El temor a una tercera ola agita la interna kirchnerista
Daniel Bilotta
A Cristina la inquieta que Alberto Fernández pueda hallar en la inflación un resquicio para su reelección. O, más bien, en la emisión monetaria, una de sus causas. Si se confirman los pronósticos de recesión que proyectan consultoras internacionales, ese flujo sería imprescindible para garantizar el financiamiento de las cajas del Estado en un año electoral y en medio del ajuste que ejecuta Sergio Massa. El temor a que el control de ese atributo sea una importante herramienta de poder es exacerbado por su entorno.
Observan al kirchnerismo con un halo de superioridad que se encargó de expresar la siempre fogosa Victoria Tolosa Paz. La titular de Desarrollo Social instó a Wado de Pedro a decidir si es parte del gobierno tras el fiasco de su desacato. Máximo Kirchner y Andrés “el Cuervo” Larroque intentaron socorrerlo con éxito relativo. Advirtieron sobre “la desnaturalización del Frente de Todos”. Traducido: la rebelión al orden impuesto del elegido por la vicepresidenta como simple delegado.
La Cámpora refleja la perplejidad de Cristina ante el avance de Fernández al amparo de esos recursos administrativos: lo vive como un desafío insolente a su liderazgo. La reunión de intendentes del conurbano en Merlo fue una reacción a esa supuesta osadía. Aunque con la excusa de reclamar al Presidente diez mil millones de pesos que prometió en diciembre para pagar un bono en sus municipios. Fernández se quejó de la baja escala salarial que aplican los intendentes a sus empleados.
Se lo dijo al puñado de ellos que lo vieron el 5 de enero en Chapadmalal. Pidió cambios en esa política: concentran el 80% de los sueldos más bajos. No es el único disgusto que le provocaron. Desde temprano, el grupo de medios de Cristóbal López insistió en que la reunión en Merlo podría suspenderse. Fue en vano. Massa defraudó la expectativa de firmar los convenios de transferencia esa noche que los organizadores, Máximo y Martín Insaurralde, alentaron entre los invitados.
El ministro de Economía pidió evitar situaciones que compliquen su gestión. Como la cena que compartían. Máximo le agradeció su esfuerzo. De Pedro guardó silencio. ¿Habló Massa con Cristina de la secuencia de declaraciones inaugurada por el ministro? El rumor circuló entre los comensales. El clima no era el mejor. Se enrareció a la mañana, en La Plata, donde Axel Kicillof convocó a los intendentes por una entrega de fondos que no los satisfizo. En especial al de Almirante Brown, Mariano Cascallares.
El gobernador les adelantó que suspendería la ejecución de obras si Massa no giraba unos 40.000 millones de pesos retenidos. Leonardo Nardini le recordó que estaba en juego su reelección. El ministro de Infraestructura e intendente de Malvinas Argentinas podría estar en lo cierto. Massa dijo en Merlo que no veía compatible ser ministro de Economía y candidato a presidente. Melodía de zumba para Insaurralde. El deseo del jefe del Gabinete es que Kicillof asuma esa responsabilidad y abandone la idea de ser reelegido.
Una posibilidad que obturaría Massa si, al contrario de lo que dijo, terminara por presentarse. Esa especulación se funda en otra. En una elección presidencial pierde relevancia quién dispute el gobierno bonaerense: retener la provincia depende de tener al tope de la lista a una figura que atraiga votos. Jorge Ferraresi dio una alerta temprana sobre la dificultad de cubrir esa vacancia.
Les confió a varios colegas que precipitó su salida del Ministerio de Hábitat para concentrarse en preservar la buena imagen de su gestión en Avellaneda. Lo aterra que ocurra un fenómeno más parecido al de 1999 que al de 2015. Es decir, que los electores prioricen expresar rechazos a la afinidad con dirigentes. La inflación y la corrupción lideran los temas que preocupan a la opinión pública. Ferraresi se reunió con Insaurralde hace una semana.
Igual que a fin del siglo XX, en sus cálculos el oficialismo perdería en Avellaneda, Lomas de Zamora, Quilmes y San Martín. Gabriel Katopodis abona esa teoría. No se presentará a la reelección pese a que supera en valoración a Cristina, Fernández, Kicillof y Massa. El temor a una tercera ola es el argumento cifrado de la embestida contra la Corte y de la consigna lanzada por La Cámpora: resolver su presunta “proscripción” antes que las candidaturas.
Insaurralde adhirió por Twitter a esa campaña, que le resulta muy funcional. Deja a Kicillof en una posición incómoda. Hace meses que trabaja por su reelección con el respaldo de Cristina, que, sin embargo, no se pronunció públicamente sobre ella. El jefe de Gabinete no consiguió capitalizar ese aliciente. Por ahora La Cámpora no emitió señal alguna a su favor, como espera de Máximo, De Pedro y Larroque. Es lo que les habría pedido tras el acto que compartieron en San Vicente a fin de año.
Entre los intendentes del conurbano tiene consenso la hipótesis de la pérdida de poder progresiva que sufrirá Cristina a menos que revise el renunciamiento a ser candidata. Si eso no ocurre, estiman que el kirchnerismo se verá obligado a aceptar el peso electoral del aparato estatal bajo sus órbitas. La Casa Rosada confía en lo mismo para imponer al Presidente u otro candidato propio en las primarias.
El argumento para vetar su participación le plantea una contradicción a Insaurralde, uno de los agitadores de la módica asonada en la residencia La Colonial: una foto para exhibir la unidad del Frente de Todos que excluyó a Fernández. El kirchnerismo sostiene que si está el Presidente no habrá competencia. Nadie querría hacerlo contra un mandatario en ejercicio. Kicillof podría aprovechar ese razonamiento. ¿Sería lógico que el jefe de Gabinete enfrentara al gobernador? Acompañado por Máximo, Insaurralde fue uno de los primeros en irse de Merlo.
Colaboradores de Horacio Rodríguez Larreta descuentan la influencia que tendrá la estructura del gobierno porteño en las PASO que disputará con Patricia Bullrich por la candidatura presidencial en las que, aventuran, se impondrá. Pero de forma ajustada. Mientras siga sin resolverse que Pro compita con un candidato único en la ciudad, existe la posibilidad de que también se compita por la categoría de gobernador bonaerense.
Las recorridas por el país que intensificó María Eugenia Vidal hacen especular con que el acuerdo entre el jefe del gobierno porteño y Mauricio Macri sigue lejos. Rodríguez Larreta le propuso al expresidente que sea Vidal y no Jorge Macri quien sintetice la unidad. Una mala noticia para Diego Santilli, que negocia estar en la boleta de Rodríguez Larreta y de Bullrich.
En la UCR no concita adhesión que Gerardo Morales comparta fórmula con el jefe de gobierno porteño. Estiman que la amistad que ninguno de los dos niega con Massa le daría a Bullrich una ventaja demoledora. Un antecedente que probablemente también se interpondría con su ambición de recalar en el Ministerio de Energía. Un aparente plan alternativo si Rodríguez Larreta es presidente.
El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, será recibido hoy en Mar del Plata por Maxi Abad. El titular del bloque de diputados Juntos en la Legislatura bonaerense fue reelegido como titular del radicalismo bonaerense y viene de lanzar su candidatura a gobernador con el respaldo de 30 intendentes. El futuro de Facundo Manes es una incógnita que podría despejarse tras este encuentro. ¿Candidato a senador nacional si no prospera su carrera presidencial? Todo parece posible si se confirma la probabilidad de una tercera ola.
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