Otro oxígeno. palabras y calor para superar el Covid
En 19 hospitales porteños el Programa Estar busca aliviar el sufrimiento de los pacientes internados y sus familias
M. A. Médicos. Una ayuda “para recuperar la esencia humana”
Una ayuda “para recuperar la esencia humana” detrás del barbijo y el traje protector; un puente para acortar distancias en un contexto de aislamiento y miedo. Así resume Gustavo De Simone, médico especialista en cuidados paliativos del Hospital Udaondo, la esencia del Programa Estar. Se trata de una iniciativa del gobierno de la ciudad de Buenos Aires que, junto a voluntarios, desde fines de abril ofrece contención psicológica, social y espiritual a pacientes con Covid-19 y sus seres queridos. Hasta el momento, ya se hicieron más de 13.500 acompañamientos.
“En marzo, un sentimiento de vulnerabilidad repentino nos invadió a todos. Se nos plantearon nuevos modos de vivir, con el desafío de protegernos del contagio sin perder nuestra identidad humana y social”, recuerda De Simone. Con una mirada integral que busca humanizar el cuidado, el programa funciona mediante una red que incluye a 19 hospitales porteños, sus equipos de salud y organizaciones de la sociedad civil, que trabajan de forma articulada poniendo a disposición sus voluntarios. Todos comparten una misma mirada: que el acompañamiento y el acercamiento familiar tienen tanto valor como el cuidado médico y su tratamiento.
De Simone subraya cómo “a través de gestos muchas veces pequeños” se transformaron situaciones concretas de sufrimiento de miles de personas que vivieron la realidad abrumadora del Covid-19: desde pacientes y familiares hasta personal de la salud sobrepasado.
Durante los primeros meses y al no haber posibilidades de visitas, la mayoría de las intervenciones se realizaron a través de llamados telefónicos o por video. En el último tiempo, se incorporaron algunas presenciales (al principio, reservadas para situaciones excepcionales) con las medidas de protección necesarias. En el caso de fallecimiento, los voluntarios estuvieron presentes junto a las familias desde el momento de la noticia y sosteniéndolas durante el duelo.
El médico recuerda a Alicia, una de las primeras pacientes que acompañaron. Era abuela, su hija iba a tener a su segundo bebé y ella debía quedarse a cargo del nieto mayor. Sin embargo, se contagió de Covid y necesitó recibir soporte de oxígeno. Si bien esa situación se revirtió, los profesionales detectaron que estaba muy angustiada por no saber qué había pasado con su hija y sus nietos. Cuando la enfermera le facilitó un teléfono para que se contactara con su familia, la mujer le dijo: “Este era el oxígeno que necesitaba”. Según De Simone: “El programa complementa el oxígeno para los pulmones con el que se necesita para encarar el sufrimiento de una manera más saludable. Es ‘oxígeno’ para el alma. Ésa es la filosofía”.
El programa tiene dos grandes patas: el Equipo de Cuidados Integrales (ECI) y el de Soporte Espiritual y Duelo (ESED). El ECI es intrahospitalario y está conformado por miembros de las áreas de clínica médica, cuidados paliativos, salud mental, trabajo social, capellanía, enfermería, terapia ocupacional y kinesiología. En total, son unos 150 profesionales de la salud.
El ESED, en cambio, es extrahospitalario y lo integran aproximadamente 300 voluntarios: hay instituciones representantes de distintos cultos, como el Centro de Espiritualidad Santa María, el Seminario Rabínico e iglesias evangélicas. Además, organizaciones de la sociedad civil especializadas en contención psicológica y en acompañar a quienes transitan el final de su vida, como Pallium Latinoamérica, Femeba e Icalma; y otras compuestas por payasos de hospital como Alegría Intensiva.
“Lo que veíamos era la necesidad de hacer foco en esta mirada integral de la persona. La posibilidad de incluir el enfoque psicosocial y espiritual con el médico hace un cambio fundamental en la atención”, asegura la médica Mariela Bertolino, del equipo de coordinación del Programa Estar y responsable de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Tornú-fundación Femeba.
Inés Ordoñez de Lanús, fundadora del Centro de Espiritualidad Santa María, considera que el sello distintivo del acompañamiento de los voluntarios es “la escucha amorosa”. Y destaca cómo ese encuentro “de corazón a corazón” se daba entre personas desconocidas, las que muchas veces ni siquiera se veían las caras porque el contacto era telefónico. “A mí me gusta usar las tres ‘C’ de cercanía, contención y comprensión. Es una cercanía compasiva, porque va al compás de lo que le va pasando a la persona. Lo que se genera es increíble”, concluye.
Para Mariela Bertolino, el programa fue generador de un cambio cultural por cómo, en un momento de extrema dificultad, se logró trabajar articuladamente entre equipos de salud, sociedad civil y comunidad. Por eso su deseo es que exista una continuidad del mismo en la pospandemia para acompañar situaciones vinculadas con un alto sufrimiento relacionado a la salud.
PARA CONOCER MÁS: en su web, el programa estar ofrece información y consejos para acompañar durante duelos: www.buenosaires.gob.ar/coronavirus/ acompanar-a-distancia/programa-estar.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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