Tras el anuncio. El expresidente quiere ser el gran elector de la interna
Mauricio Macri ratificó que podría apoyar a alguno de los candidatos de Pro
Matías Moreno
Faltaban pocos minutos para que Mauricio Macri irrumpiera en el Goldencenter de Parque Norte cuando Eugenio Burzaco se topó con Néstor Grindetti. “Qué shock, ¿no?”, susurró el flamante ministro de Justicia y Seguridad de Horacio Rodríguez Larreta en el ingreso del salón principal. “Y eso que todos lo veíamos venir”, devolvió el intendente de Lanús y uno de los aliados de Patricia Bullrich en Buenos Aires. Rodrigo de Loredo y Fernando de Andreis comentaban pormenores del renunciamiento del fundador de Pro en el armado nacional. A escasos metros de ellos, Mario Negri se jactaba de haber anticipado hace meses la jugada. “Esperemos que ahora no caiga en la tentación de meterse en el barro”, deslizaba un referente de JxC. El lunes, a las 20.35, Macri reaparecía en público en la cena anual de la Fundación Libertad, tras anunciar su retirada en un video de YouTube. Se bajó de la camioneta y apuró el paso, escoltado por Juliana Awada hasta la puerta del lugar. Apenas se vio con Cayetana Álvarez de Toledo, sacó el celular del bolsillo y buscó un chat. Le comentó algo a la diputada española; llamó a ese contacto y le puso el teléfono al oído. De inmediato, Silvana Giudici, alfil de Bullrich, lo abordó para ensalzarlo: “Cada día te respeto más. Esto agranda tu liderazgo”, le dijo.
Rodeado de sus custodios y del equipo que filma su documental, Macri sonreía ante esas muestras de gratitud. Sus exfuncionarios comentaban que lo notaban liviano, como si se hubiera sacado peso de encima. Quienes lo frecuentan lo notan “sin la mochila” de tener que ser candidato. Sin el peso de la carga de una definición, Macri vuelve a transitar un cambio de piel. Él dice que está “sin filtro” y que dirá sin reparos lo que piensa. Expondrá las recetas del sector más liberal de Pro. En su círculo de confianza especulan con que desde ahora exhibirá una versión más descarnada a la hora de opinar sobre el proyecto de JxC. Y advierten que no descarta usar la carta del “gran elector”.
Macri renunció a volver a disputar la presidencia para “abrir paso a otros”, pero está claro que no imagina un retiro de la política ni ceder el liderazgo. De hecho, el expresidente encabezó ayer una reunión con intendentes y referentes de Pro en Buenos Aires, quienes reclaman a la conducción partidaria reglas de juego claras para evitar que la interna entre Bullrich y Larreta ponga en riesgo el control de sus distritos.
En las entrevistas que concedió desde que “ratificó” su decisión de no ser candidato Macri dejó en claro que está dispuesto a manifestar su preferencia por uno de los postulantes de Pro a la presidencia antes de las PASO del 13 de agosto. Esa será su nueva botonera para conservar su capacidad de influencia en la campaña y evitar que sus herederos busquen correrlo de la escena. “Si pienso que hay una persona que para este momento es la más adecuada, no puedo no decirles mi opinión”, dijo Macri, en diálogo con Cadena 3, de Córdoba. Y volvió a anotar a María Eugenia Vidal para la batalla presidencial.
La casa matriz
Macri también le marcó la cancha a Larreta en la ciudad, su principal foco de atención. Es la casa matriz de su partido y caja política de Pro. Es más: dijo que el jefe de gobierno porteño se va a “jugar” por su primo, Jorge, como sucesor. ¿Un recordatorio? Larreta mantiene por ahora a Fernán de Quirós y Soledad Acuña. El sábado, Macri se vio con Daniel Angelici, quien intentó persuadirlo de que acepte la elección “concurrente” –con la boleta única de papel– para que Martín Lousteau compita en igualdad de condiciones. Es decir, que no sufra el efecto arrastre de un candidato presidencial de la UCR poco taquillero.
“No sabemos qué va a hacer Mauricio”, admiten en la mesa chica del alcalde. Aspiran a “converger” y llegar a un acuerdo en la ciudad. Esa parece ser la gran carta de negociación de Larreta. Asocian la tensión a la ruptura de la lógica jefe-empleado entre Macri y Larreta, que se inició en la campaña de 2021.
Para Bullrich y los suyos, la decisión de Macri de no competir era un secreto a voces. Pero ella necesitaba escucharlo para que se le fuera el “temor” íntimo de que Macri se podía subir al ring. Ahora la titular de Pro y sus colaboradores escuchan con atención el “juego de palabras” del expresidente sobre su futuro rol. Él dice que será “ecuánime”, no “imparcial”. En el entorno de la exministra lo interpretan como una nueva señal de que podría explicitar su preferencia por ella.
En los pasillos del Goldencenter se respiraba un clima de alivio y euforia, aunque había quienes no ocultaban su pesar y nostalgia. Era una catarsis de emociones en Pro. “No te bajaste, te elevaste”, le dijo a Macri uno de sus íntimos. En la cena de la Fundación Libertad, laderos de Bullrich enumeraban los fieles de Macri que quedaron huérfanos ante la retirada del expresidente. Los llamaron “los viudos y viudas de Mauricio”. Es más, en el comando de campaña de Bullrich ya hablan de dejar pasar “los días de duelo” para activar la “ambulancia” y recoger a los heridos por la decisión de Macri de no competir. Ya se había acercado Laura Alonso. Y por estas horas ponen la mira en Cristian Ritondo, aspirante a gobernador y alfil de Vidal.
Así como Macri envió a Luciano Laspina o Hernán Lombardi a ayudar a Bullrich, aguardan que ahora se muevan otras fichas. Confiado en que él maneja el “portaaviones” de Pro, es decir, la ciudad, Larreta cree que la mayoría o muchos de ellos irán hacia su lado.
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