miércoles, 16 de septiembre de 2020

GRAVE SORPRESA ¡¡¡¡¡JORGE VASCONCELOS ANALIZA


¿Dónde están los incentivos?
Jorge Vasconcelos: "El precio del dólar a $26 es bastante cercano al  equilibrio" - Revista For Export
Jorge Vasconcelos
 Investigador jefe del Ieral
Esta alícuota del 35% se aplicará a todas las operaciones que también están alcanzadas por el impuesto PAIS. incluye la compra de divisas para atesoramiento, los consumos en el exterior pagados con tarjeta de crédito o débito, los pagos de servicios en moneda extranjera realizados en el país. Los servicios de streaming como netflix o Spotify, entre otros, quedarían alcanzados si se pagan en dólares, aunque estas empresas afirman que desde hace tiempo el cobro se hace en pesos. El cliente debería estar atento sobre cómo se le están facturando estos servicios en su resumen de tarjeta. Por otra parte, hay otros servicios digitales que sí se cobran en dólares, como algunas aplicaciones de Apple o servicios de almacenamiento “en la nube”, como Google Drive o Dropbox, que quedarán alcanzados por el recargo.
Al igual que ocurre con el impuesto PAIS, esta alícuota no se aplicará a los consumos con tarjeta de crédito o débito que luego sean cancelados con dólares que el contribuyente había ahorrado previamente. En cambio, si el saldo de la tarjeta de crédito se paga con pesos, se considera que sí hay acceso al mercado de cambios y se aplicará la retención.
Cómo funciona el recargo Cuándo se aplica
Según informó la AFIP, la nueva retención entra en vigor a partir de hoy miércoles 16 de septiembre y alcanza únicamente a todos los consumos u operacionesrealizadasapartirdeesa fecha, y no a las que fueron realizadas con anterioridad (aunque no hayan sido canceladas en el resumen de la tarjeta de crédito actual).
Los que pagan Ganancias
Los contribuyentes de mayor nivel de ingresos que están alcanzados por el impuesto a las ganancias o a los bienes personales tendrán la percepción del 35% a cuenta de esos impuestos. La imputación se realizará en la declaración jurada anual de esos impuestos.
Reintegro para los que no pagan Ganancias
Son los contribuyentes de menores ingresos, que resultan los más perjudicados por esta medida. Para este grupo, conformado por quienes no pagan Ganancias ni Bienes Personales, la AFIP creará un régimen para que pueda reclamarse el reintegro de esta percepción.
Según detalló el organismo, cada contribuyente deberá solicitar la devolución de este gravamen una vez finalizado el año calendario en el cual se efectuó la percepción. Aun con la devolución, el contribuyente recibirá pesos que, al momento del reintegro, habrán perdido poder adquisitivo por causa de la inflación.
Las excepciones al recargo
La compra de libros (en cualquier formato), la adquisición de medicamentos y los gastos referidos a prestaciones de salud, el uso de plataformas educativas o software dedicado a ese fin no estarán alcanzados por la percepción del 35%, del mismo modo que no pagan el 30% adicional del impuesto PAIS. En la práctica, los bancos suelen aplicar el impuesto y luego hay que gestionar el reintegro con la entidad.
Tampoco deben pagar este recargo los gastos asociados a proyectos de investigación, cuando los investigadores se desempeñen en el ámbito de los estados nacional, provinciales y los municipios y las universidades que integran el sistema universitario argentino. opinión
Uno de los críticos más firmes del cepo cambiario que se aplicó entre 2012 y 2015 fue el actual presidente, que lo graficaba como una piedra en la puerta giratoria, que frenaba la salida de capitales, pero, al mismo tiempo, desincentivaba el ingreso de dólares genuinos al país. Las medidas anunciadas en las últimas horas podrían ser cuestionadas por las mismas razones, pero de un modo más enfático, ya que, en varios aspectos, profundizan aquellas restricciones, al tiempo que ponen una espada de Damocles sobre la calificación crediticia de las compañías locales con deuda externa. Aquellas que enfrenten vencimientos hasta fin de año deberán encontrar acreedores dispuestos a refinanciar el 60% de esas obligaciones. Sin que el 31 de diciembre sea una garantía del levantamiento de tal normativa, condicionando las decisiones empresariales en todo sentido.
Las dos ventanillas de salida de dólares que más preocupaban a las autoridades eran, por un lado, la compra de dólares a través del CCL por fondos de no residentes, que si bien no afectan el nivel de reservas del Banco Central, empujan la ampliación de la brecha cambiaria, y por el otro, las compras de “dólar ahorro” y el uso de las tarjetas de crédito para adquirir bienes y servicios en el exterior.
El segundo de los vectores había pasado a succionar de las arcas del Central unos 1000 millones de dólares por mes, a un ritmo insostenible dado el declive experimentado, mes a mes, en el nivel de las reservas de libre disponibilidad. Para enfrentar ese drenaje, el precio del dólar para estas operaciones pasaría de 100 a 130 pesos aproximadamente, sujeto a la “letra chica” de las nuevas normas.
Además, los gastos con tarjeta ya no se pueden adicionar al uso del cupo de los 200 dólares, como ocurría hasta el presente. Obsérvese que ese “dólar tarjeta” es asimétrico, ya que para los locales se ubica un 67% por encima del dólar oficial, pero para los extranjeros que vengan al país no habrá ese incentivo, ya que su poder adquisitivo se limitará al valor de la paridad oficial.
Cuando los flujos turísticos comiencen a normalizarse, en el escenario pospandemia, para los argentinos será caro salir al exterior, pero para los visitantes de otros países no será barato este destino. El cepo de 2012 a 2015 tuvo esa característica, y la Argentina sufrió una drástica pérdida de market share en la industria turística global.
Con el encarecimiento del “dólar ahorro”, cabe esperar un freno momentáneo en la pérdida de reservas por parte del Central, pero cuidado, eso depende del precio que alcance el “dólar blue” en las próximas semanas. Si se vuelve a establecer una brecha entre ambas paridades, los incentivos para el “puré” volverán y la demanda renacerá.
En cuanto a las medidas adoptadas para desalentar las operaciones legales de transformación de pesos en dólares a través de la compra venta de títulos públicos (CCL), se entiende que para los no residentes estas han quedado directamente prohibidas (habrá que estar atento a la reglamentación), mientras que para los locales empiezan a regir tiempos diferentes de espera (parking, en la jerga) antes de completar la operación. En principio, este desaliento a la conversión de pesos a dólares es simétrico al desaliento para la conversión de dólares a pesos: sigue la piedra en la puerta giratoria, aunque esta luce de mayor tamaño.
En general, se trata de medidas defensivas, que intentan preservar las escasas reservas de libre disponibilidad del BCRA, pero con demasiados efectos colaterales que tienden a anular en términos netos el objetivo perseguido.
Aunque la lógica de los controles es tratar de impedir la devaluación del peso en el mercado oficial, las presiones inflacionarias seguirán a la orden del día, e incluso se acentuarán. Los cepos sirven, entre otras cosas, para que el Estado pueda “cazar pesos en el zoológico” y financiar su déficit con tasas de interés por debajo de las de mercado. Estas medidas suben los muros del zoológico, pero no impiden que cada vez más precios de la economía pasen a utilizar el “dólar blue” como referencia.
Las empresas se preguntarán sobre la trayectoria del tipo de cambio oficial y los pesos en exceso presionarán sobre una oferta limitada de bienes y servicios. En la práctica, no pocas empresas han dejado de acceder a la paridad oficial para pagar importaciones por el “delito” de contar con capital de trabajo depositado en el exterior (circular 7030). Así, la brecha cambiaria contamina a la macro y a la micro y es difícil concebir como sustentable una política económica que se resigne a ese fenómeno y deje de buscar herramientas que lleven a reducirla en forma drástica.

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