Gobernadores en alerta
Varios mandatarios reclaman compensaciones por los recortes en Ganancias e IVA impulsados por Massa; ya hay ajuste de gastos
Gabriela Origlia.Cornejo, de Mendoza, con Torres, de Chubut, que amenazó con no pagar aguinaldos
CÓRDOBA.– Guillermo Francos, casi seguro ministro del Interior del presidente electo Javier Milei, es por ahora el encargado de escuchar la preocupación de los gobernadores. Están inquietos los que se van, los que siguen y los que asumirán el 10 de diciembre. Todos, sin distinción de partidos.
Además de tender puentes con los que vienen, los mandatarios presionan sobre la actual gestión para que compense los recortes de la coparticipación que implicaron los cambios de Ganancias y el Compre sin IVA.
El mandatario electo de Chubut, Ignacio Torres (Juntos por el Cambio), dijo que sin esos recursos no va a poder pagar los aguinaldos. Su par santafesino, Maximiliano Pullaro, sostuvo que lo hará con “esfuerzo” y el riojano Ricardo Quintela y el tucumano Ricardo Jaldo, ambos peronistas, aseguraron que el pago está “garantizado”. Sin embargo, cuando se lo pidió Sergio Massa, los gobernadores mandaron a sus diputados y senadores a votar a favor de la eliminación de Ganancias.
Milei afirmó que sostendrá el cambio en Ganancias y el Compre sin IVA (hasta el 24 de noviembre la caída de recaudación real de este impuesto era del 13% interanual), por lo que los gobernadores de todo el país ya saben que tendrán que vivir con menos coparticipación.
Una proyección para 2024 marca que por Ganancias se recaudarían unos $3 billones menos, mientras que los ingresos por IVA caerían en $1,25 billones.
Tal como adelantó la nacion, si el combo de medidas anunciadas por Milei se cumple habrá provincias que solo podrán pagar los sueldos. Las más afectadas serían los distritos del norte, Santa Cruz y, en menor medida, San Luis. Buenos Aires está expectante por lo que suceda con el Fondo Fiduciario Federal, que este año está presupuestado en casi $200.000 millones.
Aunque mañana los peronistas se reunirán para insistirle al presidente Alberto Fernández que saque por decreto una compensación, tienen pocas expectativas. Firmaron sendas peticiones los mandatarios del norte y los de la Patagonia, pero no recibieron ninguna señal.
“No queda nada de tiempo –admite ante un funcionario de la administración saliente del sanjuanino Sergio Uñac–. Tendrán que afinar una estrategia entre todos los mandatarios porque la situación será muy complicada. A lo que ya se registra habrá que sumarle suba de tarifas de transporte y energía, freno de obra pública. Se vienen tiempos complejos”.
Medidas preventivas
Francos ya se reunió con Torres, con el bonaerense Axel Kicillof y con el salteño Gustavo Sáenz. Habló con varios más. Hoy es el turno de Pullaro. A su vez, todos los mandatarios tratan de tejer relaciones con los legisladores nacionales para tratar de blindarse ante la posibilidad de que otras bajas de impuestos que impulse Milei les terminen “vaciando” la coparticipación. A su vez, son varios los que ya empezaron a “curarse en salud”.
El gobernador cordobés electo, Martín Llaryora, había diseñado una estructura elefantiásica de 31 ministerios y agencias gubernamentales (una estrategia también para sumar dirigentes de diferentes partidos del “cordobesismo”). Pero ahora asegura que el esquema está “en revisión”, que habrá un achicamiento.
El reelegido Jaldo, por su parte, ya recortó gastos. “Gestionar con prudencia y eficiencia nos permite llevar tranquilidad a nuestra gente en el difícil contexto económico nacional y provincial que nos toca atravesar”, dijo. Su par catamarqueño, también reelecto, Raúl Jalil, logró que la Legislatura apruebe la ley que impide tres períodos consecutivos para gobernador, senadores, diputados e intendentes; pero también impulsa otras normas para derogar las PASO y ponerle un techo a los salarios de los funcionarios.
Marcelo Orrego, quien asumirá la gobernación de San Juan, anunció la reducción y fusión de ministerios. Después de la reunión de tres horas que mantuvieron a mitad de semana pasada, los mandatarios de JxC advirtieron que ratifican su decisión de “contribuir a la gobernabilidad de la Argentina”, pero también reclamaron “ser tomados en cuenta por el gobierno electo a la hora de definir políticas que afecten la gobernabilidad en nuestros propios distritos”.
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Sin ayuda nacional, Kicillof enfrenta el fantasma de una crisis financiera
En el entorno del gobernador advierten que la provincia podría ser inviable sin aportes del Tesoro
María José Lucesole
LA PLATA.– El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, reformula el presupuesto para 2024 tras la elección presidencial de Javier Milei y se prepara para un año financieramente complicado: sin aportes del Tesoro nacional, sin transferencias discrecionales y sin grandes obras de infraestructura, ahora solo espera que la Justicia no le quite, además, los recursos coparticipables en disputa con el gobierno porteño.
Dos funcionarios que estuvieron con Kicillof la semana pasada escucharon con preocupación un pronóstico sombrío. “Si cortan los ATN, las transferencias discrecionales y las grandes obras de infraestructura, la provincia va a estar muy complicada”, se lamentó un ministro que estuvo con Kicillof.
“Inviable” es la descripción que deslizó otro de los funcionarios que estuvieron con Kicillof. “Si la provincia no recibe ayuda de transferencias y de capital, será muy conflictivo; un escenario catastrófico”, evaluó otro ministro.
El gobernador por ahora mantiene cautela. Pero ya comenzó a dar signos de fragilidad financiera: pidió a la Legislatura autorización para tomar deuda por 150 millones de dólares para garantizar los aguinaldos. Su ministro de Hacienda, Pablo López, armó el proyecto por fuera del presupuesto y la ley impositiva 2024.
Kicillof evita referirse a Milei en público para no generar fricciones ya que sabe que de su buena voluntad para negociar dependerá, en gran parte, la gobernabilidad financiera de la provincia. El viernes último mantuvo un primer encuentro institucional con Guillermo Francos. De ese vínculo y de la continuidad de los fondos podría depender en adelante la viabilidad financiera de su gobierno.
Es que hasta octubre de este año la provincia de Buenos Aires recibió $517.131 millones en concepto de transferencias discrecionales, lo que supone una suba nominal del 128% respecto del año último y una suma real del 4%, según un estudio de la consultora Aerarium.
Estas transferencias fueron en su mayor parte asignadas a asistencia financiera (245.843 millones), educación (109.454 millones), déficit de cajas previsionales (60.989 millones), subsidios para hospitales (50.251 millones), asistencia alimentaria (23.933 millones) y ATN (7967 millones). Más 17.831 millones para obra pública y 869 millones en conceptos sin especificar. La suma de 517.131 millones de pesos supone el 43% del total de los fondos discrecionales que repartió el gobierno nacional, según Aerarium.
La sustentabilidad del gobierno de Kicillof dependió en gran medida de estos giros también el año pasado: a la misma fecha de 2022 la provincia había recibido $226.720 millones por fuera de la coparticipación.
En lo que respecta específicamente a los aportes del Tesoro nacional (ATN), las transferencias fueron de $9474 millones si se toman anualizados de octubre a octubre y no los diez primeros meses del año. En noviembre y diciembre de 2022 las transferencias fueron de 1543 millones; en enero, de 1582 millones; en mayo, de 2719 millones, y en agosto, de 3630 millones, siempre según la consultora.
Golpe al presupuesto
La provincia de Buenos Aires aún no dio a conocer sus propios números de este cierre presupuestario, que deberá rendir una vez que eleve el presupuesto para 2024. Lo cierto es que Kicillof tenía redactado un borrador de presupuesto bajo un esquema de gobierno de Sergio Massa –en función del borrador del presupuesto nacional–, que tras el triunfo de Javier Milei deberá ser reformulado.
El territorio bonaerense concentra el 38,7% de la población nacional, reúne al 38,5% de los titulares de la asignación universal por hijo, el 37% de los beneficiarios de las Tarjetas Alimentar. Tiene, además, el 35% de los hogares con necesidades básicas insatisfechas, el 56 por ciento de la población urbana en condiciones de pobreza y el 62% de la población debajo de la línea de la indigencia, entre otros indicadores de vulnerabilidad extrema.
Ningún funcionario admitirá hoy la fragilidad financiera a la que asoma la provincia, pero Kicillof destaca que la vulnerabilidad radica en que “desde el regreso de la democracia el Estado provincial contó con ingresos totales por habitante un 43 por ciento inferior al promedio del resto de las jurisdicciones”.
La provincia contribuye a la recaudación nacional con el 37,3% del total de los recursos, pero por el régimen de coparticipación federal recibe una asignación del 21,2 por ciento de los recursos nacionales. Desde septiembre de 2020 el presidente Alberto Fernández dispuso de un Fondo de Fortalecimiento Fiscal que supuso giros por $60.300 millones en 2021 y por 110.000 millones en 2022. El presupuesto 2023 preveía transferencias por 199.166 millones.
Este Fondo buscó “recomponer el equilibro entre la ciudad y la provincia de Buenos Aires”, dado que, en palabras de Alberto Fernández, pretendió revertir “el punto de exceso” que recibe la Capital a partir del decreto 194/2016, que incrementó la coparticipación porteña de 1,4 a 3,75 por ciento y que mediante un nuevo coeficiente estableció un 2.32 por ciento para CABA y el resto para Buenos Aires.
Este conflicto aún no está cerrado en la vía judicial y la provincia podría dejar de percibir también este concepto. Un escenario apocalíptico para Kicillof, sin un gobierno nacional del mismo signo político que habilite transferencias más allá de la coparticipación federal de impuestos.
LA PLATA.– El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, reformula el presupuesto para 2024 tras la elección presidencial de Javier Milei y se prepara para un año financieramente complicado: sin aportes del Tesoro nacional, sin transferencias discrecionales y sin grandes obras de infraestructura, ahora solo espera que la Justicia no le quite, además, los recursos coparticipables en disputa con el gobierno porteño.
Dos funcionarios que estuvieron con Kicillof la semana pasada escucharon con preocupación un pronóstico sombrío. “Si cortan los ATN, las transferencias discrecionales y las grandes obras de infraestructura, la provincia va a estar muy complicada”, se lamentó un ministro que estuvo con Kicillof.
“Inviable” es la descripción que deslizó otro de los funcionarios que estuvieron con Kicillof. “Si la provincia no recibe ayuda de transferencias y de capital, será muy conflictivo; un escenario catastrófico”, evaluó otro ministro.
El gobernador por ahora mantiene cautela. Pero ya comenzó a dar signos de fragilidad financiera: pidió a la Legislatura autorización para tomar deuda por 150 millones de dólares para garantizar los aguinaldos. Su ministro de Hacienda, Pablo López, armó el proyecto por fuera del presupuesto y la ley impositiva 2024.
Kicillof evita referirse a Milei en público para no generar fricciones ya que sabe que de su buena voluntad para negociar dependerá, en gran parte, la gobernabilidad financiera de la provincia. El viernes último mantuvo un primer encuentro institucional con Guillermo Francos. De ese vínculo y de la continuidad de los fondos podría depender en adelante la viabilidad financiera de su gobierno.
Es que hasta octubre de este año la provincia de Buenos Aires recibió $517.131 millones en concepto de transferencias discrecionales, lo que supone una suba nominal del 128% respecto del año último y una suma real del 4%, según un estudio de la consultora Aerarium.
Estas transferencias fueron en su mayor parte asignadas a asistencia financiera (245.843 millones), educación (109.454 millones), déficit de cajas previsionales (60.989 millones), subsidios para hospitales (50.251 millones), asistencia alimentaria (23.933 millones) y ATN (7967 millones). Más 17.831 millones para obra pública y 869 millones en conceptos sin especificar. La suma de 517.131 millones de pesos supone el 43% del total de los fondos discrecionales que repartió el gobierno nacional, según Aerarium.
La sustentabilidad del gobierno de Kicillof dependió en gran medida de estos giros también el año pasado: a la misma fecha de 2022 la provincia había recibido $226.720 millones por fuera de la coparticipación.
En lo que respecta específicamente a los aportes del Tesoro nacional (ATN), las transferencias fueron de $9474 millones si se toman anualizados de octubre a octubre y no los diez primeros meses del año. En noviembre y diciembre de 2022 las transferencias fueron de 1543 millones; en enero, de 1582 millones; en mayo, de 2719 millones, y en agosto, de 3630 millones, siempre según la consultora.
Golpe al presupuesto
La provincia de Buenos Aires aún no dio a conocer sus propios números de este cierre presupuestario, que deberá rendir una vez que eleve el presupuesto para 2024. Lo cierto es que Kicillof tenía redactado un borrador de presupuesto bajo un esquema de gobierno de Sergio Massa –en función del borrador del presupuesto nacional–, que tras el triunfo de Javier Milei deberá ser reformulado.
El territorio bonaerense concentra el 38,7% de la población nacional, reúne al 38,5% de los titulares de la asignación universal por hijo, el 37% de los beneficiarios de las Tarjetas Alimentar. Tiene, además, el 35% de los hogares con necesidades básicas insatisfechas, el 56 por ciento de la población urbana en condiciones de pobreza y el 62% de la población debajo de la línea de la indigencia, entre otros indicadores de vulnerabilidad extrema.
Ningún funcionario admitirá hoy la fragilidad financiera a la que asoma la provincia, pero Kicillof destaca que la vulnerabilidad radica en que “desde el regreso de la democracia el Estado provincial contó con ingresos totales por habitante un 43 por ciento inferior al promedio del resto de las jurisdicciones”.
La provincia contribuye a la recaudación nacional con el 37,3% del total de los recursos, pero por el régimen de coparticipación federal recibe una asignación del 21,2 por ciento de los recursos nacionales. Desde septiembre de 2020 el presidente Alberto Fernández dispuso de un Fondo de Fortalecimiento Fiscal que supuso giros por $60.300 millones en 2021 y por 110.000 millones en 2022. El presupuesto 2023 preveía transferencias por 199.166 millones.
Este Fondo buscó “recomponer el equilibro entre la ciudad y la provincia de Buenos Aires”, dado que, en palabras de Alberto Fernández, pretendió revertir “el punto de exceso” que recibe la Capital a partir del decreto 194/2016, que incrementó la coparticipación porteña de 1,4 a 3,75 por ciento y que mediante un nuevo coeficiente estableció un 2.32 por ciento para CABA y el resto para Buenos Aires.
Este conflicto aún no está cerrado en la vía judicial y la provincia podría dejar de percibir también este concepto. Un escenario apocalíptico para Kicillof, sin un gobierno nacional del mismo signo político que habilite transferencias más allá de la coparticipación federal de impuestos.
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