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GUSTAVO IAIES |
Ausentismo docente y estudiantil, problemas de aprendizaje, violencia intrafamiliar, angustia adolescente y adicciones, entre otros inconvenientes, cruzan por igual las aulas de las escuelas públicas y privadas, especialmente del nivel secundario.
Directores de escuelas públicas y privadas de la zona norte de la provincia de Buenos Aires comenzaron una inédita experiencia: reunirse para compartir sus preocupaciones y tratar de encontrar soluciones aplicables a sus establecimientos. La iniciativa fue bautizada Gesta (Generosidad, Entrega, Soluciones, Trabajo y Acción). Está coordinada por el responsable del Centro de Estudios de Políticas Públicas (Fundación Cepp), Gustavo Iaies, y cuenta con el respaldo de la Dirección General de Escuelas de Buenos Aires por medio de la Subsecretaría de Educación provincial.
"La educación necesita un cambio y no hay forma de que no lo hagamos juntos. Los privados y los públicos estamos viviendo problemas similares y tenemos muchas experiencias similares", admite Alberto Olivero, director del colegio Cardenal Newman, de Boulogne, anfitrión de los primeros pasos de Gesta.
"Hablamos de cosas de sentido común, básicas: respetar los límites, responsabilizarse de las tareas, atender las necesidades. Hemos perdido profundidad, incluido en lo humano", añade Olivero, al señalar que uno de los problemas de los directores de escuelas es "la soledad" a la hora de tomar decisiones, de encarar desafíos y de resolver conflictos con los padres, con los docentes y con los alumnos.
"Cuando los directores se sientan a dialogar de manera horizontal y comparten sus problemas, se comprueba que el «círculo rojo», la dirigencia política, no sabe cómo es la cotidianidad de la escuela porque el director no la puede transmitir", argumenta Iaies.
"Es importante compartir las experiencias de aprendizaje y las herramientas para lograr mejor educación", plantea Carina Terré, inspectora del nivel secundario de Pilar e integrante del Movimiento Docente Pilarense, que trabaja junto con Iaies desde hace dos años.
"Ocupo un espacio político partidario [Frente Renovador], pero en la escuela se debe hacer política educativa", enfatiza Terré, al manifestar: "Hay que pararse en lo que tenemos y no en lo que no tenemos" para resolver las deficiencias en el aprendizaje.
A criterio de Terré, "se perdieron la pasión por enseñar, las ganas y el entusiasmo" y se confundieron los roles de la escuela y de la familia. "El papel de la escuela es enseñar y el de la familia es acompañar. No es lo mismo que un chico diga «me saqué un uno» o que diga «me pusieron un uno»".
¿Cuáles son algunos de los problemas que a diario viven y no saben cómo resolver los directores de escuela? "Frente al dolor, la muerte de un familiar, de un compañero de aula, por ejemplo, qué respuesta le damos al alumno desde la escuela", se interpela Olivero. Sobran los ejemplos y están vinculados con los problemas que los estudiantes traen desde sus hogares, como los divorcios, la violencia doméstica, el consumo de drogas y los abusos sexuales.
"Como sociedad, hay que darle un lugar a la autoridad del maestro y del director. Se hace muy difícil el vínculo con los padres, que muchas veces caen en la sobreprotección de sus hijos y no valoran la educación ni la figura de los docentes", sostiene Olivero.
"Faltan hábitos, desde la importancia del desayuno hasta los horarios para descansar. Y falta que los padres tomen conciencia de lo nocivo de la ausencia en clase. En escuelas privadas, los chicos faltan en cualquier momento del año por vacaciones del grupo familiar y en las públicas porque a veces los mayores no tienen cómo llevar a los chicos o irlos a retirar", enumeró.
"Uno de los grandes problemas han sido los megaproyectos pedagógicos, que sólo cambiaron los nombres, pero no dieron soluciones concretas a las deficiencias del aprendizaje", concluyó.
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