Según especialistas, Milei padeció la falta de “estructura”, mientras que la “motosierra” le dio verosimilitud a la campaña del miedo de sus rivales
Federico González del Solar
Las ambiciones de Javier Milei encontraron un freno en las elecciones generales, que barrieron con la ilusión libertaria de poder dar por terminada la contienda en la primera vuelta. La Libertad Avanza (LLA) recibió poco más de 530.000 nuevas adhesiones que le permitieron conservar el casi 30% obtenido en las PASO. Aquello que en medio de un clima de efervescencia por la victoria fue imaginado como una plataforma de despegue de cara a las generales terminó por convertirse en un firme techo de cristal.
“Sumó pero bajó”, resume el consultor Lucas Romero, que señala uno de los principales motivos detrás del estancamiento. “Durante todo el proceso electoral hemos destacado el problema de Milei: la falta de fiscalización. Es una de las dificultades de no tener una estructura”, explica. “En la PASO [Milei] recibió la bendición de que a uno de sus rivales, que tiene capacidad de fiscalización [por Sergio Massa], le convenía que a él le fuera bien. En las generales encaró el proceso sin esa fiscalización amiga que le hizo sentir el problema no tener estructura”, apunta. La caída en la interna de Horacio Rodríguez Larreta, a manos de Patricia Bullrich, y el sorpresivo surgimiento electoral de un partido sin presencia territorial ni parlamentaria pusieron en duda la relevancia de la “estructura”, revalidada por las elecciones del domingo 22 de octubre.
Es que la contracara del estancamiento libertario fue la recuperación de un oficialismo que, pese a los golpes que recibió por los casos de corrupción y al asedio de los alarmantes números de la economía, cuenta con una “estructura” partidaria tan extensa como profunda.
“Es un plusvalor del oficialismo”, remarca Cristian Buttie, de CB consultores. “El aparato le dio a Sergio Massa un diferencial de dos puntos”, precisa y pone como ejemplo la capacidad de los intendentes para movilizar la boleta del ministro de Economía, cuyo crecimiento no encontró casi resistencias a lo largo y ancho de todo el país. El candidato de UP, en promedio, creció más de siete puntos en todos y cada uno de los distritos electorales. “Si se observa cómo se correlaciona el crecimiento de Massa y la evolución de Milei, se encuentra que es inversa”, señala Romero. “Massa crece más donde Milei cae más. Se puede inferir que el peronismo recuperó votos de Milei en lo numérico”, agrega.
Shila Vilker, directora de la consultora Trespuntozero, coincide. “En los últimos tres o cuatro días antes de la elección, Milei se cayó y Massa despegó. Un poco por una migración de Milei a Massa, que se aceleró sobre el final”, dice y añade: “Milei capitalizó un voto importante de Bullrich, pero perdió votos propios en las primarias, un voto de ADN más peronista. Los últimos en llegar fueron los primeros que se le fueron”.
Buenos Aires
En Salta, gobernada por Gustavo Sáenz, de estrecho vínculo con Massa, UP creció más de 12 puntos porcentuales mientras que el candidato libertario perdió casi 10 con respecto a las PASO. Allí, entre ambas elecciones la participación creció 10 puntos. En Santiago del Estero, también gobernada por el oficialismo, la participación creció en igual medida y el líder libertario retrocedió casi cinco puntos porcentuales, mientras que Massa creció otros diez. Esta dinámica de crecimiento y retroceso, con distintas intensidades, se repite en 20 de los 24 distritos, pero es en la provincia de Buenos Aires, especialmente en su conurbano, donde esos porcentajes cobran un peso decisivo. Allí, Milei retrocedió casi dos puntos y Massa se estiró 10, uno de los crecimientos porcentuales más altos. A la revalorizada “estructura”, Romero le suma otros aspectos de incidencia. “Los factores que pueden haber motivado esto son esencialmente dos: la hostilidad de Milei con el Papa y la Iglesia católica en una sociedad altamente creyente; y la campaña del miedo, que por los números no hay otra opción que concluir que ha sido especialmente efectiva en el Gran Buenos Aires”, observa.
En este sentido el “aparato” del oficialismo, aparte de aportar fiscalización, podría haberle dado curso y extensión a una campaña del miedo que, a diferencia de otros ciclos electorales, tuvo especiales condiciones de receptividad: el objetivo de esa vieja estrategia, que apuesta por resaltar el lado oscuro de un rival o de sus propuestas, era en este caso un candidato que hizo de la “motosierra” su más alto símbolo proselitista.
“La efectividad de la campaña [del miedo] puede haber estado favorecida por el hecho de que el propio Milei era quien le daba verosimilitud. Milei hizo gala de que iba recortar 15 puntos del PBI, de que iba a entrar con una motosierra a recortar todo”, apunta Romero. “Lo que más descolló en la última semana fueron las tarifas de los servicios públicos”, señala, en alusión a la propaganda oficialista que advertía por aumentos siderales en transporte, luz y gas. “La más importante fue lo de la boleta”, coincide Vilker que prefiere poner el ojo en la contraparte. “Sucede que los otros [los libertarios] hicieron ‘bu’”, explica.
Vilker arriesga otra causa en el estancamiento. “Creo que tuvo mucho que ver el acto de cierre en el Movistar Arena. Un estadio de rock medio apocalíptico, una escena bien loca para un cierre proselitista. Fue como un modelo de mundo libertario, con clima libertario, con explosiones, con dichos contra el Papa”, apunta. “Hubo una cobertura importante de una escenificación de cosas que le metieron miedo a una parte de la sociedad”, resume.
Antes de dar por cerrado cualquier escenario a futuro, Romero advierte: “Milei agotó el factor sorpresa en las PASO. Los que querían votar a Milei para tener un cambio disruptivo lo votaron en las PASO. El oficialismo logró el factor sorpresa, pero también lo agotó. Ninguno de los dos corre con ventaja”.
Las ambiciones de Javier Milei encontraron un freno en las elecciones generales, que barrieron con la ilusión libertaria de poder dar por terminada la contienda en la primera vuelta. La Libertad Avanza (LLA) recibió poco más de 530.000 nuevas adhesiones que le permitieron conservar el casi 30% obtenido en las PASO. Aquello que en medio de un clima de efervescencia por la victoria fue imaginado como una plataforma de despegue de cara a las generales terminó por convertirse en un firme techo de cristal.
“Sumó pero bajó”, resume el consultor Lucas Romero, que señala uno de los principales motivos detrás del estancamiento. “Durante todo el proceso electoral hemos destacado el problema de Milei: la falta de fiscalización. Es una de las dificultades de no tener una estructura”, explica. “En la PASO [Milei] recibió la bendición de que a uno de sus rivales, que tiene capacidad de fiscalización [por Sergio Massa], le convenía que a él le fuera bien. En las generales encaró el proceso sin esa fiscalización amiga que le hizo sentir el problema no tener estructura”, apunta. La caída en la interna de Horacio Rodríguez Larreta, a manos de Patricia Bullrich, y el sorpresivo surgimiento electoral de un partido sin presencia territorial ni parlamentaria pusieron en duda la relevancia de la “estructura”, revalidada por las elecciones del domingo 22 de octubre.
Es que la contracara del estancamiento libertario fue la recuperación de un oficialismo que, pese a los golpes que recibió por los casos de corrupción y al asedio de los alarmantes números de la economía, cuenta con una “estructura” partidaria tan extensa como profunda.
“Es un plusvalor del oficialismo”, remarca Cristian Buttie, de CB consultores. “El aparato le dio a Sergio Massa un diferencial de dos puntos”, precisa y pone como ejemplo la capacidad de los intendentes para movilizar la boleta del ministro de Economía, cuyo crecimiento no encontró casi resistencias a lo largo y ancho de todo el país. El candidato de UP, en promedio, creció más de siete puntos en todos y cada uno de los distritos electorales. “Si se observa cómo se correlaciona el crecimiento de Massa y la evolución de Milei, se encuentra que es inversa”, señala Romero. “Massa crece más donde Milei cae más. Se puede inferir que el peronismo recuperó votos de Milei en lo numérico”, agrega.
Shila Vilker, directora de la consultora Trespuntozero, coincide. “En los últimos tres o cuatro días antes de la elección, Milei se cayó y Massa despegó. Un poco por una migración de Milei a Massa, que se aceleró sobre el final”, dice y añade: “Milei capitalizó un voto importante de Bullrich, pero perdió votos propios en las primarias, un voto de ADN más peronista. Los últimos en llegar fueron los primeros que se le fueron”.
Buenos Aires
En Salta, gobernada por Gustavo Sáenz, de estrecho vínculo con Massa, UP creció más de 12 puntos porcentuales mientras que el candidato libertario perdió casi 10 con respecto a las PASO. Allí, entre ambas elecciones la participación creció 10 puntos. En Santiago del Estero, también gobernada por el oficialismo, la participación creció en igual medida y el líder libertario retrocedió casi cinco puntos porcentuales, mientras que Massa creció otros diez. Esta dinámica de crecimiento y retroceso, con distintas intensidades, se repite en 20 de los 24 distritos, pero es en la provincia de Buenos Aires, especialmente en su conurbano, donde esos porcentajes cobran un peso decisivo. Allí, Milei retrocedió casi dos puntos y Massa se estiró 10, uno de los crecimientos porcentuales más altos. A la revalorizada “estructura”, Romero le suma otros aspectos de incidencia. “Los factores que pueden haber motivado esto son esencialmente dos: la hostilidad de Milei con el Papa y la Iglesia católica en una sociedad altamente creyente; y la campaña del miedo, que por los números no hay otra opción que concluir que ha sido especialmente efectiva en el Gran Buenos Aires”, observa.
En este sentido el “aparato” del oficialismo, aparte de aportar fiscalización, podría haberle dado curso y extensión a una campaña del miedo que, a diferencia de otros ciclos electorales, tuvo especiales condiciones de receptividad: el objetivo de esa vieja estrategia, que apuesta por resaltar el lado oscuro de un rival o de sus propuestas, era en este caso un candidato que hizo de la “motosierra” su más alto símbolo proselitista.
“La efectividad de la campaña [del miedo] puede haber estado favorecida por el hecho de que el propio Milei era quien le daba verosimilitud. Milei hizo gala de que iba recortar 15 puntos del PBI, de que iba a entrar con una motosierra a recortar todo”, apunta Romero. “Lo que más descolló en la última semana fueron las tarifas de los servicios públicos”, señala, en alusión a la propaganda oficialista que advertía por aumentos siderales en transporte, luz y gas. “La más importante fue lo de la boleta”, coincide Vilker que prefiere poner el ojo en la contraparte. “Sucede que los otros [los libertarios] hicieron ‘bu’”, explica.
Vilker arriesga otra causa en el estancamiento. “Creo que tuvo mucho que ver el acto de cierre en el Movistar Arena. Un estadio de rock medio apocalíptico, una escena bien loca para un cierre proselitista. Fue como un modelo de mundo libertario, con clima libertario, con explosiones, con dichos contra el Papa”, apunta. “Hubo una cobertura importante de una escenificación de cosas que le metieron miedo a una parte de la sociedad”, resume.
Antes de dar por cerrado cualquier escenario a futuro, Romero advierte: “Milei agotó el factor sorpresa en las PASO. Los que querían votar a Milei para tener un cambio disruptivo lo votaron en las PASO. El oficialismo logró el factor sorpresa, pero también lo agotó. Ninguno de los dos corre con ventaja”.
A partir de diciembre habrá casi el doble de intendentas mujeres en la provincia
Hasta ahora son 6 y pasarán a ser 11; aún así los hombres todavía son amplia mayoría entre los 135 intendentes de la provincia de Buenos Aires
María José Lucesole
Juan Grabois junto a Mayra Mendoza
LA PLATA.- Las mujeres marcan un récord histórico en los espacios de poder en los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires: de 6 que eran intendentas hasta octubre, pasarán a ser 11 en diciembre.
El dato, uno de los avances de género que arrojó la elección del domingo 22 de octubre, es significativo dado que nunca hubo tanta cantidad de mujeres en los puestos ejecutivo locales en la provincia de Buenos Aires.
El empoderamiento de las mujeres en el orden municipal es la contracara de la ausencia de representación femenina en el poder ejecutivo nacional y provincial: con Cristina Kirchner fuera del cargo de vicepresidente y con Patricia Bullrich y Myriam Bregman fuera de la contienda para presidente el Poder Ejecutivo tiende a masculinizarse. En la provincia, Verónica Magario -exintendenta de La Manaza- tiene el cargo de vicegobernadora de Axel Kicillof pero cumple función en el Senado.
¿Quiénes son las figuras emergentes que rompen con la hegemonía masculina en los poderes ejecutivo de la provincia de Buenos Aires? ¿Llegan al poder por primera vez o fueron re electas? ¿Son referentes de movimientos locales o dirigentes nacionales?
Las alcaldes que fueron reelectas en octubre por el oficialismo son Mariel Fernández (Moreno), Mayra Mendoza (Quilmes), Blanca Cantero (Presidente Perón), Marisa Fassi (Cañuelas) y María Gianini (Carlos Tejedor), todas ellas de Unión por la Patria.
La nueva intendente de Capitán Sarmiento, aliada de Javier Iguacel
Por la oposición fueron electas Erica Revilla (General Arenales), Soledad Martínez (Vicente López), María José Gentile (Nueve de Julio), Lucía Gómez (Gonzáles Cháves), Sofía Gambier (Pellegrini) y Fernanda Astorino (Capitán Sarmiento).
“En 2015 éramos sólo dos mujeres sobre 60 intendentes de Juntos, dijo Revilla, que irá por su tercer mandato aunque no consecutivo. “Hoy ya podemos hablar de otro número”, agregó la actual senadora y vicepresidenta del comité provincia de la UCR.
Erika Revilla, intendente de General Arenales
La proporción de cargos ejecutivos municipales ocupados por mujeres fue baja en los últimos 15 años. En 2015 se eligieron cuatro y en 2017 asumieron dos interinas.
“Hay que tener mucha constancia, mucha perseverancia. Nadie nos regala nada”, afirmó Blanca Cantero, de Presidente Perón: la mujer que fue 16 años concejal y diputada provincial antes de llegar a ser intendente. “Esto no es una carrera corta. Es una construcción de menos a más que se sostenga en la militancia dentro de una agrupación”, agregó la dirigente del Frente Renovador, que administra un municipio con 160.000 habitantes.
Blanca Haydeé Cantero
“Yo he dado muchas luchas. No siempre lo logré en el primer intento: he perdido por un 1%. La ley de género no sirve demasiado si uno no milita y se hace un espacio donde se gane el respeto de los demás”, agregó Cantero, que fue reelegida para un segundo mandato desde diciembre.
Hay otras mujeres recién llegadas al cargo de intendente, como Astornino, que reemplazará a Javier Iguacel en Capitán Sarmiento. “Nuestra participación activa en la política no sólo es una cuestión de igualdad de género, sino también de enriquecer la toma de decisiones. Por suerte cada vez más mujeres están demostrando que su influencia y liderazgo son fundamentales”, afirmó.
Hasta ahora son 6 y pasarán a ser 11; aún así los hombres todavía son amplia mayoría entre los 135 intendentes de la provincia de Buenos Aires
María José Lucesole
Juan Grabois junto a Mayra Mendoza
LA PLATA.- Las mujeres marcan un récord histórico en los espacios de poder en los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires: de 6 que eran intendentas hasta octubre, pasarán a ser 11 en diciembre.
El dato, uno de los avances de género que arrojó la elección del domingo 22 de octubre, es significativo dado que nunca hubo tanta cantidad de mujeres en los puestos ejecutivo locales en la provincia de Buenos Aires.
El empoderamiento de las mujeres en el orden municipal es la contracara de la ausencia de representación femenina en el poder ejecutivo nacional y provincial: con Cristina Kirchner fuera del cargo de vicepresidente y con Patricia Bullrich y Myriam Bregman fuera de la contienda para presidente el Poder Ejecutivo tiende a masculinizarse. En la provincia, Verónica Magario -exintendenta de La Manaza- tiene el cargo de vicegobernadora de Axel Kicillof pero cumple función en el Senado.
¿Quiénes son las figuras emergentes que rompen con la hegemonía masculina en los poderes ejecutivo de la provincia de Buenos Aires? ¿Llegan al poder por primera vez o fueron re electas? ¿Son referentes de movimientos locales o dirigentes nacionales?
Las alcaldes que fueron reelectas en octubre por el oficialismo son Mariel Fernández (Moreno), Mayra Mendoza (Quilmes), Blanca Cantero (Presidente Perón), Marisa Fassi (Cañuelas) y María Gianini (Carlos Tejedor), todas ellas de Unión por la Patria.
La nueva intendente de Capitán Sarmiento, aliada de Javier Iguacel
Por la oposición fueron electas Erica Revilla (General Arenales), Soledad Martínez (Vicente López), María José Gentile (Nueve de Julio), Lucía Gómez (Gonzáles Cháves), Sofía Gambier (Pellegrini) y Fernanda Astorino (Capitán Sarmiento).
“En 2015 éramos sólo dos mujeres sobre 60 intendentes de Juntos, dijo Revilla, que irá por su tercer mandato aunque no consecutivo. “Hoy ya podemos hablar de otro número”, agregó la actual senadora y vicepresidenta del comité provincia de la UCR.
Erika Revilla, intendente de General Arenales
La proporción de cargos ejecutivos municipales ocupados por mujeres fue baja en los últimos 15 años. En 2015 se eligieron cuatro y en 2017 asumieron dos interinas.
“Hay que tener mucha constancia, mucha perseverancia. Nadie nos regala nada”, afirmó Blanca Cantero, de Presidente Perón: la mujer que fue 16 años concejal y diputada provincial antes de llegar a ser intendente. “Esto no es una carrera corta. Es una construcción de menos a más que se sostenga en la militancia dentro de una agrupación”, agregó la dirigente del Frente Renovador, que administra un municipio con 160.000 habitantes.
Blanca Haydeé Cantero
“Yo he dado muchas luchas. No siempre lo logré en el primer intento: he perdido por un 1%. La ley de género no sirve demasiado si uno no milita y se hace un espacio donde se gane el respeto de los demás”, agregó Cantero, que fue reelegida para un segundo mandato desde diciembre.
Hay otras mujeres recién llegadas al cargo de intendente, como Astornino, que reemplazará a Javier Iguacel en Capitán Sarmiento. “Nuestra participación activa en la política no sólo es una cuestión de igualdad de género, sino también de enriquecer la toma de decisiones. Por suerte cada vez más mujeres están demostrando que su influencia y liderazgo son fundamentales”, afirmó.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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