jueves, 29 de octubre de 2020

ARGENTINA...ROTA EN MIL PEDAZOS


Argentina un país roto, producto de la política de facción.
Hace más de 10 años que al sector público nacional le faltan cada año unos 25.000 millones de dólares para cubrir su déficit operativo, el cual se convirtió así en un problema estructural crónico y que continuara sin ser resuelto por una dirigencia política argentina inepta, porque ellos han sido capaces de derrotar a los teóricamente aptos gobernar, ¿ Porque ocurre esto? Esta situación es producto de diversos factores como 

• La situación económica
• El humor del electorado
• El carisma del candidato
• El peso de una campaña inteligente
• Los errores de sus adversarios
• La coyuntura política
• Aspectos culturales y sociales
Puede suceder que aunque el pueblo sea inteligente, el pueblo vote a los ineptos, debido a que el voto se decide de otro modo, uno más afectivo que intelectual. Por lo tanto lo que está en juego no es el intelecto del votante sino sus afectos y como ya se sabe, el amor es siempre ciego y eso no requiere mucha explicación.
La pandemia no sólo agravó la fragilidad macroeconómica de Argentina que hace 10 años que vive en plena estanflación, con muy bojo nivel de inversión y prácticamente nula creación de empleos privados.
La cuarentena puso sobre la mesa los problemas crónicos que la política había ocultado prolijamente durante largo tiempo como la pobreza; fractura social y política; proliferación y superposición de impuestos que nunca bajan; alto empleo informal; economía en negro; déficit de vivienda, salud pública y servicios básicos acentuado por la concentración demográfica; baja calidad educativa, brecha digital, inseguridad, narcotráfico y desconfianza en la justicia.
Para sumar una mayor complicación, la política hizo lo único que ha sabido hacer, complicar las cosas y fracasar en el manejo de la crisis sanitaria a caballo de tomar medidas políticas que incrementan la debilidad institucional, que ponen en jaque al sistema republicano, al federalismo, a la libertad de expresión y como si lo anterior no fuera suficiente, la política comenzó a abalar los cuestionamientos al derecho a la propiedad, apoyado por funcionarios que participan de la usurpación de tierras, que el gobierno no puede alegar desconocimiento y si lo hace, son un fiel exponente de la idea de este artículo.
Argentina es un país con gran potencial productivo, recursos naturales, capital humano, entramado industrial, capacidad de innovación, adaptación a los cambios tecnológicos y hasta un considerable nivel de ahorro en dólares, pero que se encuentran afuera del circuito económico para protegerse de las sucesivas estafas perpetradas por el Estado que a lo largo de ese período destruyó la moneda y es el responsable del alto costo argentino, que resta competitividad a una economía transformada de hecho en bimonetaria.
Una constante de las acciones implementadas en esta nave conducida por locos, ha sido el continuo péndulo de políticas económicas, como si en cada cambio de turno de gobierno el ingresante hace lo opuesto, con reglas diferentes a lo hecho por el anterior.
La marcha de la locura, a la cual hago referencia es el sempiterno problema de los malos gobiernos, de la eterna ceguera de los gobernantes, de los ciegos, que consiste en tomar decisiones contrarias al propio interés o al de sus gobernados y descartar otras opciones posibles.
Un fenómeno que puede encontrarse por toda la historia, en cualquier lugar o periodo, es el de unos gobiernos que siguen una política contraria a sus propios intereses. La mala política es como una enfermedad en el cuerpo similar al vicio y entonces el mal gobierno lo es a la política, de ahí el afán de los clásicos griegos de establecer mecanismos para garantizar que los gobernantes actúen en función del bien público y que los ciudadanos sean virtuosos.
Debemos dejar atrás la barbarie policía de querer fundar una nueva república o un nuevo país, para cimentar una nueva civilización más duradera en donde prevalezca el orden, la paz y el derecho, pero impuesto por los nuevos los constructores de régimen político, producto de pensar que mediante una teoría y una estrategia se podrá superar la tendencia a la imperfección política y con ello, los nefastos efectos que ésta produce.
Es el error político de los excesos y los efectos no deseados de la acción gubernamental que sólo pueden contrarrestarse con el auxilio de buenas instituciones y buenas técnicas decisorias, producto de procesos deliberativos de construcción de la voluntad política y la imperfección y la insensatez dejarán de gravitar en la vida pública cuando los gobiernos funcionen bien.
Los vicios políticos suelen potenciarse precisamente cuando se intenta poner en práctica determinadas teorías políticas con pretensiones de ser absolutamente transformadoras o emancipadoras. He ahí la gran paradoja, el intento de erradicar el error contribuye a reproducirlo y en ocasiones, a incrementar sus efectos.
La testarudez, es la fuente del auto engaño, es un factor que desempeña un papel notable en el gobierno. Consiste en evaluar una situación de acuerdo con ideas fijas preconcebidas, mientras se pasan por alto o se rechazan todas las señales contrarias. Consiste en actuar de acuerdo con el deseo, sin permitir que nos desvíen los hechos.

D. M. 

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