MUSEO XUL SALAR; SINGULAR Y GENIAL ARTISTA
Xul Solar, el inventor
Según Borges, fue uno de los pocos genios que conoció en su vida. Para muchos era un loco excéntrico. Quiso ser enfermero en la Primera Guerra Mundial. Dirigió sesiones de espiritismo en la casa de Natalio Botana. Expuso su obra junto con la de Antonio Berni, también compartió galería con Emilio Pettoruti. Nació en 1887. Fue gran amigo de Oliverio Girondo y Leopoldo Marechal. Su estilo es difícil de encasillar. Además de artista, músico y genio loco, creó técnicas pictóricas, creó sus propias cartas de tarot. Y también se inventó un nombre. Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari se rebautizó Xul Solar.
Fue, sin dudas, un inventor de tiempo completo; más bien, un adicto a las invenciones. Aquí, algunos ejemplos (con un clic, pueden verse las fotos en un mayor tamaño):
En 1953, Xul Solar fabricó complejos títeres a los cuales bautizó con los nombres del zodíaco. Eran de mucha expresividad, ya que movían los ojos y la mandíbula, logrando pasar de la alegría a la tristeza o la sorpresa en segundos. Por ese tiempo, el pintor buscaba promover un teatro de títeres para adultos. En la foto, publicada en La Nación en 1963, vemos a Micaela Cárdenas (Lita), la esposa del artista, manejando a Escorpio.
Xul Solar se casó con Lita en 1946. La novia llevó a la casa del artista (Laprida 1212, y Mansilla) su piano. El genio -tenía 59 años- puso manos a la obra para modificarlo, tarea que le demandó mucho tiempo. Como consideraba que el teclado era muy largo, lo redujo a tres filas de teclas, con colores y también relieves distintos (algunas eran lisas, otras con rayas, o rectangulares o cuadradas), que guiarían a un ciego. Según el inventor, con este piano se aprendía la ejecución mucho más rápido, con una escala musical de seis notas. Suprimió las teclas negras (sostenidos y bemoles) que, de acuerdo con su criterio, incomodan al ejecutante porque le traban los dedos. ¿Costará mucho afinarlo y que algún talentoso-genio-loco genere una canción con el piano de Xul Solar?
Asimismo, el panajedrez de Xul Solar ha despertado la admiración de sus amigos. Consta de de un tablero de 13 casillas x 13 (el convencional es de 8 x 8) que representan constelaciones. Cada jugador tiene, no 16 piezas, sino 30. Pero, además, hay una que puede ser usada indistintamente por ambos. En el sistema ideado por Xul no se comen las piezas, sino que se atrapan y se las convierte en propias. Otra notable diferencia con el ajedrez clásico es que en el del pintor, el juego se inicia con el tablero vacío. Así también, en medio de la partida, uno puede acumular hasta tres piezas en el mismo casillero. El genio se autoproclamó campeón mundial del panajedrez. Pero, ¿a quién venció para lograrlo? A nadie. “Este juego tiene la ventaja de que ninguno pierde y todos ganan al fin”, le dijo a Marechal. Sin dudas, es el juego que todos los argentinos querríamos jugar.
Vale la pena hacer una visita al Museo Xul Solar, en Laprida 1212. Su página web es http://www.xulsolar.org.ar
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