viernes, 15 de febrero de 2019
ECONOMÍA
La economista Marina Dal Poggetto analizó el complejo panorama económico y explicó por qué la Argentina tiende a caer en crisis recurrentes.
Para Marina Dal Poggetto, entre diciembre y enero “hubo un giro en el mundo” que produjo un “viento de cola” para la Argentina aunque aún está por verse si se trata de un cambio transitorio o permanente.
“En enero, la Reserva Federal anunció que subirá más despacio la tasa de interés. Eso hizo que los capitales volvieran a buscar el riesgo a los emergentes”, remarcó. Durante los últimos dos meses, subieron las acciones argentinas, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) compró dólares y bajó sostenidamente la tasa de interés.
Según Dal Poggetto, la recuperación económica está atada a que la entidad monetaria presidida por Guido Sandleris “pueda manejar la dinámica cambiaria en forma consistente” y a que los “mercados no se asusten con las elecciones y generen un nuevo salto en el tipo de cambio”.
“El principal problema que tiene la Argentina es que no tiene moneda. Al no contar con una divisa, no tiene mecanismos para generar ahorro a través del sistema financiero y este se realiza fuera del esquema financiero. El país no tiene mercado porque la gente no ahorra en pesos”, consideró la analista económica.
Por otra parte, la entrevistada señaló que tanto el kirchnerismo como el macrismo cometieron errores de gestión. A su juicio, el actual oficialismo pecó de soberbio y tuvo “falta de entendimiento de lo que estaban recibiendo”.
Asimismo, la especialista remarcó que, durante el gobierno de Cristina Kirchner, hubo una “distorsión de precios relativos”. Esto incluye “tarifas ridículamente bajas y precios de los bienes ridículamente caros”. A su vez, el atraso tarifario generó desinversión en el sector y la pérdida del superávit energético.
“El agujero fiscal tenía que ver con el congelamiento de las tarifas que generaba una carga de subsidios equivalente al 5% del PBI. Los desbalances gemelos de la economía eran la contracara de un problema distributivo forzado por el esquema de gobierno populista”, argumentó Dal Poggetto.
De esta manera, la administración kirchnerista “distribuía el ingreso de manera tal que los salarios aumentaban por encima de la productividad del trabajo”, por lo cual se terminó generando un “problema de costos en la economía que el kirchnerismo resolvió cerrándola”.
“Era tal el enojo que había con la gestión anterior que se tomaron decisiones de política económica que estaban correctamente direccionadas pero no había coordinación entre ellas”, agregó la economista en alusión a las primeras medidas adoptadas por Cambiemos.
Bajo su perspectiva, en el primer año “hubo fallas de coordinación”; el segundo año “hubo un programa electoral” y, a partir de fines de 2017, arrancó “un esquema de política económica más consistente que terminó con el 28 de diciembre”. “El concepto de hacer un ajuste gradual estaba bien. Lo que no podía ser era inconsistente”, acotó.
En ese sentido, Dal Poggetto puso en tela de juicio a quienes cuestionan tanto el ajuste como el endeudamiento ya que “cuando hay desequilibrio fiscal, las únicas formas en las que un estado se financia son a través de la emisión de deuda o de impuesto inflacionario”.
“La sociedad quiere tener el gasto público de Suecia y pagar los impuestos de Biafra. Eso no es consistente. Dado el agujero fiscal del cual se partía, el endeudamiento podía financiar una transición pero había que ir corrigiendo el desequilibrio fiscal”, dictaminó la experta.
Desde su punto de vista, “criticar el ajuste y el endeudamiento al mismo tiempo es inconsistente”. “Después se puede discutir la dinámica de la corrección fiscal y la forma del endeudamiento. Tomar deuda en dólares para financiar una brecha de pesos es el pecado original de las economías. El endeudamiento argentino fue muy rápido”, observó.
Por último, la directora ejecutiva de EcoGo advirtió que sea cual sea el candidato que se quede con el sillón de Rivadavia tras las elecciones presidenciales, “va a tener que sentarse a negociar con el FMI porque esos US$57.000 millones que nos prestó no los puede pagar todo junto ningún país del mundo”.
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