Hanif Kureishi vuelve a Londres tras seis meses de internación en Roma
El escritor confirmó la publicación de sus “memorias de hospital”, que recogerán las atormentadas experiencias que vivió en el centro de rehabilitación desde su caída
Daniel Gigena“No he visto nada más que la habitación y la terraza”, escribe
En un “despacho” dado a conocer el fin de semana de “Las crónicas de Kureishi”, blog donde el escritor británico Hanif Kureishi (Bromley, 1954) comparte con los lectores el día a día de su internación en Roma, luego de que sufrió un accidente en la calle y se lesionó gravemente la columna vertebral en diciembre de 2022, el autor de Algo que contarte anunció que mañana regresará a Londres.
La publicación en la plataforma Substack está acompañada por una serie de fotos donde se lo ve junto a los gemelos Carlo y Sachin, y Kier, su hijo menor; Isabella D’Amico, su tercera y actual pareja; Tracey Scoffield (madre de los gemelos); el editor Simon Prosser; su amigo el cineasta Stephen Frears (que llevó al cine la novela de Kureishi Mi hermosa lavandería), y algunos compañeros de internación conocidos por los lectores que siguen sus crónicas. Todos ellos fueron clave no solo en el acompañamiento de estos seis meses, sino también para que el escritor, que no puede mover las manos, pudiera continuar narrando hasta el mínimo detalle ya no una ficción, sino un capítulo atormentado de su vida.
Libro Hanif Kureishi Algo Que Contarte Anagrama
La feliz noticia también se compartió en su cuenta de Twitter, @Hanifkureishi. En 2024 el escritor publicará un libro de “memorias de hospital”, basadas en gran parte en sus crónicas y tuits.
“Volveré a Londres después de seis meses de hospitalización en Roma en el @SantaLuciaIRCCS. He sido tratado con profesionalismo y amabilidad por todo el personal de la Unidad de Neurorrehabilitación. Estoy agradecido al sistema nacional de salud de Italia por brindarme curación y rehabilitación gratuitas para mí y para todos los demás pacientes.
Con humor y amor, agradece a su pareja actual, a quien llama “my rock” (mi apoyo). “Isabella ha estado enterrada aquí conmigo, rascándome la nuca, afeitándome, limándome las uñas de los pies, leyéndome, alimentándome (dice que está bien si no menciono todo), así como escuchándome quejarme de mi situación. Esta situación está llegando a su fin y llega otra situación, quizás aún más incómoda; sencillamente, no lo sabemos, lo descubriremos. Iré en un taxi, luego en un avión, luego en otro taxi. Voy a un hospital en el oeste de Londres, seguido de otro hospital en el oeste de Londres, seguido de otra instalación en las afueras de Londres. No pasa nada durante meses, luego todo sucede a la vez y parece que tienes poca idea de lo que está pasando. Usted, querido lector, será informado. Habrá muchas aventuras”.
También detalla quiénes y cómo organizaron su inminente “repatriación” a Inglaterra. “Este movimiento ha sido posible gracias a Tracey y Charlotte en Londres, y a Isabella y Giovanna en Italia, y a los médicos de aquí, que han sido muy útiles. Burocráticamente, fue complicado y frustrante. Estoy deseando volver a ver mi ciudad; de hecho, estoy deseando volver a ver algo. Durante seis meses no he visto nada más que esta habitación y la terraza fuera de la zona del bar, que es un lugar muy agradable para sentarse y hablar con quien haya pasado ese día. El tiempo se ha ralentizado casi hasta detenerse, como pasa cuando eres un niño. No es que llevara una vida interesante antes de mi accidente, solamente era libre. Ahora no puedo hacer lo que quiero; soy totalmente dependiente de los demás y es un experimento interesante y doloroso”.
En la misma crónica se refiere al escritor Cormac McCarthy, que falleció el martes 13, a los 89 años. “Años atrás, leí medio libro de McCarthy, pero tuve que dejarlo. No leo mucha ficción. Veo películas, pero ahora no me gusta mucho leer o escribir historias de ficción. No sé por qué. Leo muchos diarios, incluidos los de mierda, y admiro y respeto a los periodistas, especialmente a los deportivos, a quienes leo con avidez. Debe ser difícil para los periodistas todo eso de apegarse a la verdad y tratar de hacerla interesante, persiguiendo hechos, buscando cosas. En cuanto al libro de McCarthy, cuyo título olvidé, era tan bueno que apenas podía soportarlo. Tenía muchas ganas de escribir, además de eso. No pude leer más. Sabía que nunca podría ser tan bueno y cuando volví a escribir mis propias cosas, comenzó a salir como él, así que tuve que dejar el libro y nunca volví a él. Me afectó. Algunos libros son demasiado buenos para leer. Me pregunto si les pasa lo mismo a otros escritores”.
Por último, consigna una de sus últimas actividades en Roma antes del regreso a la capital inglesa. “Lady G obtuvo un permiso especial y nos llevará a almorzar a Roma como ensayo para nuestro viaje de regreso a Londres. No puedo esperar para comer spaghetti alle vongole y tomar una copa de vino. Mi primera en seis meses”
Con humor y amor, agradece a su pareja actual, a quien llama “my rock” (mi apoyo). “Isabella ha estado enterrada aquí conmigo, rascándome la nuca, afeitándome, limándome las uñas de los pies, leyéndome, alimentándome (dice que está bien si no menciono todo), así como escuchándome quejarme de mi situación. Esta situación está llegando a su fin y llega otra situación, quizás aún más incómoda; sencillamente, no lo sabemos, lo descubriremos. Iré en un taxi, luego en un avión, luego en otro taxi. Voy a un hospital en el oeste de Londres, seguido de otro hospital en el oeste de Londres, seguido de otra instalación en las afueras de Londres. No pasa nada durante meses, luego todo sucede a la vez y parece que tienes poca idea de lo que está pasando. Usted, querido lector, será informado. Habrá muchas aventuras”.
También detalla quiénes y cómo organizaron su inminente “repatriación” a Inglaterra. “Este movimiento ha sido posible gracias a Tracey y Charlotte en Londres, y a Isabella y Giovanna en Italia, y a los médicos de aquí, que han sido muy útiles. Burocráticamente, fue complicado y frustrante. Estoy deseando volver a ver mi ciudad; de hecho, estoy deseando volver a ver algo. Durante seis meses no he visto nada más que esta habitación y la terraza fuera de la zona del bar, que es un lugar muy agradable para sentarse y hablar con quien haya pasado ese día. El tiempo se ha ralentizado casi hasta detenerse, como pasa cuando eres un niño. No es que llevara una vida interesante antes de mi accidente, solamente era libre. Ahora no puedo hacer lo que quiero; soy totalmente dependiente de los demás y es un experimento interesante y doloroso”.
En la misma crónica se refiere al escritor Cormac McCarthy, que falleció el martes 13, a los 89 años. “Años atrás, leí medio libro de McCarthy, pero tuve que dejarlo. No leo mucha ficción. Veo películas, pero ahora no me gusta mucho leer o escribir historias de ficción. No sé por qué. Leo muchos diarios, incluidos los de mierda, y admiro y respeto a los periodistas, especialmente a los deportivos, a quienes leo con avidez. Debe ser difícil para los periodistas todo eso de apegarse a la verdad y tratar de hacerla interesante, persiguiendo hechos, buscando cosas. En cuanto al libro de McCarthy, cuyo título olvidé, era tan bueno que apenas podía soportarlo. Tenía muchas ganas de escribir, además de eso. No pude leer más. Sabía que nunca podría ser tan bueno y cuando volví a escribir mis propias cosas, comenzó a salir como él, así que tuve que dejar el libro y nunca volví a él. Me afectó. Algunos libros son demasiado buenos para leer. Me pregunto si les pasa lo mismo a otros escritores”.
Por último, consigna una de sus últimas actividades en Roma antes del regreso a la capital inglesa. “Lady G obtuvo un permiso especial y nos llevará a almorzar a Roma como ensayo para nuestro viaje de regreso a Londres. No puedo esperar para comer spaghetti alle vongole y tomar una copa de vino. Mi primera en seis meses”
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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