El primer noticiero
El premio a la Trayectoria en la noche de los Martín Fierro 2001 correspondió al genial Carlos D’Agostino, el locutor cuya carrera se inició en 1938 en Radio Excelsior y terminó en 2005, en FM La Barca, de San Isidro, pocas semanas antes de partir hacia el Olimpo de los conductores donde ya debe haberse dado un abrazo con el Beto Badía. Por cuestiones de espacio, convendría enumerar qué no hizo D’Agostino. Aunque sería un pecado dejar de mencionar que fue la voz del noticiero del cine “Sucesos Argentinos”, que en la tevé condujo el primer ciclo de “Odol Pregunta”, además de otros programas de juegos como “La justa del saber” y “Dar en el blanco”, que transmitían en dúplex Radio el Mundo y Canal 13.
Pero nuestro homenaje apunta a su actuación estelar en el “Primer telenoticioso argentino”, una idea de Tito Martínez del Box que se vio a partir del 20 de abril de 1954 en la pantalla de Canal 7. Arrancaba a las 20:00, duraba 15 minutos y tenía ingredientes únicos. D’Agostino comentaba las noticias con un perro de utilería que se llamaba Niche. Fue el primer programa que tuvo imágenes de exteriores más un corresponsal en la Casa Rosada y otro en el Departamento de Policía. A pesar del despliegue, a veces faltaban las imágenes. En ese caso, recurrían al archivo. y a nadie resultaba extraño estar mirando dos autos chocados en Londres, mientras se anunciaba un accidente en Callao y Corrientes.
D’Agostino manejaba los hilos del noticiero con maestría en aquel tiempo en que nadie sumaba experiencia en la televisión. Nuestro prócer miraba a cámara con una enorme sonrisa cuando se daba una buena noticia. En cambio, cuando era mala, su rostro se transformaba y sus labios se inclinaban hacia abajo, como un emoticón triste. Jorge Nielsen, el gran historiador de la TV, cuenta que a veces la información se complementaba con títeres que recreaban la noticia que se anunciaba.
Había dos secciones -ya sobre el final del programa- que acaparaban la atención del televidente. Aclaremos que en un principio Canal 7 no tenía competencia, pero la necesidad de capturar la audiencia nació con la televisión. La primera sección estelar era la meteorología. Una cartulina con el dibujo de un sol o un paraguas era todo el complemento de la información que en un principio daba el mismo conductor. La otra sección era la despedida. Allí, Carlos D´Agostino presentaba cada noche una nueva secretaria y la miraba alejarse con cara de pícaro. Tanto éxito tenía el segmento final, que más adelante terminó realizándose la elección de Miss Secretaria.
Merecidísimo fue el homenaje de APTRA a este pionero de los noticieros que es recordado en más de un libro con el siguiente furcio. En sus inicios en radio, el joven locutor saludó diciendo: “Transmite Radio Excelsior desde la ciudad de Buenas Noches”.
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