sábado, 12 de enero de 2019

NICOLA COSTANTINO EN MAR DEL PLATA


Una criatura de las profundidades
Nicola Costantino, el Museo de Arte de Mar del Plata y un monstruo muy particular
La artista creó una especie de calamar gigante y gelatinoso y lo puso en un entorno oscuro. Para pensar en lo desconocido.

Abisal. El ser que Costantino armó en el Museo y que dará que hablar
Mar del Plata todavía está tranquila: los turistas van llegando de a poco en autos, micros y tren. Se espera que la temporada explote después del 6 de enero. Mientras tanto, en el museo MAR- emblemático por su inmenso lobo marino construido hace cinco años por Marta Minujín con alfajores Havanna-, hoy se inaugura al público una exposición que se las trae: Real absoluto, de la original artista Nicola Costantino.

Costantino (1964) tiene su historia: en 2004 presentó Savon de corps, jabones hechos su propia grasa, la de su cuerpo: recordaba al Holocausto y hubo polémica. En 2015 protagonizó a Evita en una obra que fue a la Bienal de Venecia representando al país y que también levantó revuelo: el gobierno de entonces le agregó tres videos sobre vida, muerte y una visión contemporánea del personaje y Costantino, a mano, agregó un cartel que decía "Espacio informativo institucional".
La muestra de Mar del Plata abarcará tres enormes salas del museo y Costantino presentará en ella una instalación inédita, Abisal, referida a los extraños animales que habitan los fondos marinos. Además de esta obra, la exposición reúne dos grandes instalaciones mostradas por la artista anteriormente- Una es El verdadero jardín nunca es verde, un trabajo inspirado en una obra histórica: El jardín de las delicias de El Bosco. La otra es Pardés (en el significado de "Paraíso" en hebreo), donde representa un denso bosque pleno de orquídeas y habitado por andróginos.
Abisal se relaciona con la palabra "absoluto", que quiere decir "algo que se separó, que se deslindó totalmente de la realidad", explica la artista en relación al nuevo trabajo. Realizada en varios materiales -acrílicos, resinas y electricidad-, la instalación se organiza alrededor de un gran ser flotante, una especie de medusa o calamar tamaño extra-large, algo gelatinoso e insólito. Este ser está rodeado de oscuridad y de pequeños animalitos-células fluorescentes: Nicola imitó, para crearlos, la forma de los huevos de codorniz.
"¿Sabías que recién ahora se están comenzando a descubrir algunas especies del océano? El hombre no soporta la presión bajo el agua.Todo explota después de cierta profundidad", dice la artista, asombrada ella misma de los datos que fue descubriendo a medida que avanzaba con la obra.
El animal cuelga, gigante, en medio de la instalación del MAR, ubicada en un espacio apartado: todo debe permanecer oscuro aquí. Rodeado de pequeñas "bacterias fluorescentes marinas" y de espejos que reproducen a la criatura marina y su paisaje hasta el infinito, hacia arriba y hacia abajo, Abisal -una obra creada gracias a los aportes del MAR y del Ministerio de Cultura de la Provincia de Buenos Aires- tiene mucho de sorpresa e intriga por lo que hay más allá pero, esta vez, hacia el interior de la tierra y por debajo del agua.

Los andróginos en la obra "El verdadero jardín nunca es verde", de Nicola Costantino.
"Me encanta pensar en la fosa de las Marianas", comenta Costantino, en referencia a la profundidad máxima del océano, de alrededor de 11.000 metros. Imaginemos que el monte Everest tiene 8.900 metros de altitud: o sea que estas fosas serían un Everest y pico para abajo. Las cavidades de las islas Marianas -ubicadas al este de las Filipinas- algunas veces han sido exploradas por seres humanos, con naves especiales. Pero es una de zonas más desconocidas y misteriosas del planeta; en parte porque la presión allí es insoportable: 1.000 veces la presión que existe sobre la superficie donde vivimos.
"Se cuenta que bajo el mar existe el "mal del vértigo", que les agarra a quienes descienden a las profundidades del océano" comenta la artista. "Llegado cierto punto del abismo oceánico, los buzos entran como en un estado extraño, y se quitan el casco. Se suicidan; mueren", remata la leyenda maldita de Nicola.
En la instalación Pardés la artista instaló retratos de seres que no son ni hombres ni mujeres. Entre ellos se encuentra "la Leandra", una chica trans vestida con un traje similar a una orquídea. Todos estos personajes, en la obra de la artista, viven en medio del bosque, en un paraíso. Alrededor de ellos existen extrañas formas escultóricas inspiradas en orquídeas gigantes. "Siempre me asombran las orquídeas, son como un cruce, un eslabón entre dos universos (el vegetal y el animal); seducen insectos para ser polinizadas..."
Los días 1 y 2 de febrero, Costantino realizará una de sus famosas "performances culinarias". Entre las flores de Pardés podrán tomarse sopas frías; cerca de "la Leandra", bocados de tortas pintadas en el momento por la creadora. La performance formará parte de "La noche de las Ideas" (un evento que organiza la Embajada de Francia en la Argentina y que se hará el 30 y el 31 de enero en Ostende y el 1 y 2 de febrero en Mar del Plata).

Parte de la obra "El verdadero jardín nunca es verde", de Nicola Costantino.
La instalación El verdadero jardín nunca es verde es, quizás, la más autorreferencial: aparece varias veces la misma artista, en algunas áreas junto a su hijo Aquiles, haciendo referencia a la leyenda del héroe de la Guerra de Troya.
"Para mi en esta instalación es importante marcar la presencia de arquetipos de conductas femeninas", detalla la artista. "Aquí (señala una parte de la instalación), el hombre trae el alimento pero la mujer lo tiene que procesar. Creo que esta escena que refleja mucho el cambio que estamos atravesando: cada vez comemos mas frutas y vegetales y menos carne. Por eso, en esta parte de la obra, de este cerdo sobresalen frutas y verduras de color rojo (y no órganos) que tienen algo de cuerno de la abundancia". En la obra de El Bosco las frutitas rojas simbolizan la lujuria, el pecado: aquí Nicola también les atribuye ese significado.

En su taller. Nicola Costantino, una artista de lo extraño.
Los personajes andróginos que se repiten en dos de las tres instalaciones llevan colgando de sus bocas algo similar a una máscara de gas. Pero en realidad son objetos creados por la artista anteriormente y que vuelven a aparecer ahora. Formados por un cuello de pollo y un hocico de chancho fabricados en resina, otorgan a los personajes que componen la escena un excepcional estado de animalidad mixeada.
Respecto a la técnica, dice mucho sobre la obra y sobre Nicola Costantino: en El jardín... son fotos realizadas sobre madera, lijadas, raspadas. La imagen entonces se torna accidentada, imperfecta. En cambio en "Pardiez" las imágenes fotográficas son mucho más nítidas, detalladas. En la primera instalación son importante el clima y la narración, las anécdotas; en la segunda, el clima, los detalles y las piezas que acompañan.
Rodeado todo de un halo de misterio -sugerido por las luces bajas, por la utilización de referencias medievales y renacentistas, por la iluminación y la gran presencia del mundo natural-, Real absoluto tiene algo de alquimia y de comprensión de los ciclos vitales de los seres humanos y no humanos. Remite a voces de los tiempos y las profundidades: la exposición parece una gran casa de vida, que va y viene hacia lo infinito y desconocido, seduciendo, jugueteando.

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