Honrar su memoria-El sábado 3 de marzo se cumplieron 25 años (1993) del fallecimiento en la ciudad de Washington el inventor de la vacuna oral contra la poliomielitis que lleva su apellido, el virólogo judío Albert Bruce Sabin.
Albert Sabin renunció a sus derechos de patente con el fin de facilitar la difusión mundial de su descubrimiento lo antes posible
En 1970 fue nombrado presidente del Instituto Científico Weizmann del Estado de Israel, cargo al que renunció a los dos años por motivos de salud. También fue miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, de la Academia de Ciencias de Hungría y la Academia de Artes y de la Ciencias de Serbia.
En 1971 fue nombrado profesor emérito de la Universidad de Cincinnati, institución en la que siguió investigando hasta principios de los ’90 del siglo XX.
Nacido el 26 de agosto de 1906 en la ciudad de Bialistok, cuando era parte del imperio ruso, con el nombre Albert Saperstein, en el ceno de una familia judía, que emigró, en 1921, a los Estados Unidos, huyendo de los pogromos que se produjeron luego que Polonia restaurara su independencia al finalizar la Primera Guerra Mundial.
Nueve años después obtuvo la nacionalidad estadounidense y en 1931 se licenció el Medicina en la Universidad de Nueva York. En los primeros años de su estadía en los Estados unidos trabajo asistiendo a un tío dentista que había emigrado años antes, para luego, ya estudiando medicina, dedicarse a la investigación de las infecciones bacterianas neumocócicas.
En el verano de 1931 una grave epidemia de polio afectó a New York, Albert Sabin cambió su actividad investigadora a las enfermedades infecciosas del sistema nervioso, formándose exhaustivamente en patología, cirugía y medicina interna durante el año 1933. Al año siguiente asistió al Instituto de Medicina Preventiva Lister7, en Londres, de donde regresó a New York en 1935, y se integró al equipo investigador del Rockefeller Institute for Medical Research, adscrito a la Universidad Rockefeller.
En 1971 fue nombrado profesor emérito de la Universidad de Cincinnati, institución en la que siguió investigando hasta principios de los ’90 del siglo XX.
Nacido el 26 de agosto de 1906 en la ciudad de Bialistok, cuando era parte del imperio ruso, con el nombre Albert Saperstein, en el ceno de una familia judía, que emigró, en 1921, a los Estados Unidos, huyendo de los pogromos que se produjeron luego que Polonia restaurara su independencia al finalizar la Primera Guerra Mundial.
Nueve años después obtuvo la nacionalidad estadounidense y en 1931 se licenció el Medicina en la Universidad de Nueva York. En los primeros años de su estadía en los Estados unidos trabajo asistiendo a un tío dentista que había emigrado años antes, para luego, ya estudiando medicina, dedicarse a la investigación de las infecciones bacterianas neumocócicas.
En el verano de 1931 una grave epidemia de polio afectó a New York, Albert Sabin cambió su actividad investigadora a las enfermedades infecciosas del sistema nervioso, formándose exhaustivamente en patología, cirugía y medicina interna durante el año 1933. Al año siguiente asistió al Instituto de Medicina Preventiva Lister7, en Londres, de donde regresó a New York en 1935, y se integró al equipo investigador del Rockefeller Institute for Medical Research, adscrito a la Universidad Rockefeller.
En 1939 pasó a dirigir el departamento de investigación en virología del Cincinnati and Children’s Hospital Research Foundation y durante la Segunda Guerra Mundial fue asesor del Cuerpo Médico del Ejército de los Estados Unidos. Allí investigó varias de las diversas enfermedades que afligían a las tropas desplazadas en diversas regiones del planeta logrando aislar un virus transmitido por mosquitos flebótomos en la región del Mediterráneo y el Dengue transmitido en el sudeste de Asia y África. También contribuyó a desarrollar una vacuna contra la encefalitis japonesa, una infección vírica que causa encefalitis e inflamación del tejido cerebral.
Concluida la conflagración mundial, Sabin volvió a la Universidad de Cincinnati donde continúo investigando la poliomielitis.
El resultado de sus investigaciones lo enfrentaron a Jonas Edward Salk, logró la primera vacuna contra la poliomielitis, inyectable, tras cultivar en su laboratorio los tres tipos de virus de la polio muertos, sostenida en la teoría de que el virus infecta el cuerpo humano por medio de las fosas nasales.
Sabin y su equipo demostró que el virus infecta el cuerpo humano a través del sistema gastrointestinal para después extenderse por la sangre atacando el sistema nervioso, lo que motivo el desarrollo una vacuna oral con virus vivos debilitados, que resultó ser más eficaz que la vacuna inyectable de virus muertos de Salk, pues permitía la inmunidad durante un período de tiempo más largo.
Albert Sabin consigue la vacuna oral en 1954, cuando ya se contaba con la vacuna inyectable del doctor Salk, que estaba siendo ensayada en los Estados Unidos. A fin de no interferir en este proceso la vacuna oral pasa a ser ensayada fuera de los Estados Unidos y durante los años 1958 y 1959 se la administró a millones de personas en la Unión Soviética. Tras obtener resultados muy favorables se permitió en 1960 que se la utilizara para vacunar a 180.000 niños de Cincinnati (Estados Unidos) y en 1961, se la autorizó a ser utilizada en todo los Estados Unidos.
Como el hecho de que ambas vacunas se produjeran casi al mismo tiempo y que la del Dr. Sabin fuera la más preferida, si bien la vacuna del Dr. Salk siguió siendo utilizada en algunos países, entre ambos destacados virólogos surgió una gran rivalidad que persistió hasta el fin de sus vidas.
Se cumplen 25 años de la muerte de Albert Sabin, inventor de la vacuna
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