viernes, 24 de noviembre de 2023

GRIETA POLÍTICA Y BRECHA ENTRE DUEÑOS E INQUILINOS


La grieta política también se cuela entre las familias y los amigos para las Fiestas
Apenas conocidos los resultados del balotaje, estallaron los conflictos sobre todo en los grupos de WhastApp entre los votantes de los dos candidatos; tensa calma
Evangelina HimitianARIEL ESCALANTE
Cuando se conocieron los resultados preliminares de las elecciones del domingo último, en el chat de la familia Hernández todo era tensa calma. Nadie decía nada, pero todos chequeaban una y otra vez a ver quién daba el primer paso. Como los miembros del grupo habían votado muy distinto unos de otros, ya desde las PASO habían acordado no discutir de política en ese espacio. Pero todos sabían que, dadas las emociones que se movilizaban en los distintos miembros, era cuestión de esperar para que el conflicto explotara. Y explotó.
Flavia, la hermana mayor, reenvió mensajes de felicitaciones que le habían mandado por el triunfo de Javier Milei. Otra hermana hizo un chiste sobre el mensaje y otra compartió un meme. Entonces llegó el comentario de Antonio, votante de Sergio Massa, y las peleas no cesaron hasta pasada la medianoche, cuando el padre de la familia sugirió no hablar del nuevo gobierno hasta dentro de cuatro años.
Nadie salió del grupo, pero desde ese momento casi no volvieron las conversaciones. “Cuando gana Boca, yo que soy de River y los felicito igual. No entiendo por qué ustedes no me pueden felicitar ahora”, retrucó Flavia. La paz familiar dependía de que nadie contestara ese mensaje. Sobre todo, en vísperas de las Fiestas, cuando todos deberán sentarse a la misma mesa.
No fue un caso aislado. El triunfo de Milei volvió a abrir la grieta familiar que se manifiesta por estas horas, sobre todo en los grupos de WhatsApp, pero también muchos que tenían planificado algún encuentro durante el feriado del lunes tuvieron que reorganizar sus actividades en función de evitar las tensiones. Claro, de un lado, unos muy contentos con los resultados querían festejar; otros, deprimidos, no estaban de ánimo para soportar esos festejos.
La nueva grieta que propone el resultado del balotaje divide incluso a miembros de una misma pareja. Es el caso de Emilio S., que siempre votó kirchnerismo, pero esta vez votó a Milei. “El problema es que no le dije a mi mujer y siento que si se lo digo va a generar una crisis entre nosotros”, cuenta.
“Ella y yo somos kirchneristas de la primera hora; sin embargo, yo, cuando llegó Cristina, me abrí. No estaba de acuerdo con nada. Siempre voté otras alternativas. Ideológicamente Milei no era una opción, pero yo creí que el balotaje lo iba a ganar Massa y quería darle un escarmiento, que tuviera menos votos. Voté a Milei y me salió mal. Si mi mujer se entera, me va a culpar de tibio, de que por votantes como yo ganó el libertario”, comenta Emilio.
Algunos de los conflictos que ya estaban casi cicatrizados se volvieron a abrir por estos días. Quizá, por movimientos extremos, descuidados o desmedidos de alguno de los miembros de la familia, sobre todo de los votantes que por vergüenza no habían blanqueado su voto y que ahora salen del closet con ánimo festivo.
En la familia de Sabrina F., el chat se volvió imparable. “El problema es que hay gente que politiza el grupo grande, sin darse cuenta de que no todos piensan igual. Varios de mis chats familiares están imposibles. Por ejemplo, mi papá, que es histórico votante de Juntos por el Cambio y ahora votó Milei, hizo comentarios y mandó memes fuera de lugar en los grupos donde hay varios primos kirchneristas. Nadie le contesta, pero se arma una calma rara”, explica Sabrina.
“En otro chat, se puso muy picante todo. Desde una prima que decía que había ido a misa para rezar por que ganara Milei y no podía más de la alegría, a otro primo que le contestó que no compartía para nada los valores morales. Había gente que criticaba a Massa por tomarse supuestamente licencia, y otros familiares que criticaban y mandaban memes. Después, llegaron el que proponía no hablar de estos temas, el que decía que no nos podíamos censurar levantando muros de Berlín temáticos. Por suerte nunca falta algún familiar que, en tono más conciliador, hace algún chiste que vuelve a reunir a todos, pero siento que las conversaciones se fueron de las reglas del respeto, de lo acordado”, lamenta Sabrina.
La médica Andrea Paola Urrutia trabaja en el hospital pediátrico Sor María Ludovica, de La Plata, y cuenta que la grieta también se metió entre los suyos. “Yo he sido respetuosa y tolerante con todos mis seres queridos que apoyaron al kirchnerismo. No fue lo mismo en estos días hacia mí: hubo retrucos agresivos en las redes sociales, el WhatsApp, y hasta mi hermana y una sobrina que abandonaron el grupo familiar. Yo solo pedí respeto, pero les gusta profundizar la grieta. Es inadmisible que generes siempre odio y agresión. Duele lo que hacen”, plantea.
Andrea recuerda que, desde que publicó en sus redes sociales un mensaje celebrando el resultado, empezaron las agresiones: “Lo que espero es que podamos opinar en libertad y que no siempre seamos segregados, criticados o cuestionados –y hasta agredidos– por pensar distinto. Ellos fomentaron siempre ‘no al odio, sí al amor’, pero cuando uno piensa distinto se acabó el amor en la familia, en los grupos de amigos. Esto no puede pasar”.
“Se tiene que terminar de una vez por todas, va más allá de la política. La gente común tiene que votar según sus convicciones y nada más. Después, todos tenemos que tirar para adelante. La agresión, la violencia y el maltrato, anteponer esto ante los afectos, es terrible”, describe Urrutia.
“Creo que el cambio va a ser positivo, dentro de la alegría y la esperanza que puedo tener, porque mis hijos están ilusionados, fueron ellos quienes votaron a Milei. Yo soy votante de Patricia [Bullrich] y esta vez por estar lejos no voté. Igual no quería más de esto que estamos viviendo, la pobreza y el desarreglo económico. Como dice esa frase que circuló, no estoy de acuerdo ni con el 50% de lo que propone Milei, pero con lo otro estoy 100% en desacuerdo. Y somos muchos en esas condiciones, entonces hay que apoyar”, concluye Urrutia.
El día de las elecciones, los autos, en la casa de la familia Martínez, en Pilar, amanecieron con boletas de Milei en los parabrisas. El primero que salió a votar lo puso en el grupo de la familia. “Che, nos dejaron boletas de Milei en los autos”, advirtió el padre y mandó foto.
Después de algunos comentarios y chistes, el hermano mayor, de 27 años, blanqueó qué estaba pasando: “Fui yo”, dijo, y mandó una selfie con más boletas. Después, dejó más boletas junto a la puerta, donde dejan las llaves. Cuando María, la hermana del medio, salía le dijo: “No te olvides tus boletas”, le escribió en el chat.
“No, si ya me las dejaron en el auto, igual voy a votar el blanco”, le respondió. “No, no te puse, te respeté porque vos no lo vas a votar”, le dijo. “Che, y si en vez de dejarlas acá las llevás a la Cámara Electoral, que después se quejan que faltan”, retrucó ella. “Esta vez no hubo grandes peleas, pero sí comentarios así, picantes. Creo que ya peleamos bastante en las PASO y la general. Ya nos quedamos sin ganas”, dice.
Andrea Paola Urrutia médica “Espero que podamos opinar en libertad y que no siempre seamos segregados, criticados o cuestionados –y hasta agredidos– por pensar distinto”
Emilio S. votante de MILEI “El problema es que no le dije a mi mujer [que voté a milei] y siento que si se lo digo va a generar una crisis entre nosotros”

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Censo 2022: se amplía la brecha entre dueños e inquilinos en todo el país
Los números finales de ese relevamiento pasado demuestran que se redujeron los hogares en vivienda propia
Mauricio Giambartolomei y Natalia LouzauEn 12 años, bajó la cantidad de dueños y subió la de inquilinos
El presidente electo ya fijó su postura. “Lo único que ha hecho la ley de alquileres es generar daño. Terminó perjudicando a aquellos que pretendía proteger”, dijo Javier Milei apenas horas después de haber arrasado en el balotaje. “Hay que derogarla y entender que es un contrato entre partes y con libertad monetaria”, indicó el presidente electo, y reinstaló el debate de un tema sensible para la población del país.
Los datos definitivos del Censo 2022 difundidos anteayer muestran que una buena parte de los hogares argentinos estará atenta a lo que pueda surgir en el Congreso en los próximos meses. Según los números finales del relevamiento, dos de cada 10 hogares están constituidos en viviendas particulares alquiladas donde viven unos ocho millones de personas. En el país hay 45.892.285 habitantes residentes en 17.794.949 viviendas (17.783.029 particulares y 11.920 colectivas).
El régimen de tenencia analizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) indicó que son 7.925.280 las personas que alquilan y 31.412.314 las que habitan en viviendas propias, aunque en esta última cifra se debe hacer una aclaración: el grupo de la población que demostró tener documentación que acredite la vivienda propia fueron 27.331.038 personas. La diferencia podría vivir en casas propias, pero sin documentación.
La problemática habitacional dejó de estar así en el plano imaginario o teórico para instalarse en los hechos. En las variables del censo 2010 las viviendas propias significaban el 72,1% del total y los hogares que alquilaban eran 16,10%. Hoy son del 65,7% y del 21%, respectivamente. Fuera de estas dos categorías, hay otras variables como personas en situación de calle y en viviendas colectivas.
Vale una salvedad. El formulario del Censo 2010 indagaba sobre la propiedad de la vivienda y/o del terreno. En ese momento, el 67,7% de los hogares declaró ser dueño de ambos, en cambio un 4,4% respondió solo ser propietario de la vivienda. Si se tienen en cuenta ambos tipos de dueños –de la vivienda y de la vivienda y el terreno– el 72% de los hogares eran propietarios, por lo que la caída es de 6,4 puntos porcentuales.
Con los números definitivos del Censo 2022, LN Data realizó el análisis sobre la base de hogares y no de viviendas. Por hogar se entiende “una persona o grupo de personas que viven bajo el mismo techo y comparten los gastos de alimentación”, mientras que por vivienda se define “el espacio donde viven personas, se halla separado por paredes u otros elementos cubiertos por un techo y sus ocupantes pueden entrar o salir sin pasar por el interior de otras viviendas; pueden haber sido construidas o adaptadas para ser habitadas o bien se usen con ese fin la noche de referencia del Censo”.
Según estas definiciones, el 65,7% de los hogares (10.460.605) se constituyen en vivienda propia, mientras que el 21% (3.342.616), en alquilada. Además, hay un 6,3% de hogares (1.004.871) que viven en una propiedad prestada y un 1,3% (206.416) en una cedida por su trabajo. El restante 5,8% (917.794) se encuentra en “Otra situación”.
En el detalle más fino de los hogares que declararon tener vivienda propia solo un 62,3% (6.521.147) demostró tener escritura de propiedad. El 14,7% (1.534.910) posee un boleto de compraventa y el 11,6% (1.209.267), otra documentación. En todo ese universo hay al menos un 11,4% (1.191.281) que no tiene documentación probatoria.
Dueños e inquilinos
Santiago del Estero, con 84% de hogares en viviendas propias (264.842), encabeza el listado de la variable analizada y cuenta con 7% de propiedades en condición de alquiler. Catamarca aparece en segundo lugar de los hogares con vivienda propia con el 78% (105.660) y luego figuran Chaco (75% y 281.336), Tucumán (74% y 373.266), Formosa (73% y 145.517), Jujuy (73% y 179.717), Misiones (72% y 307.049), La Rioja (72% y 91.011), Corrientes (75% y 267.448) y Salta (70% y 294.527).
La ciudad de Buenos Aires aparece como la jurisdicción donde se encuentra el mayor porcentaje de hogares que alquilan, con un 36,8% de la oferta inmobiliaria, es decir, 517.768 propiedades. Le siguen Tierra del Fuego (32% y 21.350 hogares), Santa Cruz (30,2% y 35.997), Córdoba (28% y 390.211), Neuquén (25% y 64.134), Chubut (25% y 53.311), Río Negro (24% y 66.995), La Pampa (23% y 32.138), Mendoza (22% y 143.092) y San Luis (22% y 40.359).
La distribución habitacional total a nivel país se compone de 12.044.162 casas (76,7% del total), 3.076.335 departamentos (19,6%) y 578.519 (3,7%) otras modalidades entre rancho, casilla, pieza ocupada en inquilinato, hotel familiar o pensión, local no construido para habitación ocupado, vivienda móvil ocupada (casa rodante, barco, carpa u otra).
En la Capital, con cierta lógica, hay mayor cantidad de departamentos que casas (73,7% versus 22,6%, y 3,7% otras unidades), mientras que en la provincia de Buenos Aires la relación es a la inversa, con 15,4%, 81,3% y 3,3%, respectivamente.
Catamarca, con 91,2%, es la jurisdicción con mayor porcentaje de casas entre sus unidades habitacionales. Tierra del Fuego, Salta, Formosa y Corrientes tienen la más alta concentración de unidades más vulnerables con el 11%, el 9,4%, el 8,3%, y el 7,2%, respectivamente.
Salud y población
El Indec publicó anteayer los números definitivos del Censo 2022 y rectificó, por tercera vez, la cantidad de habitantes de la Argentina. El 19 de mayo de 2022 se había informado que la población era 47.327.407, pero el 31 de enero pasado se redujo a 46.044.703. El último dato oficial da cuenta de 45.892.285 de argentinos en todo el territorio, aunque la cantidad estimada al 1° de julio de 2022 es de 46.234.830 por la falta de cobertura de ciertas áreas durante el operativo lo que obligó al Indec a hacer una estimación mediante proyecciones con base del Censo 2010. También fueron censadas 5705 personas en situación de calle.
El relevamiento 2022 también arrojó que hay 23.705.494 mujeres (51,7% del total) y 22.186.7961 hombres (48,3%). En los resultados provisionales sumaban 8293 (0,02%) las personas que se identificaron como no binarias, pero esa categoría no figura en los resultados finales. Según el índice de feminidad por cada 100 hombres hay 107 mujeres en la Argentina, aunque ese número disminuye a 97 en la población de 0 a 14 años, mientras que aumenta en la de mayores de 65, donde por cada 100 hombres hay 140 mujeres. El incremento es mayor a partir de los 85 años, con 228 mujeres por cada 100 hombres.
En cuanto al acceso a la salud, el 60,9% de la población (27.787.124 personas) declaró tener una obra social o prepaga, incluida PAMI, y el 3,3% (1.514.231 personas) accede a programas o planes estatales de salud; mientas que el 35,8% (16.317.432 personas) depende del sistema público.


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