domingo, 5 de febrero de 2023

EL DELIRIO FERNÁNDEZ


Comer afuera
Con una frase polémica, el Presidente minimizó las críticas a la situación económica; pidió que “se calme el barullo político”
TélamEl presidente Alberto Fernández, ayer, en Concepción del Uruguay
Alberto fernández dijo que la economía mejora y destacó: “Las quejas que escucho son que para ir a comer hay que esperar dos horas”.
El presidente Alberto Fernández viajó ayer a la provincia de Entre Ríos. Y pronunció una frase que no pasó inadvertida en Concepción del Uruguay. “Cuando veo que la industria hotelera y gastronómica está a full, ahora resulta que las quejas que yo escucho son que para ir a comer hay que esperar dos horas; bueno, bienvenido sea”, celebró, en un intento por demostrar una mejora económica. Junto al gobernador peronista Gustavo Bordet, Fernández profundizó en ese mismo concepto: “Eso es más trabajo, es más alegría, más disfrute para los argentinos y las argentinas”, agregó. La referencia del mandatario pareció sacada de contexto, en medio de un contexto inflacionario que el último año se acercó al casi 94% interanual y que ya prevé un revés para enero en la tendencia a la baja que venía mostrando el índice de precios del Indec en los últimos meses.
Pero esa frase no fue la única que dejó el Presidente en su paso por la provincia mesopotámica. Fernández apuntó también a la unidad del Frente de Todos tras una semana de tensiones internas. “Divididos, todo es más difícil. Si unimos esfuerzos es más fácil ganar”, dijo en un acto de anuncio de obras de infraestructura y deportivas.
El mensaje del mandatario llegó en momentos en los que en las distintas terminales del oficialismo se busca llegar a una tregua luego de tensiones y cruces. Fernández accedió esta semana a la conformación de una mesa electoral para diagramar la carrera a las urnas en los próximos comicios presidenciales, lo que era uno de los principales reclamos del kirchnerismo.
A lo que se suma que, tal como se adelantó ayer, Fernández retomó el diálogo con Cristina Kirchner, vía Telegram en los últimos días, tras varias semanas sin contacto alguno.
Sobre el final de su discurso y tras haberle agradecido al gobernador Bordet, Fernández apuntó: “Algunos seguirán enojados, otros criticando. Yo esto convencido, cada día más convencido, de que es el tiempo de que el barullo de la política se calme un poco y empiece a sonar la sonrisa de la gente”.
El tono del mensaje del mandatario fue en línea con lo que buscaban transmitir desde su entorno en los últimos días tras el incidente interno iniciado luego de que el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, hiciera saber su malestar por no haber sido invitado a un acto en el marco de la visita del mandatario brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva.
Cuando desde el kirchnerismo se hablaba de “bajar los decibeles” tras el tuit de De Pedro con el que el lunes a la noche pareció buscar paños fríos en la situación, los albertistas tomaban distancia al considerar que “una tregua se da cuando hay una guerra y nosotros no estamos en una”. Al tiempo que insistían en la necesidad de “mantener la unidad” para llegar competitivos a octubre, algo sobre lo que ayer volvió Fernández.
Previamente el mandatario había dicho: “Todos queremos que a la Argentina le vaya bien, que vivamos mejor”. Pero enseguida se lamento: “Entre las suertes que he tenido, que no fueron muchas, dos años de pandemia, de guerra, la suerte no me caracteriza”.
Fernández también reconoció a Bordet por la “ayuda” que tuvo de su parte durante los tres años de gestión.
Sin embargo, Bordet viene de ser el protagonista de un traspié en el marco de la avanzada del Ejecutivo y los mandatarios provinciales contra la Corte Suprema de Justicia de la Nación. A comienzos de este año su firma fue incluida por Casa Rosada entre la de los mandatarios que avalaban el pedido de juicio político a los cuatro miembros del máximo tribunal, pero luego se supo desde el entorno del entrerriano que no estaba allí.
Los tropiezos discursivos de Fernández se repitieron esta semana. El último miércoles, en Chaco junto al gobernador Jorge Capitanich, se refirió a la actuación de su gobierno durante la pandemia de coronavirus. “Nadie se apropió de las vacunas. Se distribuyeron equitativamente a cada rincón de la Argentina. No empezamos vacunando a los poderosos y dejamos al final a los más débiles”, dijo el Presidente, sin recordar el caso del “Vacunatorio VIP”, que involucró a altos funcionarios y le costó el puesto, en su momento, al ministro de Salud, Ginés González García.
Ayer, en Entre Ríos, Fernández pronunció otra frase polémica. Esta vez, pareció desconectada de una realidad económica y social marcada por la inflación.
“Estoy convencido de que es tiempo de que el barullo político se calme un poco”
“La suerte no me caracteriza. Hubo dos años de pandemia y guerra”

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