martes, 21 de enero de 2020
HISTORIAS DE VIDA,
Dejó su profesión y su trabajo atrás para dedicarse a sacar fotos de Buenos Aires
Creó una cuenta de Instagram en la que sube las imágenes y, tras sumar seguidores, consiguió sponsors que le permiten sostenerse
Martín Hernández en uno de sus recorridos
Nacido y criado en Temperley, Martín Hernández recuerda haber sido alguna vez turista en la ciudad de Buenos Aires . Tenía 17 años y había arreglado juntarse con sus amigos en los Bosques de Palermo. Pero nunca llegó. “Me pasé todo el día asombrado con el funcionamiento del subte y sus rutas”, comenta.
Se enamoró de Buenos Aires, de sus calles y avenidas, de los edificios y de los monumentos, de teatros, librerías y de todas las historias que empezó a conocer. A los 33, empezó a dedicar tiempo a fotografiar los lugares que visitaba o miraba al pasar. Y a coleccionar fotos de muchos de los barrios porteños.
En 2013 creó en instagram la cuenta @buenosaires.ar para volcar todos sus trabajos, que en 2018 fue declarada bien de interés cultural. Casi siete años después, tiene más de 200.000 seguidores, varios sponsors y lo llaman para dar charlas. Vive para y por su trabajo como fotógrafo, lo que le trae críticas de muchas personas y al mismo tiempo grandes exigencias de sus seguidores.
“Subí al Obelisco, al Kavanagh, estuve adentro de la cúpula del Congreso y baje a los túneles de la ciudad. Me convertí en los ojos de Buenos Aires, que pueden ver lo que no está al alcance de todos”, reflexiona Martín.
Estudió Relaciones Públicas, pero hoy se dedica a tiempo completo a la fotografía. En sus inicios no fue tan fácil: sus fotos no le reportaban ingresos y debía cumplir con ocho horas diarias de oficina en una inmobiliaria. Además, sabía poco de la nueva plataforma en la que comenzaba a mostrar sus trabajos. Sacaba las fotos con el celular, hasta que sumó una cámara.
En 2017 tuvo una idea que lo hizo crecer: recorrer y fotografiar los 48 barrios porteños en 48 semanas, una tarea de casi un año. Cada noche publicaba en su cuenta las fotos del día y escribía debajo una pequeña reseña del lugar. “Recorrer todo Buenos Aires implicó perderme cumpleaños, fiestas y asados. No podía retrasarme ni un día si quería llegar a mi objetivo: terminar el 31 de diciembre”, cuenta el fotógrafo.
Cuando terminó ese proyecto, Martín decidió dejar su trabajo y dedicarse tiempo completo a la fotografía y a su cuenta en instagram. “Entendía que todo iba por ahí. La comunicación y conocer bien a mi público fueron mis objetivos para arrancar a tener un perfil sólido”, explica.
Comprendió que para poder vivir de eso debía aceptar el aporte financiero de marcas que le ofrecían apoyo a cambio de publicidad. De todas formas, este sistema de financiamiento le produce problemas: por un lado sabe que necesita a los sponsors, pero por el otro entiende que no es lo que a muchos les gusta.
A pesar de ello, Martín afirma que depender de instagram le trae más alegrías que disgustos. Su público, como los de todas las cuentas de esta red social, se compone tanto de haters como de otros usuarios que lo felicitan.
Una de las cosas que más disfruta de publicar sus fotos es el contacto que tiene con sus seguidores. “Muchos me cuentan que estuvieron o crecieron en tal barrio, que jugaron en tal plaza, que la casa que fotografié fue donde vivió en su infancia. Algunos argentinos que viven afuera me hablan con nostalgia sobre los lugares que visito”, relata.
Este año empezó a subir fotos que le envían sus seguidores. “El objetivo es ir más allá de lo que mis ojos pueden ver. Tenía que aportarles algo nuevo”, aclara. También decidió implementar el# De buenos aire sal mundo cada vez que viaja, y trata de buscar comparaciones, diferencias y riquezas que tenga la ciudad que visita en relación con Buenos Aires. París reflejada en la Avenida Alvear; Madrid, en Diagonal Norte, y la escultura de San Martín en Nueva York, réplica de la que está en la Plaza San Martín, fueron algunos de los motivos de sus publicaciones.
“En buenos aires hay mucho arte que remite a Europa. Relaciono ciudades, siempre priorizando la mía”, cuenta. Sostiene que no se cansó de Buenos Aires, pero no niega que se le presentan nuevos desafíos.
“Mi ciudad es finita y, a la vez infinita. Ya recorrí todo, no me faltan lugares por conocer. Pero, a su vez, son interminables las historias que quedan por contar. Yo soy Buenos Aires, no voy a dejarla atrás”, finaliza.
M. F.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.