Por Juan Jos� G�iraldes
Las palabras doma y jineteada suelen muchas veces utilizarse en forma indistinta. M�s aun, el hecho de que se llame Festival de Doma y Folklore a la famosa competencia anual que se realiza en Jes�s Mar�a me mueve a escribir estas l�neas. Es siempre conveniente y evita equ�vocos el ut�l�zar las palabras que corresponden, especialmente en el vocabulario gaucho, tan r�co y al mismo tiempo preciso.
Com�enzo pues por proponer la redenominac��n de ese acontecimiento como Festival de Jineteada y M�sica Nativa. Veremos por Domar es hacer manso "de rienda'; como decimos en el campo, a un yeguarizo ch�caro, para los legos, digamos salvaje, que nunca ha sido agarrado por la mano del hombre. Debe, por eso, comenzar por palenquearlo, acostumbrarlo a ser d�cil para quedar atado por el cabestro, sin peligro de cortar la guasca "asentandos�'; esto es, tirando con todo su peso para cortar el maniador. Solo o con la ayuda de un compa�ero, lo ensillar� con recado completo. Una vez suelto del palerique, o de la asidera, como a veces se hace, el potro ganar� el campo, mientras el compa�ero le har� de apadrinador. Generalmente, el potro arranca a corcovear, para despu�s, si el jinete lo convida con el rebenque, largarse en toda la furia. El domador suele dejarlo correr as� hasta que se canse, para despu�s, revoleando el rebenque delante del ojo izquierdo o derecho, seg�n desee, da vuelta y regresa hacia el lugar desde donde se lo solt�. Antes de seguir adelante, expliquemos el origen del t�rm�no "reservado"
La palabra v�ene de los primeros tiempos de las estancias, cuando el domador le informaba al patr�n acerca de las malas condiciones del caballo para que saliera manso. No era demasiado frecuente, pero en esos casos resolv�an "reservarlo" para probar la habilidad de los forasteros que sol�an arrimarse a las yerras.
Aqu� debo agregar que para las jineteadas no puede hablarse con propiedad de "tropilla de reservados'; sino de "caballada'; pues tropilla define a un n�mero de entre cinco y hasta quince yeguarizos, machos castrados, que los gauchos amadrinan (se los acostumbra a seguir a su "madrina" por el ta�ido del cencerro y por el olfato). No est� de m�s agregar que el t�rmino "manada" se aplica a un conjunto de yeguas que la forman con su padrillo. Sobre la jineteada digamos que su origen no es muy lejano, pues naci� principalmente al influjo de los centros gauchos y tradicionalistas, que organizan con frecuencia demostraciones de la habilidad de los jinetes para mantenerse sobre el lomo de un reservado en un per�odo determinado. �ltimamente, esos tiempos, a mi gusto, se han acortado demasiado, lo que da la impresi�n de que los apadrinadores sacan al jinete del lomo del potro para rescatarlo antes que lo voltee. Antes de terminar, dos palabras sobre el t�rmino follclore. Veamos: "folk" quiere decir pueblo, y "lore'; expresiones de ese pueblo. Pof eso es que preferimos utilizar el t�rmino "m�sica nativa". As� traemos la idea de que vienen del pasado y han ido transmiti�ndose de generaci�n en generaci�n, la mayor parte de las veces en forma oral. Esto es as� a tal punto que no podemos negarle al tango su condici�n de follclore ciudadano. Cori el tiempo deberemos aceptar que el "roclc nacional" es tambi�n una expresi�n (lore) del pueblo (follc).
Aqu� debo agregar que para las jineteadas no puede hablarse con propiedad de "tropilla de reservados'; sino de "caballada'; pues tropilla define a un n�mero de entre cinco y hasta quince yeguarizos, machos castrados, que los gauchos amadrinan (se los acostumbra a seguir a su "madrina" por el ta�ido del cencerro y por el olfato). No est� de m�s agregar que el t�rmino "manada" se aplica a un conjunto de yeguas que la forman con su padrillo. Sobre la jineteada digamos que su origen no es muy lejano, pues naci� principalmente al influjo de los centros gauchos y tradicionalistas, que organizan con frecuencia demostraciones de la habilidad de los jinetes para mantenerse sobre el lomo de un reservado en un per�odo determinado. �ltimamente, esos tiempos, a mi gusto, se han acortado demasiado, lo que da la impresi�n de que los apadrinadores sacan al jinete del lomo del potro para rescatarlo antes que lo voltee. Antes de terminar, dos palabras sobre el t�rmino follclore. Veamos: "folk" quiere decir pueblo, y "lore'; expresiones de ese pueblo. Pof eso es que preferimos utilizar el t�rmino "m�sica nativa". As� traemos la idea de que vienen del pasado y han ido transmiti�ndose de generaci�n en generaci�n, la mayor parte de las veces en forma oral. Esto es as� a tal punto que no podemos negarle al tango su condici�n de follclore ciudadano. Cori el tiempo deberemos aceptar que el "roclc nacional" es tambi�n una expresi�n (lore) del pueblo (follc).
Por eso preferimos llamar a la nuestra m�sica nativa, lo que define mejor a esos aires que los americanos del Norte llaman m�sica "country". Nacida aqu�, antigua, adoptada por el pueblo como una continuidad. Volvamos al principio en cuanto a la destreza para agarrar un yeguarizo y domarlo. Una de las m�s felices descripciones pertenece a Darwin -s�, el famoso naturalista y explorador-. En un escrito, describe a un gaucho que arrea a campo abierto a un grupo de yeguarizos procurando encerrarlos en un corral. Piala, esto es, pone el lazo en las dos patas delanteras del animal, que llamamos manos, para voltearlo. Despu�s, y�ndose por sobre el lazo, logra engancharle una pata con un medio bozal. Luego lo ensilla en el suelo y lo monta all�, solt�ndole el lazo para que pueda levantarse. Despu�s lo obliga a correr. Vale la pena transcribir la parte correspondiente a c�mo el indio amansaba sus caballos, seg�n Jos� Hern�ndez.
Yo me le sent� al del pampa.
Era un oscuro tapao.
Cuando me hallo bien montao, Para correr en el campo
no hallaba ning�n tropiezo.
Los ejercitan en eso,
y los ponen como luz,
de dentrarle a un avestruz y boliar bajo el pescuezo.
El pampa educa al caballo
como para un entrevero.
Como rayo es de ligero
en cuanto el indio lo toca;
y como trompo en la boca,
da g�eltas sobre de un cuero.
Lo varea en la madrugada;
jam�s falta a este deber.
Luego lo ense�a a correr
entre fangos y guadales.
Ansina, esos animales
es cuanto se puede ver.
En el caballo de un pampa
no hay peligro de rodar.
iJue' pucha ; y pa' disparar
es pingo que no se cansa.
Con prolijid� lo amansa
sin dejarlo corcoviar.
Pa' quitarle las cosquillas
con cuidao lo manosea;
horas enteras emplea,
y por fin solo lo deja
cuando agacha las orejas
y ya el potro ni cocea.
Jam�s le sacude un golpe,
porque lo trata al bagual
con pacencia sin igual;
al domarlo no le pega,
hasta que al fin se le entrega
ya d�cil el animal.
Y aunque yo sobre los bastos
me s� sacudir el polvo;
a esa costumbre me amoldo;
con pacencia lo manejan
y al d�a siguiente lo dejan
rienda arriba junto al toldo.
Ans�, todo el que procure
tener un pingo modelo,
lo ha de cuidar con desvelo,
y debe impedir tambi�n
el que de golpes le den
o tiron�n en el suelo.
Muchos quieren dominarlo
con el rigor y el azote,
y si ven al chafalote
que tiene traza de malo,
lo embraman en alg�n palo
hasta que se descogote.
Todos se vuelven pretestos
y g�eltas para ensillarlo.
Dicen que es por quebrantarlo,
mas compriende cualquier bobo
que es de miedo del corcovo
y no quieren confesarlo.
El animal yeguarizo,
(perdonenm� esta alvertencia)
es de mucha conocencia
y tiene mucho sentido;
es animal consentido;
lo cautiva la pacencia.
Aventaja a los dem�s
el que estas cosas entienda.
Es bueno que el hombre aprienda,
pues hay pocos domadores
y muchos frangoyadores
que andan de bozal y rienda.
Yo me le sent� al del pampa.
Era un oscuro tapao.
Cuando me hallo bien montao, Para correr en el campo
no hallaba ning�n tropiezo.
Los ejercitan en eso,
y los ponen como luz,
de dentrarle a un avestruz y boliar bajo el pescuezo.
El pampa educa al caballo
como para un entrevero.
Como rayo es de ligero
en cuanto el indio lo toca;
y como trompo en la boca,
da g�eltas sobre de un cuero.
Lo varea en la madrugada;
jam�s falta a este deber.
Luego lo ense�a a correr
entre fangos y guadales.
Ansina, esos animales
es cuanto se puede ver.
En el caballo de un pampa
no hay peligro de rodar.
iJue' pucha ; y pa' disparar
es pingo que no se cansa.
Con prolijid� lo amansa
sin dejarlo corcoviar.
Pa' quitarle las cosquillas
con cuidao lo manosea;
horas enteras emplea,
y por fin solo lo deja
cuando agacha las orejas
y ya el potro ni cocea.
Jam�s le sacude un golpe,
porque lo trata al bagual
con pacencia sin igual;
al domarlo no le pega,
hasta que al fin se le entrega
ya d�cil el animal.
Y aunque yo sobre los bastos
me s� sacudir el polvo;
a esa costumbre me amoldo;
con pacencia lo manejan
y al d�a siguiente lo dejan
rienda arriba junto al toldo.
Ans�, todo el que procure
tener un pingo modelo,
lo ha de cuidar con desvelo,
y debe impedir tambi�n
el que de golpes le den
o tiron�n en el suelo.
Muchos quieren dominarlo
con el rigor y el azote,
y si ven al chafalote
que tiene traza de malo,
lo embraman en alg�n palo
hasta que se descogote.
Todos se vuelven pretestos
y g�eltas para ensillarlo.
Dicen que es por quebrantarlo,
mas compriende cualquier bobo
que es de miedo del corcovo
y no quieren confesarlo.
El animal yeguarizo,
(perdonenm� esta alvertencia)
es de mucha conocencia
y tiene mucho sentido;
es animal consentido;
lo cautiva la pacencia.
Aventaja a los dem�s
el que estas cosas entienda.
Es bueno que el hombre aprienda,
pues hay pocos domadores
y muchos frangoyadores
que andan de bozal y rienda.
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