La semana pasada se presentaron 32 ofertas, para construir 6 corredores viales aplicando el sistema de Participación Público Privada (PPP). Implica inversiones por US$6000 millones, en 5 años. Durante la segunda quincena de este mes se realizarán las adjudicaciones y la firma de los contratos. Surgen entonces varias preguntas. ¿Por qué esas obras públicas, y no otras? ¿Cuándo y cómo se pagaran? ¿Por qué alguien está dispuesto a correr riesgos "hundiendo" capital, a la luz de la reciente experiencia argentina en materia de recuperar inversiones vía tarifas?
Sobre el tema conversé con el chileno Ernesto Ricardo Fontaine (1934 - 2014), quien según Jorge Desormeaux, "integró la generación de profesores que revolucionó la enseñanza de la economía en la Pontificia Universidad Católica de su país", y de acuerdo a Víctor Jorge Elías, "contribuyó a consolidar el campo de evaluación social de proyectos de inversión pública, desarrollando su metodología, formando cientos de evaluadores y aportando pautas de cómo evaluar socialmente numerosos y muy importantes proyectos.
Su libro Evaluación social de proyectos, tuvo 13 ediciones. Atrajo la atención hacia América Latina de los mejores economistas, en especial de Arnold Carl Harberger. Así como era duro en sus críticas, fue un gran docente y bondadoso con sus colegas y estudiantes".
-¿Para qué sirve la evaluación de los proyectos de inversión?
-Porque como los recursos son escasos y tienen usos alternativos, no basta con que las autoridades tengan "buenas" ideas, hay que establecer prioridades. Es difícil que un proyecto de inversión sea un mal absoluto, pero esto no alcanza para elegir cuáles llevar a cabo.
-¿Sobre qué base se evalúan los proyectos?
-Sobre la base de los beneficios y los costos que generan. Al respecto, la clave está en los referidos números, que por su naturaleza son conjeturales y están sujetos a la inevitable incertidumbre. Más allá de sus limitaciones, las técnicas de evaluación de proyectos permiten contrarrestar el entendible interés de gobernadores e intendentes, para que se realicen obras en sus jurisdicciones, exagerando los beneficios y subestimando los costos.
-¿Cuál es el mejor criterio para evaluar los proyectos de inversión?
-Como le dije, la clave está en la verosimilitud de los números referidos a los beneficios y los costos de cada proyecto. Transformar el resultante flujo de fondos en un número único, según los criterios de valor presente, tasa interna de retorno, relación beneficio costo, período de repago, etcétera; es una operación mecánica, que cualquier calculadora realiza en segundos. Un evaluador mira el resultado según todos los criterios, porque cada uno de ellos ilumina alguna faceta de la inversión.
-¿No hay obras públicas cuya prioridad no necesita hacer tantos cálculos?
-Sí, así como hay otras que cuando aparezcan los números difícilmente se puedan justificar.
-Ilústreme, por favor.
-Que la ruta 3, que conecta a Bahía Blanca con Buenos Aires, tenga dos carriles por mano, para disminuir los accidentes de tránsito y reducir los costos de transporte de personas y cargas, es un buen ejemplo de una obra vial que no necesitaba que se realizaran muchas cuentas para ser aprobada. Como el nuevo puente que en Luján cruza las vías del Ferrocarril Sarmiento, rumbo a Mercedes.
-Pero también pueden existir ejemplos para el otro lado.
-En efecto, sería muy importante que -antes de decidir su concreción- los argentinos estimaran los beneficios y los costos de unir, debajo del Obelisco, las terminales ferroviarias urbanas. Porque involucra muchos fondos, que como digo tienen usos alternativos. ¿Por qué ciudades como Londres y París, no tienen una estación ferroviaria única?
-Las obras licitadas serán realizadas por el sistema de PPP.
-No soy un experto en la cuestión, pero me llama la atención el número de ofertas que se presentó a la licitación de los seis corredores viales, comprometiéndose a hundir capital, que van a recuperar a lo largo de 15 años.
-¿Por qué le llama la atención?
-Por lo que les ocurrió a los inversores que durante la década de 1990 hundieron capital, que pensaban recuperar cobrando tarifas y peajes, y no lo lograron.
-Pero nadie está pensando que el actual gobierno hará algo parecido, precisamente está atravesando un mal momento por corregir parte de la herencia del gobierno anterior.
-Sí, pero por más que sea reelecto en 2019, nadie sabe lo que va a ocurrir en su país. Discúlpeme, pero ustedes tienen una pesada historia, que les juega en contra.
-Nadie puede creer que quienes se presentaron a la licitación ignoran esto.
-Cierto, de repente alguien está comprometiendo algún seguro, contra el riesgo de que -Dios no lo permita- la historia vuelva a repetirse.
-Veremos. Por ahora es importante destacar el esfuerzo que se encara con este tipo de obras.
-Al respecto cabe recordar un valioso antecedente. Financiado con un pequeño impuesto a los combustibles y con la tecnología de la época, en la década de 1930 en su país el ingeniero Justiniano Allende Posse asfaltó alrededor de 30.000 kilómetros de caminos.
-Recordado Ernesto, muchas gracias.
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