sábado, 25 de febrero de 2023

VAMOS AL TEATRO

LOS AÑOS, CREACIÓN DE MARIANO PENSOTTI

DE MIÉRCOLES A DOMINGO A LAS 20,30

TEATRO SAN MARTÍN CORRIENTES 1530

DESDE 1330 $

Los años. El recuerdo futuro de nuestro tumultuoso presente, según Mariano Pensotti
Este esperado espectáculo abre la temporada del San Martín y forma parte del FIBA, que comienza hoy; allí, un mismo personaje habita dos casas separadas por 30 años de historia
Alejandro Cruz| Fotos Santiago Filipuzzi..Con su grupo de teatro La Marea, Mariano Pensotti dio forma a elogiados espectáculos como El pasado es un animal grotesco, Cineastas y El público
Hoy comienza una nueva edición del Festival Internacional de Buenos Aires. La apertura formal será en el Centro Cultural 25 de Mayo, de Villa Urquiza, con By Heart, obra creada, actuada y dirigida por el portugués Tiago Rodrigues. Durante el encuentro que organiza el gobierno porteño se presentarán hasta el domingo 5 de marzo obras internacionales y locales en salas y espacios no tradicionales.
Como es costumbre en este festival desde 1997, diversas instituciones suman a la grilla del FIBA sus propias producciones. Es el caso del Complejo Teatral de Buenos Aires, que esta vez aportará al festival un esperado (y postergado) estreno que ya tuvo su debut en Europa. Se trata de Los años, una nueva producción con texto y dirección del talentoso Mariano Pensotti que cuenta con las actuaciones de Mara Bestelli, Marcelo Subiotto, Bárbara Massó, Paco Gorriz y Julián Keck. Esta nueva aventura desmesurada –uno de los tantos sellos de Pensotti– se estrenará mañana en el Teatro San Martín. Cuenta con música en escena de Diego Vainer, diseño del espacio escénico y el vestuario de Mariana Tirantte y la producción artística de Florencia Wasser. Los cuatro conforman el grupo La Marea, responsable de El pasado es un animal grotesco, Cineastas, El público, Arde brillante en los bosques de la noche y La marea.
Los años. Mariano Pensotti imagina un futuro posible y cercano
La obra es el primer estreno local en la temporada del Complejo Teatral que también forma parte del FIBA, que comienza esta noche
El dispositivo escénico con las dos casas diseñado por Mariana Tirantte
La marea, aquella descomunal maquinaria escénica del grupo que se instaló en el Pasaje Rivarola, llegó a tener doce versiones en Europa, Asia y América.
El viernes pasado, mientras el iluminador David Seldes trabaja en imperceptibles detalles de la puesta –es un ejercicio que ya conoce, porque Los años ya se montó en diversas ciudades europeas– Pensotti se hace un tiempo por hablar con LA NACION. Extrañamente para un creador escénico de amplia trayectoria, es la primera vez que una producción suya fue programada en la sala Martín Coronado, la de mayor capacidad y peso simbólico del Complejo Teatral.
“Para ser sinceros, no nos habíamos dado cuenta de eso. Para nosotros, el Teatro Sarmiento, en donde sí trabajamos varias veces, es una sala que nos resulta muy natural, que queremos mucho; pero a 23 años de haber estrenado mi primera obra y casi veinte de haber creado el grupo La Marea, es raro que se trate de nuestro primera trabajo escénico en el San Martín. Sí debo reconocer que está bueno estar en esta sala. Por un lado, porque es una propuesta que siempre habla de los restos del pasado en el presente y del presente en el futuro y, desde esa perspectiva, es interesante estar en una sala cargada de historias. Esta obra no funcionaría en un galpón impersonal”, apunta este creador cuyas obras se presentaron en festivales de Bélgica, Alemania, Francia, Irlanda, Letonia, Brasil, Canadá, Japón, Austria, España, Chile, Inglaterra, Dinamarca y Suiza.
Los años cuenta la historia de Manuel en dos momentos muy diferentes de su vida: cuando tiene 30 años, en 2020, y cuando tiene 60, en 2050. Los dos relatos se narran de manera simultánea en las dos casitas que están ya instaladas en la Martín Coronado, diseñadas por Mariana Tirantte, una figura clave en lo que hace a las inquietantes producciones de Pensotti.
“La idea de trabajar con el futuro marca una diferencia en relación a los trabajos anteriores del grupo en los que rondaban algo de la invención de pasado, de cómo cambiamos nuestro pasado cada vez que lo narramos sobrevolando el legado de la generación de los 70 y los 80. Esta vez nos fuimos hacia el futuro pero no como ejercicio de ciencia ficción sino de algo así como imaginar lo que se va a recordar de este presente en el futuro”.
Hay otra diferencia en relación a las obras anteriores: esta vez Buenos Aires no fue el punto de partida. Y aunque no se trate del estreno mundial y aunque Pensotti tiene una larga experiencia de presentar sus grandes producciones en otros escenarios del mundo, reconoce que anda con dolor de panza (en verdad, usa otra expresión).
El proceso de Los años tuvo sus bemoles. Por lo pronto, un “detalle” trastocó lo pensado: la pandemia. Y tanto modificó la cosa que la idea original de la obra era trabajar con el personaje central en la actualidad en paralelo con lo que le había sucedido hace 30 años. “Es un obra muy extraña en lo que se refiere a su génesis. Esta obra viene rebotando en el tiempo desde hace tiempo. La había escrito justo antes de la pandemia. El personaje del joven transcurría en los 90 y el del viejo, en la actualidad. La terminé de escribir y me pareció una pelotudez galáctica –admite–. Luego, vino la pandemia: dos años sin hacer obras, sin viajar y en medio de la incertidumbre conocida por todos. Estando encerrado en casa hice lo que no se podía hacer en ese momento: pensar en el futuro. A partir de ese volantazo, casi todo lo que tenía escrito ya no funcionaba. Sí se mantuvo la faceta del personaje central que de joven es un arquitecto que está haciendo un documental sobre edificios de Buenos Aires que son copias de extranjeros cuyos originales fueron destruidos por las guerras, tema que siempre me obsesionó. Esa faceta, como suele suceder en mis obras –que tienen diversas capas– me permite pensar a la ciudad como un doble de un original que ya no existe, la ciudad como escenografía teatral”.
En medio del gran escenario de la Martín Coronado hay dos casitas de dos pisos iguales en algo así como un “colmo del hiperrealismo teatral”. En algunas escenas, las casas hermanas tienen un leve giro que, en palabras de Pensotti, dan la idea “de un librito” que se abre y se cierra. “El espectador estará viendo dos historias simultáneamente pero, a la vez, son tres: aparece el hoy, lo que sucede en 2050 y lo que ese espectador imagine sobre lo que pasó en esa elipsis, el medio de ambos momentos. Son tres tiempos en juego en lo que estás viendo qué ganó o qué perdió esa persona en esos treinta años que no se están mostrando”, cuenta el arquitecto de esta estructura dramática desbordada, cargada de niveles de lectura y que –como sucede con sus personajes–está poblada con seres con quienes es muy fácil empatizar.
En esta especie de rompecabezas, la parte de arriba de las dos casas , donde están los dormitorios, están tapadas con una especie de tul en el que se proyecta parte del documental que Manuel filmó sobre esos edificios que homenajean a sus predecesores europeos. Claro que, como es costumbre en los seres pensottianos, por llamarlos de algún modo, una tarde, Manuel, en su versión joven, paseando por Constitución se encuentra con un pibe que vive solo en un edificio abandonado al que intenta ayudar. Como este otro personaje es de Lugano parte de las proyecciones de Los años incluyen imágenes de esa verdadera (otra) ciudad que empezó a construirse en la década del 70. En el viaje constante por el tiempo, el personaje del arquitecto/ documentalista vuelve a la Argentina treinta años después intentando saber qué pasó con aquel otro joven, sobre el que intentar hacer un nuevo documental.
De El público a La obra
Lo ultimo que el grupo La marea presentó en el San Martín fue en su única sala de cine: la Lugones. Aquello se llamó El público y formó parte de la edición de 2020 del FIBA. En perspectiva, aquel montaje que en algún momento el espectador transitaba por la avenida Corrientes fue una especie de homenaje y reivindicación a ese público en vivo que dejó de existir a pocos días después cuando se decretó la cuarentena. “Hicimos ciencia ficción sin saberlo”, reconoce Pensotti.
Ese mismo trabajo cinematográfico de radical génesis teatral tuvo otras versiones en otros países. Pasaron los años y la maquinaria del grupo La marea se volvió a poner en movimiento con Los años, espectáculo que fue programado por Jorge Telerman cuando era el director del Complejo Teatral. Recién se pudo estrenar a fines de 2021 en Alemania y luego anduvo de gira (el proceso inverso de las obras anteriores, cuyo estreno mundial fue siempre en Buenos Aires). Claro que antes de entrar en modo road movie, se había ensayado en una sala del San Martín cuando primaba la lógica de barbijos y todos los protocolos imaginables.
Los años sigue la línea de “obras imposibles” a las que tiene acostumbrado el grupo al público, que como tales suelen tener un largo rodaje por el mundo. De hecho, la próxima obra, que se llamará La obra ya tiene previsto su debut internacional en Viena, a fin de año. “No entiendo qué perciben afuera de nuestras obras. Sí entiendo lo humanista de los personajes, pero estas obras, que son bastante complejas, hacen siempre referencia a temas locales”, reconoce este creador netamente porteño.
Sin embargo, es uno de los contados creadores teatrales argentinos que tienen una verdadera inserción internacional siendo siempre fieles a ciertas pautas del circuito alternativo, en el que Pensotti se formó. “Desde que estrenamos La marea hasta el momento tuvimos la voluntad política de seguir con cierta tradición del circuito alternativo, pero sin quedarnos relegados a las posibilidades de las salitas de la ciudad. Porque todos los políticos y gestores se llenan la boca hablando maravillas de la escena alternativa porteña porque les resulta muy cómodo tenernos en esos lugares a los que no necesitan poner mucha plata, en los que nos autoexplotamos. Diría que lo nuestro fue como reclamar un tipo de teatro distinto”, señala.
– Apelando a la lógica temporal de la obra, ¿qué pasaba con vos hace 30 años cuando todavía no habías estrenado ningún espectáculo?
–¡Qué pregunta! Acabo de cumplir 50 años. A mis 20 me acababa de ir a vivir solo y no tenía idea de lo que iba a hacer. Vivía en un departamento del centro. De hecho, El pasado es un animal grotesco comenzaba en esa casa, con un personaje que se había mudado ahí. Yo estaba en un momento de precarización económica absoluta, vendiendo cosas en los colectivos: revistas sobre el VIH, tijeras, linternas… Venía de abandonar el secundario, que no terminé y fue una tragedia familiar. Había estudiado cine, pero no pude continuar por falta de plata. El teatro no estaba en mi horizonte.
– Pero siete años después estrenaste tu primera obra.
– Es cierto, si lo pienso ahora esos siete años no son nada, pero si me remonto a aquel período fue un montón de tiempo. Todo muy raro.
– ¿Y te imaginás a los 80 años haciendo teatro?
–Opa… (se ríe). No lo sé. Contrariamente a los que pasa con esta obra pienso poco en el futuro. Soy malo planificando, lo cual le ha dado cierta particularidad al grupo del que soy parte. Todo va sucediendo. Pero sí, te firmo que a los 80 seguiré haciendo teatro. Claro, me imagino un futuro complejo. En la obra se dice que dentro de treinta años ganará un partido de derecha las elecciones proponiendo que la Argentina vuelva a ser parte de España.
– Bueno, salvando el “detalle” de volver a ser colonia, quizás no esté tan alejado de la realidad.
–Totalmente, cuando empecé a escribir esta obra, tres años atrás el panorama era distinto al actual. No había un Milei como está instalado actualmente y en Italia no había ganado el fascismo. Claro que para nivelar un poco la cosa, la misma obra imagina que en el futuro la forma dominante del arte es el teatro, porque ya nadie quiere más lo grabado y todo tiene que ser en vivo nuevamente

LOS AÑOS, CREACIÓN DE MARIANO PENSOTTI

DE MIÉRCOLES A DOMINGO A LAS 20,30

TEATRO SAN MARTÍN CORRIENTES 1530

DESDE 1330 $


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