LAS PELÍCULAS QUE MARCARON AL CINE NACIONAL
Desde los inicios del sonoro con Tango! hasta hoy, los títulos y artistas más sobresalientes
Desde los inicios del sonoro con Tango! hasta hoy, los títulos y los artistas más sobresalientes en la pantalla grande de producción local.
LOS TRES BERRETINES (1933 )
La cinefilia de los argentinos es casi tan antigua como el cinematógrafo: las primeras proyecciones se realizaron en Buenos Aires apenas seis meses después de la presentación del invento de los hermanos Lumière y el romance jamás se ha apagado. Qué mejor forma para celebrar el Día del Cine (en homenaje a la primera película argumental, La Revolución de Mayo, dirigida por Mario Gallo, estrenada un día como hoy de 1909) que recordar sus mejores historias y a los artistas inolvidables que les dieron vida, especialmente en estos momentos en los que las salas permanecen cerradas a causa de las restricciones sanitarias. A continuación, un recorrido posible por las películas más memorables de nuestra historia y dónde (re)descubrirlas.
La relación entre nuestro país y el cine nació muy temprano: el 28 de diciembre de 1895, los hermanos Lumière presentaban el cinematógrafo, y menos de seis meses después, el 18 de julio de 1896, se realizaba la primera proyección en el Teatro Odeón de Buenos Aires. De igual modo, aunque era una obsesión de los cineastas desde 1907, el paso definitivo del film mudo al sonoro ocurrió a comienzos de la década del 30, y marcó el inicio del cine argentino como industria. Primero fueron efectos esporádicos, después un par de canciones y más tarde algún que otro diálogo. Entre los muchos proyectos que buscaron ponerle voz a nuestro cine, hubo uno que reunió a Carlos Gardel con el actor y realizador Eduardo Morera. Con la idea de aprovechar la proyección internacional del Zorzal criollo, se realizaron en 1931 quince cortometrajes donde el cantor interpretaba alguno de sus tangos más emblemáticos mientras mantenía un breve intercambio con sus compositores y letristas. Vistos a la distancia, estos cortos podrían entenderse como la prehistoria del videoclip, al tiempo que resultan las únicas “películas” que Gardel filmó en la Argentina. No fue hasta el estreno de
Tango! (1933) que el cine sonoro argentino perfiló su identidad, incluso por sobre la necesidad de Hollywood de expandirse al mercado hispanoparlante merced a películas habladas “en español”.
El film dirigido por Luis José Moglia Barth fue protagonizado por un compendio de estrellas locales de extracción teatral (por su facilidad para la actuación y su dicción) junto a cantantes consagradas de la época. Libertad Lamarque, Pepe Arias, Azucena Maizani, un pibe de veintipico llamado Luis Sandrini y Tita Merello fueron parte de la experiencia.
Tango! también marcó el nacimiento de Argentina Sono Film, productora clave en años siguientes. Tres semanas después del estreno la que fue considerada la primera película sonora del cine nacional llegó Los tres berretines (1933), esta vez a cargo de los estudios Lumiton (acrónimo de “luminosidad y tono” o mejor: “luz y sonido”).
En ella Sandrini, ya en un rol más destacado que en la anterior, popularizó un estilo que lo acompañaría a lo largo de toda su carrera: “Hice un prototipo que lo llamé ‘Cachuso’. En radio pasó a ser ‘Felipe’, con el que también llegó a la televisión. Ese personaje me gustaba mucho. A pesar de lo que muchos creen no era tartamudo sino un tipo al que le costaba explicar las cosas. Me inspiré en un hincha de Argentinos Juniors que discutía hablando así. Pero me criticaron porque decían que me repetía, no entendieron que era un ‘tipo de personaje’”.
La segunda mitad de los años 30 se potenció con algunos de los nombres más significativos de la cinematografía nacional. Mario Soffici debutó con el melodrama El alma del bandoneón (1935), punto de partida de una filmografía que continuaría con títulos emblemáticos como Viento norte (1937), Kilómetro 111(1938) y Prisioneros de la tierra (1939). Manuel Romero, que aportó costumbrismo y una certera y popular mirada sobre la sociedad porteña, entregó durante este período producciones como
La muchachada de a bordo (1936), Radio Bar (1936) y Los muchachos de de antes nousaban gomina (1937) con Florencio Parravicini, Santiago Arrieta y Mecha Ortiz como la rubia Mireya. También Mujeres que trabajan (1938), debut de Niní Marshall y su Catita en la pantalla grande.
Otro de los grandes realizadores surgidos en la segunda mitad de la década fue Luis Saslavsky. Crimen a las tres (1935),
La fuga (1937) y El loco serenata (1939) son apenas el germen de una estética que sentaría las bases de películas posteriores, tanto propias como ajenas. Luis César Amadori, Leopoldo Torres Ríos y Carlos Borcosque (este último había hecho algunas incursiones previas en el cine mudo), y Daniel Tinayre fueron también parte de esta prolífica lista de directores, aunque sus obras más recordadas llegaron en las décadas siguientes.
Promediando los primeros años del “cine nacional hablado”, Ayúdame a vivir (1936) consolidó para la naciente industria el camino internacional que ya había abierto Riachuelo dos años antes. También descubrió a la primera gran representante del género a nivel mundial: Libertad Lamarque no solo fue la figura principal de ese film, sino también la responsable de la historia y de su título. Como apunte curioso, Ayúdame a vivir incluyó un novedoso recurso para la época: en una escena, su personaje escucha música con sus amigos junto a una fuente. La protagonista pregunta de qué canción se trata, y le responden: “‘Tu cariño’: tango de Alfredo Malerba, estribillo por Libertad Lamarque” le contestan, a lo que ella remata, displicente: “¿Libertad Lamarque? Yo canto mucho mejor que ella. Ponga el disco y vamos a verlo, ¿apuestan algo?”. Excelente.
La promisoria década del 30 fue un crisol de nuevos directores, guionistas, actrices y actores que compartían un mismo sueño. Fueron los años en los que se sentaron las bases de la industria cinematográfica argentina a nivel local y también internacional. Todavía quedaba mucho por hacer y experimentar, pero el primer paso ya se había dado.
Los tres berretines y Ayúdame A vivir pueden verse en LA plataforma Cine.ar. el resto de LAS películas mencionadas en esta producción no disponibles en una plataforma de streaming pueden encontrarse en Copias Caseras, Con diversos grados de CALIDAD, en youtube.
La cinefilia de los argentinos es casi tan antigua como el cinematógrafo: las primeras proyecciones se realizaron en Buenos Aires apenas seis meses después de la presentación del invento de los hermanos Lumière y el romance jamás se ha apagado. Qué mejor forma para celebrar el Día del Cine (en homenaje a la primera película argumental, La Revolución de Mayo, dirigida por Mario Gallo, estrenada un día como hoy de 1909) que recordar sus mejores historias y a los artistas inolvidables que les dieron vida, especialmente en estos momentos en los que las salas permanecen cerradas a causa de las restricciones sanitarias. A continuación, un recorrido posible por las películas más memorables de nuestra historia y dónde (re)descubrirlas.
La relación entre nuestro país y el cine nació muy temprano: el 28 de diciembre de 1895, los hermanos Lumière presentaban el cinematógrafo, y menos de seis meses después, el 18 de julio de 1896, se realizaba la primera proyección en el Teatro Odeón de Buenos Aires. De igual modo, aunque era una obsesión de los cineastas desde 1907, el paso definitivo del film mudo al sonoro ocurrió a comienzos de la década del 30, y marcó el inicio del cine argentino como industria. Primero fueron efectos esporádicos, después un par de canciones y más tarde algún que otro diálogo. Entre los muchos proyectos que buscaron ponerle voz a nuestro cine, hubo uno que reunió a Carlos Gardel con el actor y realizador Eduardo Morera. Con la idea de aprovechar la proyección internacional del Zorzal criollo, se realizaron en 1931 quince cortometrajes donde el cantor interpretaba alguno de sus tangos más emblemáticos mientras mantenía un breve intercambio con sus compositores y letristas. Vistos a la distancia, estos cortos podrían entenderse como la prehistoria del videoclip, al tiempo que resultan las únicas “películas” que Gardel filmó en la Argentina. No fue hasta el estreno de
Tango! (1933) que el cine sonoro argentino perfiló su identidad, incluso por sobre la necesidad de Hollywood de expandirse al mercado hispanoparlante merced a películas habladas “en español”.
El film dirigido por Luis José Moglia Barth fue protagonizado por un compendio de estrellas locales de extracción teatral (por su facilidad para la actuación y su dicción) junto a cantantes consagradas de la época. Libertad Lamarque, Pepe Arias, Azucena Maizani, un pibe de veintipico llamado Luis Sandrini y Tita Merello fueron parte de la experiencia.
Tango! también marcó el nacimiento de Argentina Sono Film, productora clave en años siguientes. Tres semanas después del estreno la que fue considerada la primera película sonora del cine nacional llegó Los tres berretines (1933), esta vez a cargo de los estudios Lumiton (acrónimo de “luminosidad y tono” o mejor: “luz y sonido”).
En ella Sandrini, ya en un rol más destacado que en la anterior, popularizó un estilo que lo acompañaría a lo largo de toda su carrera: “Hice un prototipo que lo llamé ‘Cachuso’. En radio pasó a ser ‘Felipe’, con el que también llegó a la televisión. Ese personaje me gustaba mucho. A pesar de lo que muchos creen no era tartamudo sino un tipo al que le costaba explicar las cosas. Me inspiré en un hincha de Argentinos Juniors que discutía hablando así. Pero me criticaron porque decían que me repetía, no entendieron que era un ‘tipo de personaje’”.
La segunda mitad de los años 30 se potenció con algunos de los nombres más significativos de la cinematografía nacional. Mario Soffici debutó con el melodrama El alma del bandoneón (1935), punto de partida de una filmografía que continuaría con títulos emblemáticos como Viento norte (1937), Kilómetro 111(1938) y Prisioneros de la tierra (1939). Manuel Romero, que aportó costumbrismo y una certera y popular mirada sobre la sociedad porteña, entregó durante este período producciones como
La muchachada de a bordo (1936), Radio Bar (1936) y Los muchachos de de antes nousaban gomina (1937) con Florencio Parravicini, Santiago Arrieta y Mecha Ortiz como la rubia Mireya. También Mujeres que trabajan (1938), debut de Niní Marshall y su Catita en la pantalla grande.
Otro de los grandes realizadores surgidos en la segunda mitad de la década fue Luis Saslavsky. Crimen a las tres (1935),
La fuga (1937) y El loco serenata (1939) son apenas el germen de una estética que sentaría las bases de películas posteriores, tanto propias como ajenas. Luis César Amadori, Leopoldo Torres Ríos y Carlos Borcosque (este último había hecho algunas incursiones previas en el cine mudo), y Daniel Tinayre fueron también parte de esta prolífica lista de directores, aunque sus obras más recordadas llegaron en las décadas siguientes.
Promediando los primeros años del “cine nacional hablado”, Ayúdame a vivir (1936) consolidó para la naciente industria el camino internacional que ya había abierto Riachuelo dos años antes. También descubrió a la primera gran representante del género a nivel mundial: Libertad Lamarque no solo fue la figura principal de ese film, sino también la responsable de la historia y de su título. Como apunte curioso, Ayúdame a vivir incluyó un novedoso recurso para la época: en una escena, su personaje escucha música con sus amigos junto a una fuente. La protagonista pregunta de qué canción se trata, y le responden: “‘Tu cariño’: tango de Alfredo Malerba, estribillo por Libertad Lamarque” le contestan, a lo que ella remata, displicente: “¿Libertad Lamarque? Yo canto mucho mejor que ella. Ponga el disco y vamos a verlo, ¿apuestan algo?”. Excelente.
La promisoria década del 30 fue un crisol de nuevos directores, guionistas, actrices y actores que compartían un mismo sueño. Fueron los años en los que se sentaron las bases de la industria cinematográfica argentina a nivel local y también internacional. Todavía quedaba mucho por hacer y experimentar, pero el primer paso ya se había dado.
Los tres berretines y Ayúdame A vivir pueden verse en LA plataforma Cine.ar. el resto de LAS películas mencionadas en esta producción no disponibles en una plataforma de streaming pueden encontrarse en Copias Caseras, Con diversos grados de CALIDAD, en youtube.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.