miércoles, 21 de marzo de 2018

LA IGNORANCIA MATA MUJERES

MUJERES CRUCIFICADAS
Para una mujer de clase baja o de clase media baja en Latino América que se encuentre en edad reproductiva, hace la combinación perfecta para una pesadilla, la educación sexual es casi inexistente, por no hablar de campañas de prevención de embarazos precoces; carencias que se combinan con la fuerte penetración de las iglesias de distinto genero o visiones, que no hacen casi nada por enseñar a la mujer que hacer o no hacer con su cuerpo. 
El resultado no puede ser otro que una alta tasa de abortos ilegales con una tasa de muertes que también debe ser muy alta; uso el potencial porque no hay un sólo dato confiable, sólo suposiciones de dudoso rigor técnico. En la región el aborto está prohibido casi en todas partes.
La mujer latinoamericana no tiene capacidad legal para poder ejercer el derecho a tener soberanía sobre su cuerpo, su cuerpo se encuentra tutelado por otros y por las normas de los seres humanos y de Dios que lo regulan y controlan.
En Argentina el aborto es delito, excepto cuando hay riesgo de vida para la mujer o el embarazo es producto de una violación.
Más allá de cualquier postura que se tome, estoy convencido que abortar es lo peor que le puede pasar a una mujer, que el dolor síquico y angustia emocional que se produce deben ser eternas..., ningún ser humano bien nacido puede pasar por una situación de ese tipo y salir indemne.
El aborto es el camino más seguro a una vida de acompañada por los espantos. Nadie lo elige, sino que son víctimas de un sistema hipócrita y regresivo. Un hijo no deseado también lo es, porque el sólo hecho de verlo es volver a vivir la situación horrible por la cual paso.
Apoyo que las mujeres tengan soberanía sobre su cuerpo, pero es claro que todo derecho conlleva también una responsabilidad, que es tan grande como el derecho mismo.
Abortar es una decisión horrible por donde se lo vea, pero es y será una decisión individual y privadísima que debe ser tomada con responsabilidad y es sólo en esa parte en donde debe intervenir el Estado, pero al final sólo la victima tiene la palabra.
Los hombres miramos la situación desde la tribuna, nos guste o no, no podemos llevar vida, no sabemos lo que eso significa, no nos entrenaron, ni formaron para eso. Somos teóricos de dientes de leche en el tema y en el mejor de los casos sólo podemos acompañar y compartir.
Nadie puede escapar de la responsabilidad evadiéndola, sólo aceptándola es posible saber a dónde queremos ir.
Nunca podremos de escapar de las consecuencias morales o inmorales.
Toda libertad implica responsabilidad, sin ella no hay libertad.
L. G. 

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