La incertidumbre electoral paraliza la toma de decisiones en las empresas
Las dudas respecto de quién será el próximo presidente, la aceleración inflacionaria y el desorden de las principales variables económicas hacen que las compañías no inviertan ni definan proyectos de importancia para el futuro
Carlos Manzoni
De aquí a las elecciones del 19 de noviembre solo resta esperar mayor incertidumbre y volatilidad
La incertidumbre reinante ante el panorama electoral, con vistas al balotaje que se llevará a cabo el próximo 19 de noviembre, las empresas optaron por “desensillar hasta que aclare”. Traducido en términos económicos, este dicho campero significa que las compañías paralizaron sus tomas de decisiones a la espera de una economía un poco más previsible.
Si bien los años electorales suelen generar un mayor grado de incertidumbre, hecho que repercute en las decisiones de los agentes y en la economía, en 2023 la indefinición electoral ha hecho que este contexto incierto se haya profundizado y se extienda hasta los comicios de noviembre. Ante eso, la cautela es lo que prevalece.
Según el informe Economic GPS, que elabora la consultora PWC, “el panorama de la economía argentina continúa siendo muy complejo, con restricciones comerciales y financieras, con una inflación que muestra signos de aceleración, una abultada deuda con importadores, un importante déficit fiscal y una financiación al Tesoro por parte del Banco Central (BCRA) que se encuentra por encima de las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
José María Segura, economista jefe de PWC Argentina, sintetizó la actitud de las empresas ante este escenario. “La economía está llegando a un punto en el cual el nivel de incertidumbre es tal que genera parálisis en la mayoría (siempre hay agentes propensos al riesgo) de la toma de decisiones y problemas de operatividad que resultan difícil de sostener en el tiempo”, opinó.
Sucede que, tal como subraya Segura, desde las decisiones de inversión más complejas hasta la de realizar un gasto corriente financiado requieren poder estimar, con un cierto grado de probabilidad de ocurrencia, el acontecimiento de hechos futuros. “Es por ello que, a mayor nivel de incertidumbre, no solo se acorta el horizonte temporal sobre el que se toman decisiones, sino que también muchas de ellas se vuelven inviables”, agregó el economista.
Emerge, eso sí, una única certeza en medio de este mar de dudas. Esa convicción, que se remarca en el informe citado, es que el día de mañana el poder de compra de la moneda será menor al de hoy. “Por lo tanto, los agentes económicos tienden a adelantar consumos, acelerando la velocidad de circulación del dinero e incrementando la incertidumbre y acorta los plazos de planeación”, se concluye en el informe de la consultora.
Círculo vicioso
Nada que no haya pasado antes en la Argentina, pero en el caso actual se da la particularidad de que este círculo vicioso se aceleró a partir del proceso eleccionario en curso, luego de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). “Los planes de estímulo al consumo resultaron menos efectivos en incrementarlo e impactaron más rápido y en mayor medida en las decisiones de dolarización de carteras –y, en consecuencia, en los tipos de cambio– y en la inflación”, señaló Segura.
Ahora bien, mientras lo que reina en las empresas es la parálisis en la toma de decisiones, en los sectores de ingresos fijos lo que angustia es la pérdida de poder adquisitivo. “De acuerdo con el índice de salarios, en el período enero-agosto los sueldos perdieron en promedio un 1,8% con respecto al mismo período del año pasado”, se detalla en el apartado Tracking del informe titulado “La dinámica electoral y su impacto en la economía”.
La resolución de estos problemas económicos requiere de decisión política, pero no tendrá lugar hasta tanto no se defina quién será el próximo presidente de la Argentina. Mientras tanto, según el análisis de PWC, de aquí a las elecciones del 19 de noviembre solo resta esperar mayor incertidumbre y volatilidad.
Con la vista puesta más allá del balotaje, Santiago Mignone, territory senior partner de PWC LAN, desgranó qué sería lo deseable para volver a una economía normalizada y con atractivos para la inversión. “Creemos firmemente en que solo con condiciones que aseguren que vamos en el sentido correcto, con un presupuesto equilibrado, una baja injerencia del Estado en las actividades del sector privado, instituciones fuertes y profesionalizadas y reglas de juego claras y sostenidas en el tiempo, podemos retomar la senda de la recuperación y el crecimiento sostenido”.
La resolución de los problemas económicos requiere de decisión política, que no tendrá lugar hasta que no haya un nuevo presidente
La incertidumbre reinante ante el panorama electoral, con vistas al balotaje que se llevará a cabo el próximo 19 de noviembre, las empresas optaron por “desensillar hasta que aclare”. Traducido en términos económicos, este dicho campero significa que las compañías paralizaron sus tomas de decisiones a la espera de una economía un poco más previsible.
Si bien los años electorales suelen generar un mayor grado de incertidumbre, hecho que repercute en las decisiones de los agentes y en la economía, en 2023 la indefinición electoral ha hecho que este contexto incierto se haya profundizado y se extienda hasta los comicios de noviembre. Ante eso, la cautela es lo que prevalece.
Según el informe Economic GPS, que elabora la consultora PWC, “el panorama de la economía argentina continúa siendo muy complejo, con restricciones comerciales y financieras, con una inflación que muestra signos de aceleración, una abultada deuda con importadores, un importante déficit fiscal y una financiación al Tesoro por parte del Banco Central (BCRA) que se encuentra por encima de las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
José María Segura, economista jefe de PWC Argentina, sintetizó la actitud de las empresas ante este escenario. “La economía está llegando a un punto en el cual el nivel de incertidumbre es tal que genera parálisis en la mayoría (siempre hay agentes propensos al riesgo) de la toma de decisiones y problemas de operatividad que resultan difícil de sostener en el tiempo”, opinó.
Sucede que, tal como subraya Segura, desde las decisiones de inversión más complejas hasta la de realizar un gasto corriente financiado requieren poder estimar, con un cierto grado de probabilidad de ocurrencia, el acontecimiento de hechos futuros. “Es por ello que, a mayor nivel de incertidumbre, no solo se acorta el horizonte temporal sobre el que se toman decisiones, sino que también muchas de ellas se vuelven inviables”, agregó el economista.
Emerge, eso sí, una única certeza en medio de este mar de dudas. Esa convicción, que se remarca en el informe citado, es que el día de mañana el poder de compra de la moneda será menor al de hoy. “Por lo tanto, los agentes económicos tienden a adelantar consumos, acelerando la velocidad de circulación del dinero e incrementando la incertidumbre y acorta los plazos de planeación”, se concluye en el informe de la consultora.
Círculo vicioso
Nada que no haya pasado antes en la Argentina, pero en el caso actual se da la particularidad de que este círculo vicioso se aceleró a partir del proceso eleccionario en curso, luego de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). “Los planes de estímulo al consumo resultaron menos efectivos en incrementarlo e impactaron más rápido y en mayor medida en las decisiones de dolarización de carteras –y, en consecuencia, en los tipos de cambio– y en la inflación”, señaló Segura.
Ahora bien, mientras lo que reina en las empresas es la parálisis en la toma de decisiones, en los sectores de ingresos fijos lo que angustia es la pérdida de poder adquisitivo. “De acuerdo con el índice de salarios, en el período enero-agosto los sueldos perdieron en promedio un 1,8% con respecto al mismo período del año pasado”, se detalla en el apartado Tracking del informe titulado “La dinámica electoral y su impacto en la economía”.
La resolución de estos problemas económicos requiere de decisión política, pero no tendrá lugar hasta tanto no se defina quién será el próximo presidente de la Argentina. Mientras tanto, según el análisis de PWC, de aquí a las elecciones del 19 de noviembre solo resta esperar mayor incertidumbre y volatilidad.
Con la vista puesta más allá del balotaje, Santiago Mignone, territory senior partner de PWC LAN, desgranó qué sería lo deseable para volver a una economía normalizada y con atractivos para la inversión. “Creemos firmemente en que solo con condiciones que aseguren que vamos en el sentido correcto, con un presupuesto equilibrado, una baja injerencia del Estado en las actividades del sector privado, instituciones fuertes y profesionalizadas y reglas de juego claras y sostenidas en el tiempo, podemos retomar la senda de la recuperación y el crecimiento sostenido”.
La resolución de los problemas económicos requiere de decisión política, que no tendrá lugar hasta que no haya un nuevo presidente
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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