Machinea: "La economía no será un problema en los meses previos a la elección"
Para el exministro, el Gobierno subestimó la herencia; estima que habrá una recuperación, aunque cree que será gradual
A los 72 años, José Luis Machinea está activo como consultor. En una entrevista, el expresidente del Banco Central y exministro de Economía del gobierno de Fernando de la Rúa dice que la economía no será un problema para el Gobierno en las elecciones . Y, en una comparación con su gestión en 2000, asegura que el Gobierno cometió un error al no describir el estado de la economía. "Han sido muy soberbios en pensar que la inflación se podía domesticar en poco tiempo", señala.
-¿Cómo ve la economía?
-Estamos mucho mejor que hace cuatro meses, en lo que se refiere a estabilidad cambiaria y a la menor incertidumbre. Pero esa mejora no es cierta en el nivel de la actividad. En parte es consecuencia de un programa que el Gobierno tuvo que adoptar porque no tenía otra alternativa. Los errores previos, o la herencia, terminaron en la decisión de hacer un programa económico como el actual. En principio, uno pensaría que la economía debería dejar de caer en el primer trimestre del año en relación con el último de 2018, y a partir del segundo debería aumentar algo. No será una gran recuperación, porque la inversión no crecerá, sino que será algo gradual.
-Con todas estas señales, ¿alcanza para que el Presidente sea reelegido?
-La economía tiene un rol que jugar, pero en este contexto no es demasiado. Creo que el tema de la reelección se va a jugar en otro campo, más relacionado con la política. Pero la economía no será en los tres o seis meses previos a la elección un problema serio para el Gobierno. Es una recuperación lenta, pero es distinto de si hubiésemos llegado como a fines del año pasado, que era un desastre. Ahora, en el margen vamos a estar un poco mejor. Tampoco será fantástico para que la gente se entusiasme de vuelta.
La economía tiene un rol que jugar en las elecciones, pero en este contexto no demasiado. Creo que el tema se va a jugar en otro campo, más relacionado con la políticaJosé Luis Machinea, expresidente del Banco Central y exministro de Economía
-¿Esta estabilidad cambiaria podría estar de nuevo en juego por un cambio del humor internacional?
-Sí, por dos factores diría yo. El primero es un cambio en el contexto internacional, que puede darse porque la incertidumbre a nivel global es considerable. Y la segunda causa es electoral. Eso implica que si en junio hay un candidato como Cristina [Kirchner] por arriba de [Mauricio] Macri en las encuestas, no generará mucha confianza en los mercados y habrá un aumento de la demanda de dólares . Ya sea porque hay un problema electoral y escasea la confianza respecto de lo que viene, o porque el mundo se puso más complicado, definitivamente se puede empeorar.
-Cuando el dólar está dentro de la banda cambiaria, ¿tiene el Banco Central herramientas para controlarlo?
-Creo que, en ese caso, las tasas de interés van a aumentar automáticamente. Hay un mecanismo parcialmente compensador que hará aplicar el freno de vuelta con aumentos en las tasas.
-¿Alcanza con la suba de tasas? En el pasado no funcionó...
-Depende de cuál sea la falta de confianza y credibilidad. Si se transforma en una corrida rumbo al dólar, es difícil de atenuar o de parar. El Banco Central ha hecho las cosas bien, al menos en los últimos meses, dado el contexto. Ahora está reduciendo las tasas de interés de forma más acelerada, pero tampoco podemos esperar una fuerte reducción. Creo que el Banco Central está todo el tiempo mirando qué pasa con el mercado y va a intentar no pasarse con la reducción. Será un poco conservador y, en esta coyuntura, no me parece mal.
-Un exfuncionario una vez dijo que nadie lo llamó para preguntarle cómo fue su experiencia en la función pública. ¿A usted le sucedió lo mismo? ¿Cree que el Gobierno se equivocó por falta de experiencia?
-Es cierto de este gobierno y de otros también. Tengo una larga trayectoria en la función pública, negocié durante cuatro o cinco años con el FMI en los 80 en el gobierno de Raúl Alfonsín y después fui ministro. Nadie me llamó ni en ese entonces ni ahora, en términos de negociación con el Fondo. Pero espero que llamen a otros, no les gustará lo que pienso o mi cara.
-¿Qué les aconsejaría si lo consultaran?
-No tengo dudas de que el Gobierno ha cometido muchos errores. Recibió una herencia muy pesada, que subestimó, y no declaró la magnitud del problema que tenía. Nosotros hicimos lo mismo. En el año 2000 [en el gobierno de Fernando de la Rúa], tampoco hicimos un estado de la herencia. En nuestro caso teníamos más razones para ello, porque nos vencían US$20.000 millones por año y si queríamos dar muchas explicaciones nos caíamos. El Gobierno tuvo la diferencia de que cuando llegó la Argentina estaba en default, así que no había ninguna urgencia de corto plazo de conseguir financiamiento. El plan que tiene ahora el Gobierno en marcha es de emergencia, no es un programa dorado de estabilización. Y, por ser de emergencia, le está saliendo bien. La situación está mucho más razonable que hace cuatro meses. Puede haber más ruido, sí. Si el mundo estornuda, tal vez nos resfriemos.
-¿Por qué hace 50 años que la Argentina no crece?
-La falta de diálogo es parte del problema, de la voluntad de generar ciertos consensos. Lo de la Argentina es bastante destructivo, llega uno y dice: "Yo voy a hacer las cosas bien, no atiendo a nadie, no veo a nadie". Después llega otro y hace lo mismo. No es solo una característica de este gobierno o del anterior.
Cuando uno cree que tiene la verdad y que se puede domesticar la inflación muy rápido, se equivoca. Hay algunas cosas de soberbia que han sido parte de la historia argentinaJosé Luis Machinea, expresidente del Banco Central y exministro de Economía
-¿Es por soberbia?
-Es soberbia o es decir: "Los otros se equivocaron, yo lo haré bien". Esta idea de subestimar los problemas por decir: "Lo que pasa es que no lo manejaron bien; este es el mejor equipo de los últimos 50 años". Puede ser, pero hubo equipos buenos en los últimos años. Cuando uno cree que tiene la verdad y que se puede domesticar la inflación muy rápido, se equivoca. Hay algunas cosas de soberbia, que no es solamente una característica de este gobierno, ha sido parte de la historia argentina. Además, tenemos una inflación alta, que es un problema serio y que lo asocio a que ha sido una manera de dilucidar el conflicto distributivo. Cuando uno me presiona de aquí, yo le doy algo más. La consecuencia es que el déficit fiscal crece en el intento de solucionar los problemas dándoles un poco más a todos, y la consecuencia es la inflación.
-¿Cuál es el atractivo de estar en la función pública? ¿Pocos ministros de Economía duraron en el cargo? ¿Es la adrenalina?
-Sí, es la adrenalina. En mi caso, y supongo que en el de mucha gente, es la idea de que hemos trabajado, estudiado y discutido mucho sobre la economía argentina y decimos: "Yo creo saber cómo se puede ayudar a manejar esto". Eso tiene un atractivo. Es distinto para distintas personas. En mi caso, es querer ayudar a arreglar los problemas del país. Puede haber un poco de soberbia personal en eso quizá, pero básicamente es esa idea de que uno tiene una misión que cumplir. Otros irán por otros motivos.
-¿Por qué cuando llegan a la función pública no pueden implementar lo que tenían en mente?
-En la Argentina no hay paciencia. Está ese conflicto permanente, en términos de distribución del ingreso. Todos los argentinos imaginamos esta idea de que este es un país rico, como dice Mario Blejer. Como nos creemos ricos, cuando alguien me saca algo, nos preguntamos por qué. Puede ser el FMI, el imperialismo, los empresarios o hasta los trabajadores. La idea de que hay que hacer un esfuerzo, cada uno lo entiende como que alguien me está sacando algo para darle a otro, y no se asocia a la falta de crecimiento. En la Argentina es especialmente difícil. Creo que a veces los economistas cometemos errores, pero la política es muy complicada.
Los argentinos imaginamos esta idea de que este es un país rico. Como nos creemos ricos, cuando alguien me saca algo, nos preguntamos por qué. Nadie lo asocia a la falta de crecimiento"José Luis Machinea, expresidente del Banco Central y exministro de Economía
-¿Cómo ve al radicalismo?
-Lo veo razonablemente bien. Ha tenido durante estos años la capacidad de generar una fuerza en varias provincias y en el Congreso. La coalición con el Gobierno funcionó desde el punto de vista electoral. Creo que no funcionó bien desde el punto de vista operativo. Hubo poca presencia del radicalismo en la toma de decisiones y es algo que tiene que mejorarse. Mi sensación es que hay un cambio en el Gobierno, suficiente o no, no sé, pero hay un cambio.
-¿A qué economista ve con proyección dentro del espacio?
-Faltan más jóvenes que aparezcan con vocación de función pública y con alguna vocación política en el buen sentido. Esta idea de que "vamos a hacer las cosas bien porque nosotros sabemos de economía" a veces sin entender que la función pública requiere un equilibrio entre los conocimientos de uno y las tensiones políticas y sociales propios de esta economía.
-¿Cómo terminará este año el PBI?
-La economía va a crecer entre punta y punta, pero cuando tomamos el promedio respecto del año anterior seguramente va a mostrar una caída. Por otra parte, el Gobierno ha sido incapaz de mostrar primero el problema que tenía del punto de arranque y de explicar ciertas cosas que hace, para bien o para mal. Hay momentos en que hemos pasado del atril de Cristina, de esa manera de encontrarles una explicación a todos los problemas, a casi el Boletín Oficial. Ha habido un exceso de explicación en algún momento y hay una deficiencia en la explicación por el lado del Gobierno.
-Está por viajar a dar una conferencia en el exterior, ¿cómo ven el país afuera?
-La Argentina, más allá de este gobierno o del anterior, genera una sonrisa cuando uno pregunta. Cómo puede ser que siempre tengamos un problema, que no podamos bajar la inflación a un dígito, cuando todos los países de América Latina lo lograron, que el PBI argentino haya crecido en los últimos años nada más que 15% y los otros crecieron 60%. Pero no solo ahora, pasó en las últimas décadas.
S. D.
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