“Implementamos un plan integral que bajó los índices del delito”
Tras presentar la renuncia al Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, el funcionario hizo un balance de su gestión y habló sobre la polémica por la difusión de supuestos chats con jueces
Marcelo D’alessandro.
Gabriel Di Nicola | Foto Ignacio Sánchez
”Quiero ir a fondo para determinar quién ideó, financió y ordenó el operativo”, dijo Marcelo D’alessandro
Marcelo D’alessandro explica que su salida del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño fue una decisión que tomó él. Sostiene que el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, no le pidió la renuncia ni que diera un paso al costado. Hace dos meses y medio, tras el escándalo que generó la revelación de supuestos chats con jueces y empresarios tras un viaje a Lago Escondido, en Río Negro, había solicitado una licencia. Ahora, dice que decidió dejar su cargo porque, al estar como querellante en la causa donde se intenta determinar a los responsables del hackeo de su teléfono celular, no puede estar al ciento por ciento como funcionario en un lugar donde se tiene que trabajar 24 horas los siete días de la semana. Asegura que deja a su sucesor “una de las mejores policías del país” y en el balance de su gestión afirma: “Implementamos un plan integral que bajó los índices del delito a niveles que no se habían visto en los últimos 28 años”.
Mañana será reemplazado por Eugenio Burzaco, que fue jefe de Policía Metropolitana, fuerza de seguridad porteña creada en 2008 por el entonces jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. También fue secretario de Seguridad de la Nación durante 2015 y 2019.
–¿Fue una renuncia decidida por usted o le pidieron que diese un paso al costado?
–No, tanto la licencia como la renuncia fueron decisiones mías. Se trató de una determinación personal en la que el jefe de gobierno porteño [Rodríguez Larreta] me acompañó y aceptó la decisión. La renuncia tiene que ver con dos motivos: en este ministerio tenés que estar 24 horas los siete días de la semana. En la investigación del hackeo que me hicieron, donde logramos detectar e identificar a los autores materiales, me presenté como querellante y quiero ir a fondo para determinar quién ideó, financió y ordenó el operativo. No voy a parar hasta verlos presos. Se trata de grupos de inteligencia que se venden al mejor postor. Alguien los contrató y les dio el trabajo orientado a hackear teléfonos de jueces, fiscales y funcionarios. En este contexto, como estoy de querellante y voy a ir hasta las últimas consecuencias, no estoy para darle el ciento por ciento al ministerio. Y no quiero ser un escollo en la campaña [como precandidato a presidente] de Rodríguez Larreta. En ningún momento me echó o me pidió que me corriera.
–¿Quién habría contratado a esos servicios de inteligencia?
–Hasta ahora los indicios sostienen que el único beneficiados con esta situación fue el kirchnerismo. Los únicos que se enteraron antes fueron los kirchneristas. De la investigación surge que para validar mi identidad y poder hackear mi teléfono consultaron una base de datos del Registro Nacional de las Personas (Renaper) y que esa consulta se validó con un usuario de la Jefatura de Gabinete de la Nación.
–¿Está confirmado que un usuario de la Jefatura de Gabinete hizo esa maniobra?
–Sí, está en el dictamen de la fiscal Daniel Dupuy [a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas porteña]. Están los oficios que contestó el Renaper respecto de que ese usuario que hizo la consulta era de la Jefatura de Gabinete. Buscaron mi número de trámite del DNI.
–¿Por qué se hizo ese viaje a Lago Escondido? ¿Se arrepiente?
–No me arrepiento en lo más mínimo. Nunca existió la intención de ocultar el viaje. Cada uno pagó [los gastos] y presentó sus facturas. Eso ya se comprobó. Me preocupa mucho más que una fuerza de seguridad como la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) investigue quiénes viajan y adónde. Se filtró un documento que no es público [la lista de pasajeros]. La filtración la hizo la PSA, ya que hay una clara orden de difundir. El viaje duró dos días. Gente con la que viajé la conozco desde hace 20 años, no conozco a otras personas. No tengo causas en las que me puedan favorecer esos jueces. Es ridículo pensar que el viaje se hizo por un intercambio.
–¿Esperaba otro tipo de apoyo de Rodríguez Larreta?
– Voy a contar una intimidad. Él me preguntó qué quería hacer, siempre tuve la posibilidad de decidir yo.
–¿Por qué apuntaron contra usted?
–Querían justificar el vínculo con la Justicia para justificar el lawfare. Obviamente, tengo relación con jueces y fiscales de todos los fueros.
–¿Descarta que sea parte de una disputa interna?
–Eso es lo que dice el kirchnerismo y quiere hacerlo ver así. Mirá qué casualidad. El kirchnerismo dice que el usuario del que consultó en la base de datos del Renaper era de una persona que trabajó con Marcos Peña [jefe de Gabinete en la presidencia de Mauricio Macri], pero la fiscal [Dupuy] determinó que fue fraguada su identidad, querían instalar la hipótesis del fuego amigo. Me da mucha bronca que hablen de filtración. Acá hubo una operación de inteligencia que alguien ordenó. Hubo edición y modificación de chats para beneficiar a alguien. No se puede correr el eje de que fue una operación de inteligencia. No es delito viajar. El kirchnerismo piensa en ideas conspirativas. Estas operaciones, históricamente, son del kirchnerismo. Le inventaron una cuenta en el exterior a Enrique Olivera [exjefe de gobierno porteño], vincularon a Francisco de Narváez con el Rey de la Efedrina (Mario Segovia, traficante que está detenido). Se manejan de esta manera. ¿Para qué viajar al sur para hacer una conspiración contra el kirchnerismo? Ellos piensan así.
–¿Qué va a ser ahora, además de su rol de querellante en la causa?
–Voy a estar con los equipos de seguridad en la campaña de Rodríguez Larreta.
–¿Qué balance hace de su gestión?
–Para mí fue un orgullo. Dimos cumplimiento al mandato constitucional de que la ciudad tenga su propia policía, su política de seguridad. Creamos la Policía de la Ciudad. Implementamos un plan integral que bajó los índices del delito a niveles que no se habían visto en los últimos 28 años. La tasa de homicidios dolosos por debajo de tres cada 100.000 habitantes nos coloca como la segunda capital más segura de América. Para mí eso es un orgullo. Tuvimos secuestros históricos de estupefacientes.
–¿Los vecinos de la ciudad ven reflejados esos números?
–Las estadísticas sirven para ver dónde y cómo estás. Hicimos un trabajo bajo cuatro pilares: tecnología al servicio de la seguridad; capacitación permanente, ya que estamos convencidos de que la mejor arma para un policía es la formación; un despliegue territorial, con una policía de cercanía y proximidad para volver al viejo esquema del policía de la esquina, y el control civil.
–¿Existe la posibilidad de que la ciudad tenga una situación espejo a la de Rosario, donde la violencia narco impone sus amenazas?
–En cualquier momento esa misma situación le puede pasar a cualquiera. En 2016 teníamos el índice más alto de homicidios dolosos en la villa 31, los narcos se disputaban el territorio. Entrar con la policía era lo más fácil, pero hicimos una presencia del Estado integral, con la instalación del Ministerio de Educación, con actividades culturales y la unidad de prevención barrial y recuperamos el territorio. No hay más homicidios dolosos por la disputa narco en ese lugar.
– ¿Qué Policía de la Ciudad le deja a su sucesor?
–Le dejo una de las mejores policías del país.
Hubo edición y modificación de chats para beneficiar a alguien. No se puede correr el eje de que fue una operación de inteligencia. Y estas operaciones, históricamente, son del kirchnerismo”
Marcelo D’alessandro explica que su salida del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño fue una decisión que tomó él. Sostiene que el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, no le pidió la renuncia ni que diera un paso al costado. Hace dos meses y medio, tras el escándalo que generó la revelación de supuestos chats con jueces y empresarios tras un viaje a Lago Escondido, en Río Negro, había solicitado una licencia. Ahora, dice que decidió dejar su cargo porque, al estar como querellante en la causa donde se intenta determinar a los responsables del hackeo de su teléfono celular, no puede estar al ciento por ciento como funcionario en un lugar donde se tiene que trabajar 24 horas los siete días de la semana. Asegura que deja a su sucesor “una de las mejores policías del país” y en el balance de su gestión afirma: “Implementamos un plan integral que bajó los índices del delito a niveles que no se habían visto en los últimos 28 años”.
Mañana será reemplazado por Eugenio Burzaco, que fue jefe de Policía Metropolitana, fuerza de seguridad porteña creada en 2008 por el entonces jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. También fue secretario de Seguridad de la Nación durante 2015 y 2019.
–¿Fue una renuncia decidida por usted o le pidieron que diese un paso al costado?
–No, tanto la licencia como la renuncia fueron decisiones mías. Se trató de una determinación personal en la que el jefe de gobierno porteño [Rodríguez Larreta] me acompañó y aceptó la decisión. La renuncia tiene que ver con dos motivos: en este ministerio tenés que estar 24 horas los siete días de la semana. En la investigación del hackeo que me hicieron, donde logramos detectar e identificar a los autores materiales, me presenté como querellante y quiero ir a fondo para determinar quién ideó, financió y ordenó el operativo. No voy a parar hasta verlos presos. Se trata de grupos de inteligencia que se venden al mejor postor. Alguien los contrató y les dio el trabajo orientado a hackear teléfonos de jueces, fiscales y funcionarios. En este contexto, como estoy de querellante y voy a ir hasta las últimas consecuencias, no estoy para darle el ciento por ciento al ministerio. Y no quiero ser un escollo en la campaña [como precandidato a presidente] de Rodríguez Larreta. En ningún momento me echó o me pidió que me corriera.
–¿Quién habría contratado a esos servicios de inteligencia?
–Hasta ahora los indicios sostienen que el único beneficiados con esta situación fue el kirchnerismo. Los únicos que se enteraron antes fueron los kirchneristas. De la investigación surge que para validar mi identidad y poder hackear mi teléfono consultaron una base de datos del Registro Nacional de las Personas (Renaper) y que esa consulta se validó con un usuario de la Jefatura de Gabinete de la Nación.
–¿Está confirmado que un usuario de la Jefatura de Gabinete hizo esa maniobra?
–Sí, está en el dictamen de la fiscal Daniel Dupuy [a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas porteña]. Están los oficios que contestó el Renaper respecto de que ese usuario que hizo la consulta era de la Jefatura de Gabinete. Buscaron mi número de trámite del DNI.
–¿Por qué se hizo ese viaje a Lago Escondido? ¿Se arrepiente?
–No me arrepiento en lo más mínimo. Nunca existió la intención de ocultar el viaje. Cada uno pagó [los gastos] y presentó sus facturas. Eso ya se comprobó. Me preocupa mucho más que una fuerza de seguridad como la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) investigue quiénes viajan y adónde. Se filtró un documento que no es público [la lista de pasajeros]. La filtración la hizo la PSA, ya que hay una clara orden de difundir. El viaje duró dos días. Gente con la que viajé la conozco desde hace 20 años, no conozco a otras personas. No tengo causas en las que me puedan favorecer esos jueces. Es ridículo pensar que el viaje se hizo por un intercambio.
–¿Esperaba otro tipo de apoyo de Rodríguez Larreta?
– Voy a contar una intimidad. Él me preguntó qué quería hacer, siempre tuve la posibilidad de decidir yo.
–¿Por qué apuntaron contra usted?
–Querían justificar el vínculo con la Justicia para justificar el lawfare. Obviamente, tengo relación con jueces y fiscales de todos los fueros.
–¿Descarta que sea parte de una disputa interna?
–Eso es lo que dice el kirchnerismo y quiere hacerlo ver así. Mirá qué casualidad. El kirchnerismo dice que el usuario del que consultó en la base de datos del Renaper era de una persona que trabajó con Marcos Peña [jefe de Gabinete en la presidencia de Mauricio Macri], pero la fiscal [Dupuy] determinó que fue fraguada su identidad, querían instalar la hipótesis del fuego amigo. Me da mucha bronca que hablen de filtración. Acá hubo una operación de inteligencia que alguien ordenó. Hubo edición y modificación de chats para beneficiar a alguien. No se puede correr el eje de que fue una operación de inteligencia. No es delito viajar. El kirchnerismo piensa en ideas conspirativas. Estas operaciones, históricamente, son del kirchnerismo. Le inventaron una cuenta en el exterior a Enrique Olivera [exjefe de gobierno porteño], vincularon a Francisco de Narváez con el Rey de la Efedrina (Mario Segovia, traficante que está detenido). Se manejan de esta manera. ¿Para qué viajar al sur para hacer una conspiración contra el kirchnerismo? Ellos piensan así.
–¿Qué va a ser ahora, además de su rol de querellante en la causa?
–Voy a estar con los equipos de seguridad en la campaña de Rodríguez Larreta.
–¿Qué balance hace de su gestión?
–Para mí fue un orgullo. Dimos cumplimiento al mandato constitucional de que la ciudad tenga su propia policía, su política de seguridad. Creamos la Policía de la Ciudad. Implementamos un plan integral que bajó los índices del delito a niveles que no se habían visto en los últimos 28 años. La tasa de homicidios dolosos por debajo de tres cada 100.000 habitantes nos coloca como la segunda capital más segura de América. Para mí eso es un orgullo. Tuvimos secuestros históricos de estupefacientes.
–¿Los vecinos de la ciudad ven reflejados esos números?
–Las estadísticas sirven para ver dónde y cómo estás. Hicimos un trabajo bajo cuatro pilares: tecnología al servicio de la seguridad; capacitación permanente, ya que estamos convencidos de que la mejor arma para un policía es la formación; un despliegue territorial, con una policía de cercanía y proximidad para volver al viejo esquema del policía de la esquina, y el control civil.
–¿Existe la posibilidad de que la ciudad tenga una situación espejo a la de Rosario, donde la violencia narco impone sus amenazas?
–En cualquier momento esa misma situación le puede pasar a cualquiera. En 2016 teníamos el índice más alto de homicidios dolosos en la villa 31, los narcos se disputaban el territorio. Entrar con la policía era lo más fácil, pero hicimos una presencia del Estado integral, con la instalación del Ministerio de Educación, con actividades culturales y la unidad de prevención barrial y recuperamos el territorio. No hay más homicidios dolosos por la disputa narco en ese lugar.
– ¿Qué Policía de la Ciudad le deja a su sucesor?
–Le dejo una de las mejores policías del país.
Hubo edición y modificación de chats para beneficiar a alguien. No se puede correr el eje de que fue una operación de inteligencia. Y estas operaciones, históricamente, son del kirchnerismo”
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