La familia Mitchell vs. las máquinas: una imperdible aventura animada
Una película de Netflix que divierte y emociona con las mejores herramientas del género
N. T.
La familia Mitchell vs. las máquinas: una imperdible aventura familiar animada NETFLIX
La familia Mitchell vs las máquinas (The Mitchells vs. the Machines / Estados Unidos, 2021). Dirección y guion: Michael Rianda y Jeff Rowe. Duración: 113 minutos. Disponible en: Netflix.
Una adolescente en busca de su lugar en el mundo, un chico tan obsesionado con los dinosaurios que ya agotó a todos sus conocidos con el tema y busca en la guía telefónica alguien al que le pueda interesar la charla, una mamá amorosa aunque algo despistada y un papá con buenas intenciones pero más testarudo que comprensivo. Y un perrito al que le sobran kilos, le falta inteligencia y, por más que lo intente, no logra que sus ojos miren en la misma dirección. Esa es la familia Mitchell, el núcleo central de la película de animación disponible en Netflix que puede que sea su mejor largometraje estreno en mucho tiempo. Y no solo de animación.
Es que la historia escrita y dirigida por Michael Rianda y Jeff Rowe, creadores de la fantástica serie animada Gravity Falls (hay un par de temporadas disponibles en Disney+) consigue lo que tantos quieren y pocos logran: divierte, emociona, incluye a toda la familia y aunque tiene un mensaje que comunicar nunca deja que la moraleja o la corrección política se apodere del relato. Con la producción de Phil Lord y Christopher Miller, los reconocidos directores de La gran aventura Lego, La familia Mitchell vs las máquinas, aprovecha todas las posibilidades tecnológicas y estéticas del género y subvierte casi todo lo que se espera de él. La película de Netflix estira los límites de la animación sin romperlos al combinar los dibujos digitales con pinceladas de imágenes reales y detalles que hacen pensar en la estética del cómic y del arte pop.
Claro que más allá de sus hallazgos de puesta en escena y efectos visuales, lo que separa al film producido por Sony de la más reciente producción de Pixar, el líder indiscutido de la animación industrial, es una vitalidad y alegría que en películas como Unidos y especialmente Soul, estaban ausentes mientras que en La familia Mitchell vs las máquinas aparecen de a montones.
La Familia Mitchell vs. las Máquinas NETFLIX
Cuando Katie, la creativa hija mayor de la familia, se prepara para irse a la universidad soñada, a su papá no se le ocurre mejor idea para arreglar su distante relación que emprender un viaje en auto a través de los Estados Unidos. Claro que lo que nadie sabe es que mientras los Mitchell discuten en su destartalado auto, en Silicon Valley se prepara una revolución. Con un guiño a la influencia que ejerce la tecnología en los vínculos y el negocio de las constantes actualizaciones de las empresas que la proveen, la trama imagina que quienes dicen basta no son los consumidores, sino las propias máquinas hartas de los maltratos de sus usuarios siempre listos para cambiarlas por un modelo más nuevo.
Con una mirada aguda sobre los alcances, ventajas y daños del mundo hiperconectado, el film nunca olvida que su corazón reside en los lazos entre los Mitchell, en aquello que los hace únicos, a veces adorables y a veces insoportables, pero siempre entretenidos y listos para luchar en familia para salir adelante
La familia Mitchell vs. las máquinas: una imperdible aventura familiar animada NETFLIX
La familia Mitchell vs las máquinas (The Mitchells vs. the Machines / Estados Unidos, 2021). Dirección y guion: Michael Rianda y Jeff Rowe. Duración: 113 minutos. Disponible en: Netflix.
Una adolescente en busca de su lugar en el mundo, un chico tan obsesionado con los dinosaurios que ya agotó a todos sus conocidos con el tema y busca en la guía telefónica alguien al que le pueda interesar la charla, una mamá amorosa aunque algo despistada y un papá con buenas intenciones pero más testarudo que comprensivo. Y un perrito al que le sobran kilos, le falta inteligencia y, por más que lo intente, no logra que sus ojos miren en la misma dirección. Esa es la familia Mitchell, el núcleo central de la película de animación disponible en Netflix que puede que sea su mejor largometraje estreno en mucho tiempo. Y no solo de animación.
Es que la historia escrita y dirigida por Michael Rianda y Jeff Rowe, creadores de la fantástica serie animada Gravity Falls (hay un par de temporadas disponibles en Disney+) consigue lo que tantos quieren y pocos logran: divierte, emociona, incluye a toda la familia y aunque tiene un mensaje que comunicar nunca deja que la moraleja o la corrección política se apodere del relato. Con la producción de Phil Lord y Christopher Miller, los reconocidos directores de La gran aventura Lego, La familia Mitchell vs las máquinas, aprovecha todas las posibilidades tecnológicas y estéticas del género y subvierte casi todo lo que se espera de él. La película de Netflix estira los límites de la animación sin romperlos al combinar los dibujos digitales con pinceladas de imágenes reales y detalles que hacen pensar en la estética del cómic y del arte pop.
Claro que más allá de sus hallazgos de puesta en escena y efectos visuales, lo que separa al film producido por Sony de la más reciente producción de Pixar, el líder indiscutido de la animación industrial, es una vitalidad y alegría que en películas como Unidos y especialmente Soul, estaban ausentes mientras que en La familia Mitchell vs las máquinas aparecen de a montones.
La Familia Mitchell vs. las Máquinas NETFLIX
Cuando Katie, la creativa hija mayor de la familia, se prepara para irse a la universidad soñada, a su papá no se le ocurre mejor idea para arreglar su distante relación que emprender un viaje en auto a través de los Estados Unidos. Claro que lo que nadie sabe es que mientras los Mitchell discuten en su destartalado auto, en Silicon Valley se prepara una revolución. Con un guiño a la influencia que ejerce la tecnología en los vínculos y el negocio de las constantes actualizaciones de las empresas que la proveen, la trama imagina que quienes dicen basta no son los consumidores, sino las propias máquinas hartas de los maltratos de sus usuarios siempre listos para cambiarlas por un modelo más nuevo.
Con una mirada aguda sobre los alcances, ventajas y daños del mundo hiperconectado, el film nunca olvida que su corazón reside en los lazos entre los Mitchell, en aquello que los hace únicos, a veces adorables y a veces insoportables, pero siempre entretenidos y listos para luchar en familia para salir adelante
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Estados Unidos vs Billie Holiday: una brillante interpretación al rescate de una biopic un tanto obviaEl enorme trabajo de Andra Day como la legendaria intérprete consigue salvar a una película que carece de sutilezas y matices
D. B.
Estados Unidos vs Billie Holiday: una brillante interpretación al rescate de una biopic un tanto obvia Amazon Prime Video
Estados Unidos vs. Billie Holiday (The United States vs. Billie Holiday, Estados Unidos/2021). Dirección: Lee Daniels. Guion: Suzan-Lori Parks. Fotografía: Andrew Dunn. Edición: Jay Rabinowitz. Música: Kris Bowers. Elenco: Andra Day, Trevante Rhodes, Garrett Hedlund, Leslie Jordan, Miss Lawrence, Adriane Lenox, Rob Morgan, Natasha Lyonne y Da’vine Joy Randolph. Duración: 130 minutos. Disponible en: Amazon Prime Video.
¿Puede una actuación salvar una película? La respuesta a esa pregunta hay que buscarla en el virtuoso y multifacético trabajo de Andra Day en el marco de una biopic obvia y elemental como Estados Unidos vs. Billie Holiday.
Si en su puesta en escena del guion de Suzan-Lori Parks el director Lee Daniels apeló al trazo grueso, a una bajada de línea demasiado torpe y subrayada, hay que reconocerle al responsable de El enemigo indeseado, Preciosa, The Paperboy, El mayordomo y la serie Empire el mérito de haberle dado a Day el suficiente espacio creativo para que concretara una interpretación consagratoria que le valió incluso una nominación al Oscar (premio que perdió hace pocos días frente a Frances McDormand). Ascendente cantautora, Day llegaba a este exigente desafío con apenas un puñado de actuaciones en cortometrajes y algún papel secundario, pero a pesar de su inexperiencia logró imprimirle a su personaje tanto la fuerza expresiva como la vulnerabilidad de una artista brillante, una leyenda del jazz con una vida personal desgarradora.
Es que Eleanora Holiday Fagan (más conocida como Billie Holiday) era una adicta al alcohol y la heroína. Su deteriorado cuerpo resistió hasta el 17 de julio de 1959. Tenía apenas 44 años. Precisamente sus adicciones fueron el flanco débil por el que la atacaron quienes la despreciaban y temían por sus posturas políticas. Billie solía cantar en sus conciertos “Strange Fruit”, tema que denunciaba los linchamientos de los afroamericanos en los estados del sur de los Estados Unidos y que fue tomado como himno y emblema por el movimiento por los derechos civiles. Harry Anslinger (Garrett Hedlund), uno de los impulsores de la guerra contra las drogas desde el Federal Bureau of Narcotics, se obsesionó para que dejara de interpretar esa canción y desató una impiadosa campaña en su contra que incluyó desde infiltrar en su círculo íntimo al agente Jimmy Fletcher (Trevante Rhodes) hasta procesos legales que terminaron con ella en prisión.
La película de Daniels, impecable en su reconstrucción de época, cuidada en sus pasajes musicales, carece por completo de sutilezas y matices al punto que termina cayendo en lo maniqueo y lo manipulatorio incluso cuando la denuncia contra la violencia de género, las traiciones y los abusos sea encomiable y bienintencionada. Pero es entonces cuando aparece el carisma, la presencia y sobre todo la voz de su protagonista para rescatar al film y responder al interrogante inicial de esta crítica.
Nacida como Cassandra Monique Batie, ella eligió el nombre artístico de Andra Day. Y Lady Day era el apodo con que se mencionaba en todos los ámbitos a Billie Holiday. ¿Mera coincidencia, simple casualidad? Más bien parece que (Andra) Day nació para personificar a (Lady) Day. Y lo hizo de forma deslumbrante en un film sin demasiado brillo.
Estados Unidos vs Billie Holiday: una brillante interpretación al rescate de una biopic un tanto obvia Amazon Prime Video
Estados Unidos vs. Billie Holiday (The United States vs. Billie Holiday, Estados Unidos/2021). Dirección: Lee Daniels. Guion: Suzan-Lori Parks. Fotografía: Andrew Dunn. Edición: Jay Rabinowitz. Música: Kris Bowers. Elenco: Andra Day, Trevante Rhodes, Garrett Hedlund, Leslie Jordan, Miss Lawrence, Adriane Lenox, Rob Morgan, Natasha Lyonne y Da’vine Joy Randolph. Duración: 130 minutos. Disponible en: Amazon Prime Video.
¿Puede una actuación salvar una película? La respuesta a esa pregunta hay que buscarla en el virtuoso y multifacético trabajo de Andra Day en el marco de una biopic obvia y elemental como Estados Unidos vs. Billie Holiday.
Si en su puesta en escena del guion de Suzan-Lori Parks el director Lee Daniels apeló al trazo grueso, a una bajada de línea demasiado torpe y subrayada, hay que reconocerle al responsable de El enemigo indeseado, Preciosa, The Paperboy, El mayordomo y la serie Empire el mérito de haberle dado a Day el suficiente espacio creativo para que concretara una interpretación consagratoria que le valió incluso una nominación al Oscar (premio que perdió hace pocos días frente a Frances McDormand). Ascendente cantautora, Day llegaba a este exigente desafío con apenas un puñado de actuaciones en cortometrajes y algún papel secundario, pero a pesar de su inexperiencia logró imprimirle a su personaje tanto la fuerza expresiva como la vulnerabilidad de una artista brillante, una leyenda del jazz con una vida personal desgarradora.
Es que Eleanora Holiday Fagan (más conocida como Billie Holiday) era una adicta al alcohol y la heroína. Su deteriorado cuerpo resistió hasta el 17 de julio de 1959. Tenía apenas 44 años. Precisamente sus adicciones fueron el flanco débil por el que la atacaron quienes la despreciaban y temían por sus posturas políticas. Billie solía cantar en sus conciertos “Strange Fruit”, tema que denunciaba los linchamientos de los afroamericanos en los estados del sur de los Estados Unidos y que fue tomado como himno y emblema por el movimiento por los derechos civiles. Harry Anslinger (Garrett Hedlund), uno de los impulsores de la guerra contra las drogas desde el Federal Bureau of Narcotics, se obsesionó para que dejara de interpretar esa canción y desató una impiadosa campaña en su contra que incluyó desde infiltrar en su círculo íntimo al agente Jimmy Fletcher (Trevante Rhodes) hasta procesos legales que terminaron con ella en prisión.
La película de Daniels, impecable en su reconstrucción de época, cuidada en sus pasajes musicales, carece por completo de sutilezas y matices al punto que termina cayendo en lo maniqueo y lo manipulatorio incluso cuando la denuncia contra la violencia de género, las traiciones y los abusos sea encomiable y bienintencionada. Pero es entonces cuando aparece el carisma, la presencia y sobre todo la voz de su protagonista para rescatar al film y responder al interrogante inicial de esta crítica.
Nacida como Cassandra Monique Batie, ella eligió el nombre artístico de Andra Day. Y Lady Day era el apodo con que se mencionaba en todos los ámbitos a Billie Holiday. ¿Mera coincidencia, simple casualidad? Más bien parece que (Andra) Day nació para personificar a (Lady) Day. Y lo hizo de forma deslumbrante en un film sin demasiado brillo.
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