Gregoria Ignacia Pérez, fue bautizada en Santa Fe, de un mes y 8 días, el 14 de junio de 1764; hija de Ignacio Bernardo Pérez, natural de Galicia, y de María Ángela Larramendi. Doña Gregoria se casó en Santa Fe a los 21 años con Juan Ventura Denis.
Su marido Juan era propietario de una estancia, en el río Feliciano en Entre Ríos, adquirida a la Junta de Temporalidades. Denis pobló el campo de hacienda, estableció una fábrica para curtir cueros para suela, además construyó un oratorio y varios puestos. Salvo licencia especial desde 1750, el Cabildo de Santa Fe prohibía la extracción de ganado, sebo, grasa y cueros a otras jurisdicciones; Denis pasaba animales sin autorización, del partido del Paraná a Misiones, hasta que el 12 de agosto de 1782 el Cabildo llamó su atención.
Por el año 1794 herederos del vecino Félix Troncoso, iniciaron un juicio por usurpación de tierras, por ello en 1799 el agrimensor José Pujol dejó planos con el relevamiento de la zona con un claro detalle de estancias y puestos, el campo de Denis lo denomina Estancia Grande de Denis. En esta zona se originó el poblado de Santa Elena.
En agosto de 1802, Denis falleció en Santa Fe y se hizo cargo del establecimiento Doña Gregoria. Con la administración del campo pudo atender la educación de sus hijos.
El general Manuel Belgrano al frente del ejército enviado al Paraguay, partió desde San Nicolás a fines de septiembre de 1810. Al llegar a Santa Fe, según relata el historiador Vicente D. Sierra, "visitó la escuela, comprobando un gran ausentismo de alumnos, por lo que amonestó al Cabildo. Lo hizo pidiéndole que reconviniera a los padres de familia para que se interesaran por la cultura de sus hijos, pues la Patria necesitaba ciudadanos instruidos". El 9 de octubre pasó a la Bajada del Paraná.
Doña Gregoria, desde Santa Fe, el 10 de octubre de 1810, envió por medio de su hijo mayor Valentín, al general Belgrano, este texto: "Excelentísimo Señor: La viuda de Don Juan Ventura Denis logra el honor de saludar a V.E. ya que no lo hizo cuando V.E. se hallaba en esta ciudad, por la cortedad de su genio y por no poderse introducir en claustro de regulares para poner a la orden y disposición de V.E. sus haciendas, casas y criados desde el río Feliciano hasta el Puesto de las Estacas, en cuyo trecho es V.E. el Dueño de mis cortos bienes para que con ellos pueda auxiliar al Ejército de su mando, sin interés alguno. Esto mismo tengo prevenido a mi hijo Valentín, quien desearé sepa complacer a V.E. quien tendrá la bondad de dispensar cualesquiera falta que provenga de mi ausencia o de la corta edad de dicho mi hijo".
Belgrano le contestó de su puño y letra: "Vd. ha conmovido todos los sentimientos de ternura y gratitud de mi corazón, al manifestarme los suyos tan llenos del más generoso patriotismo. La junta colocará a usted en el catálogo de los beneméritos de la patria, para ejemplo de los poderosos que la miran con frialdad".
Gregoria falleció en Santa Fe, el 10 de diciembre de 1823. Para honrar sus memorias, un grupo de mujeres entrerrianas encomendaron en 1910 al escultor Torcuato Tasso esculpir una estatua. Esta obra estuvo archivada casi 40 años, hasta que en 1950 se la emplazó en Paraná. Un no menor homenaje lo tiene en escuelas y calles que se bautizaron, para la primera de las grandes patricias argentinas, con el nombre de Gregoria Pérez.
E. T.
Gregoria falleció en Santa Fe, el 10 de diciembre de 1823. Para honrar sus memorias, un grupo de mujeres entrerrianas encomendaron en 1910 al escultor Torcuato Tasso esculpir una estatua. Esta obra estuvo archivada casi 40 años, hasta que en 1950 se la emplazó en Paraná. Un no menor homenaje lo tiene en escuelas y calles que se bautizaron, para la primera de las grandes patricias argentinas, con el nombre de Gregoria Pérez.
E. T.
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