MUESTRA SINGULAR EN EL CENTRO CULTURAL RECOLETA

Los hongos: protagonistas absolutos en una muestra explora su poder benéfico
Ofrece un pantallazo de la investigación que busca usar estos organismos de formas innovadoras para mitigar los efectos del calentamiento global
Vivian Urfeig
La muestra está abierta hasta el 5 de marzo
Un jardín de gírgolas, objetos en base a cáscara de huevo, bioplásticos con carozos de palta, filtros de acetato de celulosa para cigarrillos. ¿Qué tienen en común estos desarrollos? Que son biomateriales que están desarrollados por diseñadores argentinos y, sobre todo, que son exploraciones innovadoras a partir de hongos. Derivados de plantas, bacterias, algas y hongos vivos, los biomateriales surgen como alternativa para mitigar los efectos del calentamiento global y aportar soluciones que impacten positivamente en el medioambiente.
Por estos días, las investigaciones del laboratorio creativo Sistemas Materiales, integrado por diseñadores, científicos y emprendedores preocupados por la sustentabilidad, se pueden apreciar en la muestra Trazos Biomateriales. En el Centro Cultural Recoleta, gratis y hasta el 5 de marzo, los 28 diseñadores emergentes cuestionan la manera en que producimos y consumimos. E invitan a cambiar el paradigma, a torcer el rumbo hacia un enfoque biológico y orgánico que impulse la creación de materiales y sistemas regenerativos.
Curada por Heidi Jalkh y Marina Christe, la muestra expone desarrollos en base a micelio que reemplazan el uso del petróleo, vajilla biodegradable y purpurina realizada sin PET ni metales.
Diferentes variedades de hongos en exposición
Evolución
Los hongos, protagonistas absolutos, están en el foco de esta nueva generación de biodiseñadores que los estudia para comprender “el proceso evolutivo de la Naturaleza, que gestiona y genera sus propios recursos”, explica Jalkh, diseñadora experimental, que trabaja junto al equipo multidisciplinario en el laboratorio de Micología Experimental de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“Buscamos alternativas para afrontar el cambio climático y la crisis energética”, señala Jalkh, una de las referentes locales y directora del grupo de investigación Sistemas Materiales.
Allí donde se cruzan las fronteras entre el diseño, la artesanía y la ciencia, los 11 proyectos inéditos que se pueden ver en la muestra trazan el camino de la curiosidad sobre el universo fúngico. Smyko, por ejemplo, acerca una opción a los microplásticos generados por la contaminación de las colillas de cigarrillos, que tardan entre 100 y 1000 años en degradarse. “A partir del crecimiento del micelio de los hongos, una red de células llamadas hifas pueden crecer y adoptar múltiples formas. Sin plásticos y compostables, estos filtros biofabricados surgen como alternativa a los de acetato de celulosa”, explican los autores del desarrollo. Smyko es uno de los 6 proyectos argentinos que participaron del concurso internacional Biodesign Challenge, auténtico semillero internacional que está formando la nueva generación de biodiseñadores.
“Lo que ves dentro de la cúpula es un hongo. Acércate. Ahora se va a apagar la luz para contemplar la fluorescencia del mundo fungi”. La voz en off invita a correr la cortina para ingresar a una sala mínima, oscura. Forma parte de la experiencia inmersiva que contribuye a entender el funcionamiento de los hongos. La instalación propone un viaje hacia realidades invisibles a partir de los colores y formas que genera el hongo Ganoderma multipileum cuando es estimulado con luz ultravioleta y exceso de CO2.
“Los hongos son organismos vivos y en constante movimiento. Para cultivarlos los humanos creamos ambientes que simulan el hábitat en el que crecen. Durante esta exploración observamos sus características, colores y formas, que el ojo humano puede apreciar sólo con la ayuda de herramientas adicionales”, señala Florencia Cesari Tommarello, autora de Fluorescer, una escultura viva en constante transformación.
Pálticos es otro de los desarrollos que llaman la atención. La serie de bioplásticos laminares creados con descartes de paltas explora “intensamente la diversidad, la generación de color, la creación de texturas y la búsqueda constante de terminaciones. Del carozo se extrae el almidón y el color”, señala Agustina Ruiz, la diseñadora que descubrió, entre los atributos del material, el proceso de oxidación: “Nos recuerda que lo natural no es eterno”, destaca.
La cáscara de huevo dice presente en varios objetos. Entre ellos, el Bioconductor fugaz, una búsqueda hacia una nueva electrónica. El circuito simple se desarrolla a partir de la experimentación con las propiedades conductivas de los materiales, logrando encender una luz led. Como bioplaqueta se utilizó un biocompuesto de cáscaras de huevo celeste de gallinas Araucanas Mapuches.
Y para los circuitos se utilizaron bioconductores, de biomaterial con poca resistencia a la circulación de la corriente eléctrica. Distintas composiciones permitieron lograr mayor o menor conducción de acuerdo a sus propiedades. Finalmente se logró un sistema simple y 100% biodegradable”, apunta Lara Fernández Vallone.
La combinación de diseño, cerámica y fungicultura dio como resultado el Jardín de Gírgolas, una instalación que indaga sobre las interacciones entre el ser humano y el reino fungi. “La intervención temporal propone un momento de contemplación para apreciar el proceso de crecimiento de los hongos”, señalan Jalkh, Fernández Vallone y Tommarello.
En tanto, los objetos fúngicos realizados a partir de micelio son apenas una muestra de las aplicaciones posibles. En la intersección entre la biología y la ciencia de los materiales, el biomaterial surge como una alternativa sostenible a los materiales basados en petróleo. El proceso de cultivo, la creación y la aplicación del micelio en objetos de diseño integra la publicación que forma parte de la expo y que describe distintas etapas. Desde la inoculación y la creación de biomasa, hasta las piezas de diseño y artefactos desarrollados.
“Funciona como herramienta de consulta directa con los científicos, adoptando y desarrollando nuevas metodologías y técnicas”, explica Karen Antorveza, integrante del grupo de biodiseñadores argentinos que buscan en la Naturaleza las respuestas para cuidar el planeta.

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