ALEJANDRO BORENSZTEIN
Humor Político
Antes que nada, vaya un pedido humanitario a la banda de malhechores que mantiene secuestrado al verdadero Alberto Fernández para que lo liberen a la brevedad, así desenmascaramos a ese señor que se hace pasar por él, diciendo barbaridades con el objetivo de desprestigiar al ex jefe de Gabinete y mancillar su buen nombre y honor. El impostor no sólo dijo que Cristina cambió y que ahora es rebuena sino que esta semana declaró que “la novedad política se llama Kicillof y es un fenómeno a tener en cuenta”. Puede ser que Kicillof sea un fenómeno, pero todos recordamos que el verdadero Fernández se pasó ocho años indignado con el gobierno de Cristina, explicando que habían arruinado los logros de Néstor y de él, y defenestrando la política económica de Boudou/Lorenzino/Kicillof. Familiares, amigos y favorecedores del querido Alberto, les rogamos a sus secuestradores que lo devuelvan. Misericordia.
Por su parte, los investigadores han descartado la hipótesis de que esta misma banda haya capturado al verdadero Felipe Solá. El Solá que ahora se junta con Cristina y habla pestes de Macri, con quien se asoció en las legislativas de 2009 para derrotar a Kirchner, no es un impostor sino que sería el mismo Felipe Solá de siempre pero afectado por algún fenómeno sobrenatural. Eso explicaría las reuniones de Sergio Massa con dos curas exorcistas recién llegados de Rumania.
Dios quiera que todo esto termine bien, tanto para Fernández como para Solá, por quienes desde aquí elevamos una plegaria.
Dicho esto, arranquemos con la temporada número 12 de esta página 2 del diario Clarín cuyo principal objetivo no es tratar de aportarle claridad a la confusión política en la que vivimos sino simplemente intentar que sea un poco más llevadera.
Básicamente, este año se trata de una sola cosa: elegir quienes son los inútiles que nos van a gobernar entre diciembre de 2019 y diciembre de 2023. Por supuesto, no todo es igual y no hay que generalizar. No son lo mismo los inútiles que uno quiere que ganen, que los inútiles que uno espera que pierdan.
Lo que ya podemos arriesgarnos a decir es que hay tres opciones de las cuales dos pican en punta: El presidente Macri y la ex presidenta Ex Ella. Terminemos con la discusión sobre si se va a presentar o no. Va de cabeza. Olvidate.
Hay un tercer candidato que siempre pensamos que sería Massa pero que ahora dicen que podría ser Lavagna.
En los papeles, Lavagna es el candidato más conveniente, no porque sea mejor que los otros, sino porque son dos candidatos en uno: Roberto Lavagna y el ego de Roberto Lavagna. Vote uno y se lleva dos.
El problema es que cuando el ego de Lavagna vio la foto de Lavagna en shorcitos con zoquetes blancos a media asta y franciscanas, abandonó devastado a su alter ego y se fue a militar con Nico Del Caño. ¿Ahora volverá Massa?
En cualquier caso, vamos a tener que elegir entre los tipos que no pudieron arreglar el quilombo que les dejaron en 2015, los tipos que efectivamente dejaron ese quilombo en 2015 y un tercer grupo de tipos que miran para otro lado y hacen como si no hubieran tenido nada que ver con los que dejaron el quilombo en 2015.
Encuestadores y analistas hablan de tercios con un margen de error del 5%. Por ejemplo, Macri 33% y Cristina 33% pero con el margen de error también podría ser Macri 38% y Cristina 27%. O al revés. O sea, no tienen la más puta idea.
Roberto Lavagna en su reunión con Pichetto en Cariló
Lo que si sabemos es que el gobierno, aún bajo amenaza de zafarrancho económico, corre con dos grandes ventajas.
La primera es que en general, acá y en todo el mundo, los oficialismos reeligen. Para colmo, es la primera vez en la historia que el peronismo enfrenta una elección presidencial contra un partido democrático que gobierna el país, la provincia de Buenos Aires y la Capital. Los tres territorios más fuertes. Las tres cajas juntas. Y los peronistas saben mejor que nadie lo que eso significa.
La segunda ventaja que tiene el gobierno es que, tarde o temprano, Cristina va a empezar a hablar.
Desde hoy hasta el posible ballotage del 24 de noviembre, ya tenemos confirmados 14 domingos de elecciones, más un par de provincias que todavía no pusieron fecha. Mínimo, 15 domingos. Una tortura.
El gran desafío es: ¿Como sobrevivir a tanto estrés? ¿Cómo tolerar la ansiedad? Veamos.
Cada vez hay más gente que intenta superar el estrés y la angustia respirando profundo y comiendo ensalada de zanahoria con semillas de chia y quinoa. No es mi caso. Yo soy más del clonazepam. Por eso amigo lector, este año la realidad no lo puede tomar desprevenido.
Antes del 17 de febrero, fecha de las PASO en La Pampa, usted ya tiene que arrancar con 5 gotas de Clonagin por noche o un Rivotril de 0,5. Después puede mirar C5N un ratito que no le va a hacer nada y a dormir. Es una nadita para hacer base antes de que llegue el tsunami electoral y la angustia inunde su vida. Es una medicación muy leal que me acompaña desde que Cafiero le ganó a Casella en 1987.
Si en La Pampa su partido pierde usted tiene que estar preparado para enfrentar al menos 14 domingos más. A veces va a ganar, a veces va a perder. Es un sube y baja. Pura inestabilidad. Dicen que una ensalada de verduras orgánicas ayuda, pero créame que 200 mg diarios de lamotrigina no fallan. Gran estabilizador emocional. Sin él, yo no hubiera sobrevivido a la década ganada.
Se empieza con una dosis baja (50 mg) y se va aumentando hasta alcanzar la dosis necesaria como para poder mirar un debate en “A Dos Voces” entre Diana Conti y Alfredo Olmedo sin que se te gratine el cerebro. Yo arrancaría a tomarlo en marzo con las elecciones en Neuquén así en agosto, cuando llegan las PASO nacionales, usted ya alcanzó la dosis crucero. Si además los debates políticos lo contracturan, agréguele un diclofenac de 50 para desinflamar, un Valium 5 para relajar y a la mañana siguiente ya va a estar para jugar en Wimbledon.
Por las dudas, tenga a mano una cajita de Alplax o de Trapax. No escatime amigo lector. Mejor que sobre y no que falte. Incluso también un Lexotanil. Es más antiguo pero es un fierro. No te deja nunca a gamba.
Sin bajar el clonazepam y la lamotrigina, si la mano se complica hay que ampliar el botiquín. ¿Pánico por si gana Cristina? ¿Se ahoga cuando piensa que gana Macri? Es el momento del Zoloft, gran compañero antidepresivo. La droga es sertralina y no se que hubiera hecho sin ella la noche del Bernabéu.
Si usted es más conservador, puede tratar la depresión que le provocaría el retorno del populismo con el viejo y querido Prozac. Hasta 40 mg anda muy bien pero si hay algún TOC (ser gorila es un TOC) se pude subir a 80 mg. Yo atravesé todo el menemismo con 20 mg y no tuve ningún problema. Eso sí, me fui a vivir a Uruguay.
De acá ya pasamos a medicamentos más densos. Palabras mayores. ¿No sabe a quien votar? ¿Bipolaridad? ¿Euforia? ¿Desihinbición? ¿Lo encontraron desnudo gritando por la calle que no toleraría cuatro años más de Gaby Michetti? No perdamos tiempo: Litio 900 mg. No se me achique. Churchill también era bipolar y así y todo derrotó a Hitler.
Si llegamos al ballotage y afloran rasgos ezquizoides o paranoicos como por ejemplo imaginar que vuelven Moreno, D’Elía y Boudou, vamos derecho al Halopidol. Una gloria. También se usa en caso de alucinaciones. Por ejemplo, cuando Artemio López vuelva a decir que Cristina gana por más de 10 puntos, usted compra dos cajitas de 20 mg, se guarda una y le manda la otra a Artemio con una moto.
Creo que con esto ya estamos amigo lector. El resto es tratar de hacer vida sana, deporte y todo lo más natural posible. Si en algún momento siente que se le derriten las piernas o empieza a hablar en búlgaro, llame al médico.
¿Y vos Gato? Medicamentos no te voy a recomendar porque se que vos no tomás nada. Yo tampoco. Además después del veraneo que te mandaste en el sur, debes estar hecho una seda. Y fortalecido. Si no te tumbó el tercero del Pity Martinez, ya no te tumba nada. Igual preparate. Armá dos buenos equipos. Uno que te haga ganar las elecciones y otro que nos explique para que querés ganarlas.
No va a ser un año fácil amigo lector, pero acá estamos para aguantar la parada.
Es un placer estar de vuelta.
Empezó la temporada.
Por su parte, los investigadores han descartado la hipótesis de que esta misma banda haya capturado al verdadero Felipe Solá. El Solá que ahora se junta con Cristina y habla pestes de Macri, con quien se asoció en las legislativas de 2009 para derrotar a Kirchner, no es un impostor sino que sería el mismo Felipe Solá de siempre pero afectado por algún fenómeno sobrenatural. Eso explicaría las reuniones de Sergio Massa con dos curas exorcistas recién llegados de Rumania.
Dios quiera que todo esto termine bien, tanto para Fernández como para Solá, por quienes desde aquí elevamos una plegaria.
Dicho esto, arranquemos con la temporada número 12 de esta página 2 del diario Clarín cuyo principal objetivo no es tratar de aportarle claridad a la confusión política en la que vivimos sino simplemente intentar que sea un poco más llevadera.
Básicamente, este año se trata de una sola cosa: elegir quienes son los inútiles que nos van a gobernar entre diciembre de 2019 y diciembre de 2023. Por supuesto, no todo es igual y no hay que generalizar. No son lo mismo los inútiles que uno quiere que ganen, que los inútiles que uno espera que pierdan.
Lo que ya podemos arriesgarnos a decir es que hay tres opciones de las cuales dos pican en punta: El presidente Macri y la ex presidenta Ex Ella. Terminemos con la discusión sobre si se va a presentar o no. Va de cabeza. Olvidate.
Hay un tercer candidato que siempre pensamos que sería Massa pero que ahora dicen que podría ser Lavagna.
En los papeles, Lavagna es el candidato más conveniente, no porque sea mejor que los otros, sino porque son dos candidatos en uno: Roberto Lavagna y el ego de Roberto Lavagna. Vote uno y se lleva dos.
El problema es que cuando el ego de Lavagna vio la foto de Lavagna en shorcitos con zoquetes blancos a media asta y franciscanas, abandonó devastado a su alter ego y se fue a militar con Nico Del Caño. ¿Ahora volverá Massa?
En cualquier caso, vamos a tener que elegir entre los tipos que no pudieron arreglar el quilombo que les dejaron en 2015, los tipos que efectivamente dejaron ese quilombo en 2015 y un tercer grupo de tipos que miran para otro lado y hacen como si no hubieran tenido nada que ver con los que dejaron el quilombo en 2015.
Encuestadores y analistas hablan de tercios con un margen de error del 5%. Por ejemplo, Macri 33% y Cristina 33% pero con el margen de error también podría ser Macri 38% y Cristina 27%. O al revés. O sea, no tienen la más puta idea.
Roberto Lavagna en su reunión con Pichetto en Cariló
Lo que si sabemos es que el gobierno, aún bajo amenaza de zafarrancho económico, corre con dos grandes ventajas.
La primera es que en general, acá y en todo el mundo, los oficialismos reeligen. Para colmo, es la primera vez en la historia que el peronismo enfrenta una elección presidencial contra un partido democrático que gobierna el país, la provincia de Buenos Aires y la Capital. Los tres territorios más fuertes. Las tres cajas juntas. Y los peronistas saben mejor que nadie lo que eso significa.
La segunda ventaja que tiene el gobierno es que, tarde o temprano, Cristina va a empezar a hablar.
Desde hoy hasta el posible ballotage del 24 de noviembre, ya tenemos confirmados 14 domingos de elecciones, más un par de provincias que todavía no pusieron fecha. Mínimo, 15 domingos. Una tortura.
El gran desafío es: ¿Como sobrevivir a tanto estrés? ¿Cómo tolerar la ansiedad? Veamos.
Cada vez hay más gente que intenta superar el estrés y la angustia respirando profundo y comiendo ensalada de zanahoria con semillas de chia y quinoa. No es mi caso. Yo soy más del clonazepam. Por eso amigo lector, este año la realidad no lo puede tomar desprevenido.
Antes del 17 de febrero, fecha de las PASO en La Pampa, usted ya tiene que arrancar con 5 gotas de Clonagin por noche o un Rivotril de 0,5. Después puede mirar C5N un ratito que no le va a hacer nada y a dormir. Es una nadita para hacer base antes de que llegue el tsunami electoral y la angustia inunde su vida. Es una medicación muy leal que me acompaña desde que Cafiero le ganó a Casella en 1987.
Si en La Pampa su partido pierde usted tiene que estar preparado para enfrentar al menos 14 domingos más. A veces va a ganar, a veces va a perder. Es un sube y baja. Pura inestabilidad. Dicen que una ensalada de verduras orgánicas ayuda, pero créame que 200 mg diarios de lamotrigina no fallan. Gran estabilizador emocional. Sin él, yo no hubiera sobrevivido a la década ganada.
Se empieza con una dosis baja (50 mg) y se va aumentando hasta alcanzar la dosis necesaria como para poder mirar un debate en “A Dos Voces” entre Diana Conti y Alfredo Olmedo sin que se te gratine el cerebro. Yo arrancaría a tomarlo en marzo con las elecciones en Neuquén así en agosto, cuando llegan las PASO nacionales, usted ya alcanzó la dosis crucero. Si además los debates políticos lo contracturan, agréguele un diclofenac de 50 para desinflamar, un Valium 5 para relajar y a la mañana siguiente ya va a estar para jugar en Wimbledon.
Por las dudas, tenga a mano una cajita de Alplax o de Trapax. No escatime amigo lector. Mejor que sobre y no que falte. Incluso también un Lexotanil. Es más antiguo pero es un fierro. No te deja nunca a gamba.
Sin bajar el clonazepam y la lamotrigina, si la mano se complica hay que ampliar el botiquín. ¿Pánico por si gana Cristina? ¿Se ahoga cuando piensa que gana Macri? Es el momento del Zoloft, gran compañero antidepresivo. La droga es sertralina y no se que hubiera hecho sin ella la noche del Bernabéu.
Si usted es más conservador, puede tratar la depresión que le provocaría el retorno del populismo con el viejo y querido Prozac. Hasta 40 mg anda muy bien pero si hay algún TOC (ser gorila es un TOC) se pude subir a 80 mg. Yo atravesé todo el menemismo con 20 mg y no tuve ningún problema. Eso sí, me fui a vivir a Uruguay.
De acá ya pasamos a medicamentos más densos. Palabras mayores. ¿No sabe a quien votar? ¿Bipolaridad? ¿Euforia? ¿Desihinbición? ¿Lo encontraron desnudo gritando por la calle que no toleraría cuatro años más de Gaby Michetti? No perdamos tiempo: Litio 900 mg. No se me achique. Churchill también era bipolar y así y todo derrotó a Hitler.
Si llegamos al ballotage y afloran rasgos ezquizoides o paranoicos como por ejemplo imaginar que vuelven Moreno, D’Elía y Boudou, vamos derecho al Halopidol. Una gloria. También se usa en caso de alucinaciones. Por ejemplo, cuando Artemio López vuelva a decir que Cristina gana por más de 10 puntos, usted compra dos cajitas de 20 mg, se guarda una y le manda la otra a Artemio con una moto.
Creo que con esto ya estamos amigo lector. El resto es tratar de hacer vida sana, deporte y todo lo más natural posible. Si en algún momento siente que se le derriten las piernas o empieza a hablar en búlgaro, llame al médico.
¿Y vos Gato? Medicamentos no te voy a recomendar porque se que vos no tomás nada. Yo tampoco. Además después del veraneo que te mandaste en el sur, debes estar hecho una seda. Y fortalecido. Si no te tumbó el tercero del Pity Martinez, ya no te tumba nada. Igual preparate. Armá dos buenos equipos. Uno que te haga ganar las elecciones y otro que nos explique para que querés ganarlas.
No va a ser un año fácil amigo lector, pero acá estamos para aguantar la parada.
Es un placer estar de vuelta.
Empezó la temporada.
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