se recibió ninguna. Para abril deberían estar disponibles 4.040.000. No hay siquiera una. La promesa es que algo llegará en mayo, cuando debería disponerse de otros 4.040.000. Para junio el laboratorio prometió 3.451.000 y para junio 8.518.000. Imposible saber si cumplirá.

Así como no se sabe qué sucedió con AstraZeneca/Sigman, también es un misterio la negociación con Pfizer. Ese laboratorio consiguió en la Argentina a un grupo de pacientes para estudiar su vacuna, lo que le daría al país prioridad en la posterior adquisición. El Presidente fue informado de que podría contar con alrededor de 12 millones de dosis. Las conversaciones quedaron empantanadas porque Pfizer no admitía que en la ley se estableciera que una de las causales de penalización sería la “negligencia”. El Gobierno no quiso ceder en esa condición. Las autoridades del laboratorio debían discutir con Tarragona. Mejor no preguntarse si las complicaciones con Pfizer guardan alguna relación con la antigua dependencia de la funcionaria con Sigman.

La desesperación por la escasez obligó al oficialismo a quedar expuesto en su incoherencia. ¿La cláusula sobre negligencia de la ley sobre vacunación no obligaría al Estado a demandar a AstraZeneca/Sigman por la demora en la entrega de inyectables que ya se pagaron? Una pregunta que tal vez no se hizo Carlos Zannini, más entretenido en querellar a Mauricio Macri y sus colaboradores por el acuerdo que celebraron con el Fondo Monetario. Zannini anda en busca de una endiablada simetría: el fue víctima de un disparate. Lo llevaron tras las rejas por haber intervenido como secretario Legal y Técnico en el acuerdo con Irán. Ahora sueña con que ese desatino de saldar discusiones políticas con el Código Penal mortifique a sus adversarios.

La misma incongruencia se verifica en la dimensión diplomática de este problema. Alberto Fernández está recorriendo el camino inverso al de Galtieri. Embarcado en la aventura de Malvinas, aquel general fue de la subordinación a los Estados Unidos a la confraternidad con Rusia, Cuba y Libia. Fernández, que hizo colgar en la Casa Rosada un cartel con la leyenda “Gracias Putin”, acaba de pedir vacunas a Juan González y Julie Chung, los responsables de las relaciones con América Latina de Joe Biden, que visitaron Buenos Aires. González pronunció una declaración interesante. Aclaró que su país no colabora en la distribución de vacunas a cambio de acuerdos políticos, como sí lo hacen China y Rusia.
González y Chung no fueron tomados de sorpresa con el pedido. Jorge Argüello, el embajador argentino en los Estados Unidos, viene gestionando desde hace semanas la compra de inyectables.

La iniciativa del metódico Argüello tal vez derive en que en el vínculo con Pfizer se haga borrón y cuenta nueva. Igual seguirá habiendo un inconveniente: los laboratorios norteamericanos sufren la presión de una demanda extraordinaria. Por ejemplo: Brasil acaba de acordar con Pfizer la compra de 15,5 millones de vacunas que serán entregadas en los próximos tres meses. El ministro de Salud de ese país publicó, por error, el contrato. Está a años luz de satisfacer los pruritos de diputados y senadores.
Estas dificultades hicieron que Fernández, igual que Felipe Solá y Gustavo Béliz, reclamaran ayer el apoyo de la Casa Blanca en la negociación con la industria farmacéutica. Esa solicitud debe ser entendida en el marco de un acercamiento que se vuelve cada día más visible. Ejemplos: ya está decidido que la construcción de una base de aprovisionamiento naval en Tierra del Fuego no será encargada a China. La hidrovía, cuya licitación quedó en manos de la OCDE, tampoco irá para una empresa de ese país. Son señales de un alineamiento macro sobre cuyas consecuencias tal vez aparezca una señal cuando el Presidente realice su visita de Estado a Pekín. Estaba prevista para mayo, pero debió suspenderse a solicitud de Xi Jinping. ¿El pretexto? La pandemia.
La interrupción en la vacunación agrega sombras en el paisaje material. Una economía afectada por la alta inflación ahora debe absorber las consecuencias de un nuevo confinamiento.
Estas dificultades hicieron que Fernández, igual que Felipe Solá y Gustavo Béliz, reclamaran ayer el apoyo de la Casa Blanca en la negociación con la industria farmacéutica. Esa solicitud debe ser entendida en el marco de un acercamiento que se vuelve cada día más visible. Ejemplos: ya está decidido que la construcción de una base de aprovisionamiento naval en Tierra del Fuego no será encargada a China. La hidrovía, cuya licitación quedó en manos de la OCDE, tampoco irá para una empresa de ese país. Son señales de un alineamiento macro sobre cuyas consecuencias tal vez aparezca una señal cuando el Presidente realice su visita de Estado a Pekín. Estaba prevista para mayo, pero debió suspenderse a solicitud de Xi Jinping. ¿El pretexto? La pandemia.
La interrupción en la vacunación agrega sombras en el paisaje material. Una economía afectada por la alta inflación ahora debe absorber las consecuencias de un nuevo confinamiento.

Los responsables de la campaña electoral del Gobierno piden la reposición de subsidios para empresas castigadas y familias con caída en sus ingresos. Más gasto público, más emisión, más inflación. La carrera de los precios fortalece la reticencia kirchnerista a aumentar tarifas: Guzmán ya fue informado por sus subordinados de que no podría haber actualizaciones superiores al 7%. Curioso organigrama en el que las órdenes llegan desde abajo.
A un frente energético ya muy accidentado por el desbarajuste de los precios, se le agregó la crisis de Neuquén. Una negociación salarial mal encaminada con el personal de la salud derivó en un corte generalizado de rutas. Las obras necesarias para la extracción de petróleo y gas se paralizaron por el bloqueo en la logística. Para agravar el panorama, los sindicatos petroleros lanzaron ayer un paro de 24 horas en todas las cuencas del país. Se calcula que a mediados de mayo habrá una caída en el suministro de gas. Más importaciones, menos dólares en el Banco Central. Y habrá una caída en la exportación de petróleo. Menos dólares en el Banco Central. El dato estremecedor: detrás de la convulsión neuquina está el Frente de Todos, obsesionado por derrotar al Movimiento Popular Neuquino.
En este contexto, es comprensible que Guzmán ande por el mundo en busca de respaldo. No tanto ante el FMI, ya que todavía se desconocen los términos de un posible acuerdo. Necesita apoyo frente a Cristina Kirchner, y también frente a su jefe, el Presidente. Recurrió hasta al Vaticano. Se ve que la angustia es importante.
A un frente energético ya muy accidentado por el desbarajuste de los precios, se le agregó la crisis de Neuquén. Una negociación salarial mal encaminada con el personal de la salud derivó en un corte generalizado de rutas. Las obras necesarias para la extracción de petróleo y gas se paralizaron por el bloqueo en la logística. Para agravar el panorama, los sindicatos petroleros lanzaron ayer un paro de 24 horas en todas las cuencas del país. Se calcula que a mediados de mayo habrá una caída en el suministro de gas. Más importaciones, menos dólares en el Banco Central. Y habrá una caída en la exportación de petróleo. Menos dólares en el Banco Central. El dato estremecedor: detrás de la convulsión neuquina está el Frente de Todos, obsesionado por derrotar al Movimiento Popular Neuquino.
En este contexto, es comprensible que Guzmán ande por el mundo en busca de respaldo. No tanto ante el FMI, ya que todavía se desconocen los términos de un posible acuerdo. Necesita apoyo frente a Cristina Kirchner, y también frente a su jefe, el Presidente. Recurrió hasta al Vaticano. Se ve que la angustia es importante.

La mayoría apuesta a que, si Vidal se decide por ser candidata, no volverá a la provincia. Competirá en la Capital. Es el sueño de Horacio Rodríguez Larreta: contar con Vidal para enfrentar a Macri, que apoya a Patricia Bullrich. Es uno de los núcleos de las elecciones de este año. El de Macri y Larreta es un duelo porteño. La hipótesis de la ausencia bonaerense de Vidal hace vibrar el tablero. Larreta pretende que Diego Santilli cruce a la provincia. Los intendentes del Pro lo resisten. A la cabeza, Jorge Macri. Santilli viene a trastornar la carrera hacia la gobernación en 2023.
El eventual desistimiento de Vidal tendría más derivaciones por la acción de otra variable que aparece sobre el escenario. Florencio Randazzo, apoyado por peronistas tradicionales como Graciela Camaño o Juan Manuel Urtubey, lanzará una lista propia en la provincia. Esa opción interpela a los peronistas de Juntos por el Cambio. Algunos de ellos, como Joaquín De la Torre, ya anticipan que, sin Vidal en el distrito, prefieren sumarse a las fuerzas de Randazzo. Otros, como Emilio Monzó, no cambiarán de domicilio. El caso de Miguel Pichetto es diferente: en este turno ha decidido no involucrarse en lista alguna. Aspira a ampliar su agrupación, Peronismo Republicano, con la vista puesta en las presidenciales de 2023.
Randazzo, tal vez Santilli, hay que agregar al peronista que represente al Frente de Todos. Algunos imaginan a Eduardo “Wado” De Pedro y ofrecen este argumento: “La Cámpora pondrá a su propio moderado. Basta de Albertos. Esta vez no le regalamos la moderación a nadie”. Habladurías. Por ahora.

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