jueves, 15 de abril de 2021

LECTURA RECOMENDADA


El sutil arte de escribir sobre libros imaginarios
P. B. R. 
P
rovocación Stanislaw Lem Impedimenta Trad.: a. Murcia y K. Moloniewicz 182 págs./$1795

El polaco Stanislaw Lem (19232006) fue una de las figuras de la ciencia ficción, pero casi todossus libros desbordan el género. Solaris –que evita una verosimilitud rígida– o los relatos de Diarios de las estrellas –extraña y memorablemente cómicos– se catalogan dentro de la vertiente sin demasiados purismos, pero a ellos hay que sumarles sus ensayos de especulación (Summa Teológica). También ficciones como Vacío perfecto (1971), hecho de extensas reseñas de libros imaginarios, que podían ir de una robinsoneada alternativa a un volumen que habla de una sustancia que quitaba el deseo sexual de la humanidad. Lem admitía que su experimento seguía admirativamente la línea del Borges de “Examen de la obra de Herbert Quain”.
En todo caso, a partir de ese extenso volumen, Lem tomó el hábito de inventar una serie de libros ficticios que denominó globalmente Biblioteca del SigloXXI. Magnitud imaginaria (1973), Golem XIV (1981) o Provocación (1983) son otros hitos del proyecto. Biblioteca virtual de este siglo imaginada desde el corazón del siglo pasado, sigue funcionando para el lector contemporáneo sin otro anacronismo que el de la literatura que sabe cómo sobrevivir a cualquier tiempo. Lem –o sus supuestos reseñistas– pueden ser complejos en sus argumentaciones, pero de una claridad meridiana.
Provocación se centra en dos libros virtuales. Uno, Der Völkermord (“El genocidio”), trata sobre el Holocausto. El otro, One Human Minute (“Un minuto humano”), sobre una investigación imposible. El primer comentario, sobre un volumen escrito por el antropólogo Aspernicus, analiza por qué ese autor, al igual que Copérnico con la astronomía, busca darle un giro a “la antropología del mal”, argumentando que la solución final fue un proceso que no se limita a los victimarios nazis ni a las víctimas judías, sino que viene del fondo de los tiempos. Lem le debe mucho también a Jonathan Swift en su mezcla abrasiva de ironía y seriedad.
Johnson&johnson –los autores de “Un minuto humano”– no son menos voluntariosos en sus inquisiciones, aunque sí más cómicos. Se los ha comparado con Bouvard y Pécuchet, las criaturas de Flaubert que coleccionaban datos inútiles. El dúo de Lem hace estadísticas de lo que ocurre con todos los humanos del planeta en un minuto dado: los vivos, los muertos que se producen, la acción de los músculos, la saliva disponible, la cantidad de coitos. Intentan “un resumen extremo de la humanidad”. El libro –dice el reseñador– “puede deprimir solo a aquellos que aun alimentan distintas ilusiones con respecto al Ser Humano”. Ese sarcasmo es lo que vincula este díptico de “libros” opuestos, nunca escritos, pero imaginados por una mano maestra.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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