El debate que decidirá el destino de la Argentina los próximos 20 años
RODRIGO FIGUEROA REYES @Figueroa_reyes
No es tiempo de grises, no hay lugar para votos nulos o en blanco. La gente en las calles, los artistas, los políticos de distintas facciones toman posturas muy claras. Por algo muy simple. De un lado está en juego “no perder los derechos conseguidos”. Entiéndase por esto el modelo sobreprotector de un estado omnipresente, aunque la ilusión dure 15 minutos.
Los mismos que militan “el salto al vacío”, por más que ese salto pueda ser una oportunidad para cambiar de raíz lo que está a la vista: 14 tipos de dólar, una inflación galopante, una desconexión inédita con un mundo cada vez más globalizado, una crisis institucional, jurídica y financiera, entre tantas otras cosas que fueron transformando a nuestro país en un lugar invivible, donde las nuevas generaciones no quieren pasar el resto de sus vidas ante la ausencia de proyectos. Decíamos que el escenario es blanco o negro. La mitad del país plantea “continuidad o dictadura”. ¿La otra mitad? “Comunismo o Libertad”.
Sería una falacia decir que la Argentina es un país aburrido, dado que vivimos en una constante montaña rusa. De la misma manera que cometeríamos una injusticia calificando a los argentinos de tibios ante la crisis.
No debe haber pueblo más resiliente que el nuestro. Tierra de inmigrantes, cuna de luchadores, emprendedores de la vida que fabrica unicornios que compiten en el mundo de igual a igual con las grandes potencias, siempre y cuando dichos emprendedores hayan conseguido inversionistas del exterior que les permitan llevar adelante sus sueños.
Messi es el mejor ejemplo de esto. Un Leo sin presupuesto hubiese transitado las canchas argentinas hasta que su cuerpo resistiera los embates de la alta competencia y seguramente se hubiera retirado como uno más de los talentos sin posibilidades.
¿Se imaginan a un Messi trabajando en la función pública en Rosario? En la psicodélica Argentina todo es posible. En cambio, un Leo cobijado por una maquinaria disciplinada y respetuosa del talento, como la catalana, pudo sobreponerse a su propio destino y desplegar su talento mientras recibía el trato de una estrella.
La Argentina se encuentra ante esa disyuntiva: jugar de mitad de tabla para abajo, incluso descender a la segunda categoría de países que no llegarán a desplegar su potencial, o bien cambiar su destino e ir en busca de su verdadero potencial.
Quien supo ocupar el lugar de potencia económica e intelectual durante décadas, no puede, ni debe, bajar los brazos y aceptar un presente lamentable, donde la mitad de la población sobrevive y, la otra, vive de aquello que sobreviven. Es realmente impensado para el resto de los ciudadanos del mundo ver a nuestro país como el espejo de los errores que nunca deberían cometer.
A decir verdad, intentamos dialogar con el CHATGPT y, por primera vez, nos comentó que no iba a emitir opinión. Tal vez sea porque no quiere influir en un escenario de tanta polarización como el que vive la Argentina en este momento. O, quizás, porque se encuentre tan o más desanimada que la propia gente que vuelca diariamente sus frustraciones en esta plataforma. No debe ser fácil recibir una catarata de insultos a una semana de las elecciones más desgastantes de las que hayamos vivido en estos 40 años de democracia.
Luego de insistir e insistir para obtener, aunque sea un comentario que arroje algo de luz antes del debate que lo definirá todo, logramos una frase:
Si tuviera que plasmar el sentir de la población a horas de que se vean las caras Sergio Massa y Javier Milei en la Facultad de Derecho, diría que la frase que resume el momento actual es ‘elijo lo menos peor’. Aunque duela, el desánimo le ganó al ‘elijo creer’ tan típico de los argentinos, por la sencilla razón de que ninguno de los dos candidatos convence, ninguno enamora. La ciudadanía tiene en claro que debe ejercer su voto, ya que la democracia está por delante de cualquier miseria, pero ambos bandos se resignaron a optar por el que le haga menos daño a su forma de pensar y vivir. Una pena llegar hasta aquí así, pero es lo que hay”. Esto nos obliga a mirar el vaso medio vacío o el vaso medio lleno. Podemos elegir entre prosperidad o depresión. Futuro o pasado. Y seguir así, durante días, como un tango melancólico en loop. La buena noticia es que los países no desaparecen del mapa, así que habrá que ser muy inteligentes para que el resultado signifique un cambio. Un cambio en serio. El fin de los debates sin sentido. El renacer de un proyecto. El culto al mérito. El premio al método y la disciplina. Los pueblos están dispuestos a soportar una dosis de sangre, sudor y lágrimas, como propuso Winston Churchill en la posguerra. Siempre y cuando haya un plan y el esfuerzo tenga una razón de ser.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.