miércoles, 21 de junio de 2023

EL GRAN FRED ASTAIRE Y DÓNDE PODEMOS VERLO


Fred Astaire, el “hombre más encantador de Broadway”, que hizo bailar hasta a un perchero
El bailarín tímido y perfeccionista que triunfó en Hollywood gracias a su carisma fue uno de los responsables del lenguaje de los números musicales en el cine clásico
Pablo PlanovskyFred Astaire brilló en los años 30
Cuando empezó a trabajar en Broadway era un joven de 18 años muy tímido. Se inspiraba en el trabajo de uno de los bailarines más famosos en la historia del teatro neoyorquino: George M. Cohan. Pero iba más allá cuando trataba de compensar las inseguridades que le producían sus rasgos físicos: no era alto, era muy flaco y no le gustaba su mentón, su frente ni sus orejas. Trató de compensar lo que él consideraba que eran sus mayores debilidades imitando la gracia y galantería de Cohan. Junto a su hermana Adele hicieron shows en Estados Unidos e Inglaterra con mayor o menor éxito. Inventaron nuevos pasos y rutinas de baile, hasta que empezó a cansarse del mundo en Manhattan. Quería descubrir nuevos horizontes. El mundo todavía no había descubierto a Fred Astaire.
Fue el mítico David O. Selznick, productor de Lo que el viento se llevó y El mago de Oz, quien comprendió el potencial talento que tenía Fred Astaire para la pantalla grande: “Es el hombre más encantador del teatro de Nueva York”, decía. Más allá de su instinto, todo dependía de la prueba de cámara a la que le pidió que se sometiera al bailarín. El resultado cambió el humor y la confianza del productor: “(Astaire) no puede actuar, se está quedando pelado, baila”, rezaba la devolución del director del casting. El productor volvió a apostar por la joven promesa: “No estoy muy seguro sobre este hombre pero siento que, a pesar de sus enormes orejas y su mentón alargado, que su carisma es tan grande que opacará esta prueba”.
El olfato de productor no falló. Después de breves participaciones en películas como La bailarina, Astaire creció hasta tener su primer protagónico en La alegre divorciada, una comedia musical de 1934 en la que compartía cartel con una estrella como Ginger Rogers. Ella, en la ficción, pensaba que el hombre que la seducía era un abogado contratado por su exmarido para arruinar su divorcio. Astaire, como sospechaba el productor de Rebecca, una mujer inolvidable, desbordaba carisma en la pantalla grande.
El resultado fue un éxito. El público llenó las salas, la película estuvo nominada al Oscar y “The Continental”, el gran número musical, fue el primero en la historia en ganar en la categoría mejor canción original. Astaire se había involucrado de lleno en el proceso creativo de la película, trabajando en tándem con el montajista y editor de sonido para perfeccionar los números musicales. El actor de Broadway estaba en contra de que los números musicales tuvieran muchos cortes, porque creía que el cuerpo de los bailarines debía verse completo, con la menor cantidad de cambios de planos posibles. Aunque en un principio no quería saber nada con compartir cartel con Rogers, “una de esas reinas de Hollywood”, como la llamaba con desprecio, lo que logró con ella cautivó a los espectadores.
Elegancia y dignidad
Mel Brooks, el genio del humor que dirigió películas como El joven Frankenstein y Locura en el oeste, cuando le preguntaban cuál era su película favorita de todos los tiempos respondía: “Todos esperan que diga algún título como La gran ilusión o El ciudadano, pero mi favorita es Sombrero de copa”. No era ningún chiste el de Mel Brooks.
Considerada la obra maestra de Fred Astaire, Ginger Rogers y Mark Sandrich (director que trabajaría con el dúo de bailarines en cinco títulos), fue la primera película concebida especialmente para que se lucieran sus estrellas. De nuevo: una comedia musical de enredos donde él, un bailarín estadounidense, se enamora de una chica que confunde con su productora. Se estrenó en 1934, un contexto particular para el cine y la sociedad de Estados Unidos. Ya regía el Código Hays, que limitaba la creatividad de las producciones de Hollywood. Fuera de las salas, los espectadores habían sido golpeados por la peor crisis económica en la historia del país. La Depresión impactaba de lleno en los pocos títulos que la desdichada población elegía pagar para ver.
El compositor Irving Berlin definió a Sombrero de copa, y a la canción “Cheek To Cheek”, como el mejor trabajo que hizo para cine. Por ese número musical fue nominado al Oscar, al igual que Hermes Pan (otro habitual colaborador de Fred Astaire) en la categoría mejor dirección de danza. La película también fue nominada a los premios Oscar.
En cien minutos, Sombrero de copa mostraba la fusión de la arquitectura art déco con el tap de Fred Astaire, la voz de Ginger Rogers y las melodías de jazz que hacía de la película un relato encantador para tiempos deprimentes. Sombrero de copa todavía remitía a los gloriosos años 20, la década en la que el crecimiento económico no parecía tener techo. Gene Kelly decía que Astaire, además, tenía un atractivo extra: “Representaba a la alta sociedad. En la época más pobre de los Estados Unidos, era necesario ver a la gente yendo a Venecia, conociendo chicas hermosas, usando atuendos de gala. Era una gran forma de escape”.
Kelly no se equivocó: la película fue un suceso tan grande que, junto con King Kong, salvó a la productora RKO Radio Pictures de la quiebra. Astaire, con sus majestuosos trajes, se movía con distinguida elegancia por la pantalla. “La gente cree que yo nací usando sombrero de copa”, solía comentar Fred Astaire.
Un perfeccionista
En total, Astaire y Rogers trabajaron juntos en diez películas. La década de 1930 fue fructífera para ambos, aunque detrás de escena corrían rumores de una supuesta rivalidad creciente entre las dos estrellas.
Astaire era un conocido perfeccionista que se involucraba de lleno en todo el proceso de rodaje y posproducción de sus películas. Eso lo llevó a criticar más de una vez a su compañera, con frases como: “No sabe cantar, no sabe bailar tap... pero tiene presencia”. Recién en La melodía de Broadway, de 1940, Astaire cambió de partenaire: Eleanor Powell era una profesional del tap. La escena del “baile en las estrellas”, a la que rinde homenaje La La Land, se convirtió en un clásico.
Fred Astaire no escatimaba en elogios para el trabajo de los colegas que admiraba. Adoraba a Gene Kelly (“Baila como loco, dirige como loco y yo me vuelvo loco por su trabajo”), y no se quedaba atrás para elogiar a Judy Garland (“Es simplemente maravillosa”), Cyd Charisse, Rita Hayworth, Eleanor Powell, Michael Jackson (“El mejor bailarín del siglo”), John Travolta (decía que no era un bailarín, pero lo que hacía en Fiebre de sábado por la noche “era muy atractivo”) o Ginger Rogers. Tenía, sí, rechazo por lo que consideraba la creciente vulgaridad en las películas a medida que pasaban los años.
Aunque los años 30 fueron los años mozos para Astaire, con títulos como Al compás del amor y Ritmo loco, el cielo tuvo un límite para el actor, que en la década de 1940 intentó retirarse después de una serie de fracasos críticos y comerciales. Anunció que Del cielo bajó una estrella sería su último baile en la pantalla (el mismo baile que luego Mel Brooks parodiaría en El joven Frankenstein). Pero no fue un retiro total.
En 1968 filmó El camino del arcoíris, bajo la dirección del novato Francis Ford Coppola. Coppola insistía en filmar en locaciones reales y editar los bailes con muchos cortes, porque “así se hace ahora”. Para un dandy que creció en el sistema de estudios de Hollywood, eso era una aberración. Caballero como siempre, aún en desacuerdo, Astaire accedió. La película no fue un éxito, pero de a poco Astaire volvía a las pantallas.
Infierno en la torre, película multiestelar de cine catástrofe, le devolvió algo más que 15 minutos de fama: fue su primera nominación al Oscar. Aunque competía como actor de reparto, no pudo ganar: ese año El padrino II arrasó. Cuando Robert De Niro ganó en esa categoría, Coppola se acercó a Astaire y le pidió perdón. Como siempre, Astaire, quien murió el 22 de junio de 1987, contestó con su característico encanto: “Está bien, es un gran cumplido ser uno de los cinco nominados”.

Dónde Descubrirlo

Sombrero de copa

disponible en Apple TV+

Al compás del amor

disponible en Apple TV+

La alegre divorciada

disponible en Apple TV+

Ritmo loco

disponible en Qubit.tv

Bodas reales

disponible en Qubit.tv

Desfile de Pascua

disponible en Qubit.tv

El valle del arcoiris

disponible en Apple TV+

Bailando nace el amor

disponible en Qubit.tv

Infierno en la torre

disponible en HBO Max

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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