viernes, 2 de marzo de 2018

DE LA CIENCIA Y LA BREVEDAD




De Monterroso y su dinosaurio en adelante, el género de microficción ha ido ganando autores y adeptos en la literatura. Tanto que a veces parece una competencia de a ver quién tiene el cuento más corto, aunque es justo decir que el género nos ha brindado más de una agradable sorpresa. ¿Y qué pasa con la ciencia y la longitud de sus argumentos? Sabemos que el lenguaje científico se jacta de ser elegante, conciso y, dentro de lo posible, digno de precisión y unívoco en lo que quiere decir (al menos, en las ciencias exactas y naturales, ya que la riqueza de las humanidades y las ciencias sociales a veces radica en la multiplicidad de interpretaciones que pueden dar un texto o una idea). No necesitamos los 7 tomos de En busca del tiempo perdido para contar que un tal Swann se enamora de una mujer de una clase social más baja, y que tiene una hija que está de novia con el protagonista del libro, que a su vez quiere relacionarse con la familia Guermantes y de paso tiene varias aventuras sexuales hasta que se casa con Albertine, que lo vuelve muy celoso hasta que se muere y reaparecen amigotes y amantes del pasado y finalmente se acuerda de todos los personajes de su vida. Fin.
No, en ciencia se premia la síntesis, y hasta hay un ranking de las publicaciones más breves de la historia. Allí está, por ejemplo, una contrademostración de una conjetura matemática de Euler, escrita por unos tales Lander y Parkin en. dos renglones. Y eso es todo. (Recordemos que para demostrar el famoso teorema de Fermat fue necesario un mamotreto de 108 páginas). Otro famoso trabajo matemático no tiene texto, sino solo dos figuras (como en el tango "Sin palabras").
Aunque todo se puede superar. El maravilloso trabajo de 1974 titulado "Autotratamiento fallido de un caso de bloqueo de escritor" tiene solo eso, el título, ya que el texto. no existe. Más aún: la nota al pie informa que "partes de este trabajo no fueron presentadas en el Congreso de la Asociación Norteamericana de Psicología". Otro poco en broma, los investigadores Golberg y Chemjobber publicaron una "Revisión comprensiva de productos libres de sustancias químicas", cuyo texto está. vacío.
También hay casos en que los resúmenes de los trabajos cumplen perfectamente su función resumidora. Por ejemplo, cuando el título del paper es una pregunta, y el resumen se limita a indicar "sí" o "no". Otros, menos escuetos y más dubitativos, indican que "probablemente no" o "quizá". (El autor de esta columna confiesa haberlo intentado hace años, con un trabajo de pomposo título interrogativo y cuyo resumen aclaraba simplemente "no". Tan simplemente como fue rechazado de inmediato por los editores de la revista).

Aun así, breve o extenso, el objetivo de publicar un trabajo científico es que otros lo lean y, ya que estamos, lo citen en sus propios artículos. ¿Y qué pasa si nadie lo lee o, casi peor, si nadie lo cita a uno, ni siquiera su tía o su archienemigo, aunque no sea más que para demostrar que estamos completamente equivocados? Puede pasar, y allí está una investigación de la revista Nature sobre los solitarios, los olvidados. los papers que nadie cita. Si bien tradicionalmente se creía que este era el destino de la mitad de los artículos científicos, esta investigación afirma que no es tan grave, y que el olvido absoluto solo le espera a alrededor del 10% al 20% de las publicaciones (al menos de las que están en revistas serias). Esto depende mucho de las disciplinas, del idioma en que se haya escrito el estudio. y también de considerar las autocitas, o sea, aquellos trabajos en los que los autores se dedican a citar sus artículos pasados, fuente de todo conocimiento y sabiduría. Otro dato interesante es que la proporción de trabajos que pasan desapercibidos (o, al menos, no citados) parece ir en descenso, seguramente gracias a que Internet disemina mucho más rápida y ampliamente los textos.
En fin: breve o extensa, la ciencia se hace para otros, para que se conozca, se discuta, se critique. Es un camino hermoso. e interminable.

D. G.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.