El sistema para reciclar el pelo
lo recolectan en las peluquerías y hacen con ellos hilados y fibras
VIVIAN URFEIG
Las hilados realizados con cabello tienen alta resistencia, aislamiento térmico, flexibilidad y capacidad de absorción
Te cortás el pelo gratis y formas parte de la experiencia de reciclado de cabello”. La invitación, atractiva y disruptiva, fue una de las instalaciones más visitadas de la Semana de Diseño de Milán 2023. Al frente de la iniciativa, la diseñadora Sanne Visser, de Países Bajos, invitaba a reflexionar sobre el cuidado del planeta como centro de la cuestión. ¿Qué pasaría si nuestros peluqueros se convirtieran en los agricultores del futuro? La pregunta se transformó en más de 150 cortes en vivo con peluqueros locales atentos a la consigna: recolectar el cabello para que Sanne –profesora del Centro de Diseño Circular del Chelsea College, de la Universidad de las Artes de Londres– lo convirtiera en nuevos materiales y productos regenerativos: desde correas para perros hasta hamacas, cinturones, revestimientos decorativos y bolsos.
La instalación incluyó un Muro del Cabello, una pared que funcionó como archivo de la experiencia y donde cada participante dejó una reflexión sobre cómo les gustaría que se usaran sus mechones en el futuro. “Espero que mi cabello castaño pueda ser utilizado para crear cordones de zapatos que permitan la fabricación sustentable y compostable en pos de un futuro más equitativo” (Francesca, 26 años). “Si esta investigación conduce a utilizar menos plástico, bienvenida sea” (Luca, 38 años). Los mensajes empapelaron la muestra, en la residencia para artistas impulsada por BASE Milano bajo el título We Will Design: We have an IDEA (Diseñaremos, tenemos una idea). La investigación se transformó en el escenario de una peluquería atípica titulada “Localmente cultivado”.
Los procesos de recolección de puntas florecidas, la transformación en fibras y el desarrollo de hilos y cuerdas a partir de cabello humano forman parte de la investigación que impulsa Sanne desde 2016, que relevó técnicas ancestrales del hilado y telar para destrabar niveles y ampliar los límites entre la artesanía y la ciencia. Los tejidos exhibidos contaron con el aporte de la artista y diseñadora textil chilena Sofía Hott, que explora bioplásticos en la queratina del cabello.
De la fibra al recurso, Visser presentó los avances de su particular sistema de reciclaje que reformula el diseño del tradicional sillón de barbero. En vez de tirar el pelo al piso, el sillón de Sanne cuenta con bolsillos plásticos que lo recogen y evitan su contaminación. La materia prima se separa de acuerdo a los parámetros de la diseñadora: pelo largo, corto, oscuro, canoso o claro. Nada se pierde, todo se transforma.
El público cuestionó el uso de champús y acondicionadores con parabenos y sulfatos, y se abrió un debate sobre el cabello como material sustentable desde diferentes perspectivas. A través de carteles y actividades interactivas, surgieron preguntas sobre los rituales y la cultura asociada al pelo. Con flequillos y cortes rebajados los participantes salían de la peluquería-laboratorio sintiéndose parte de un cambio.
El proyecto comenzó en 2022, en el marco de una residencia de exploración en diseño del programa Observatorios Futuros, del Museo de Diseño de Londres. Visser se puso en contacto con peluquerías, salones de belleza y centros de estética londinenses y relevó datos de 97 peluquerías entre los barrios de Chelsea y Kensington. “En promedio, cada una corta 2.4 kilos de cabello por mes, la mayoría de los cuales termina en la basura. Sin embargo, el cabello es un material altamente versátil. Al igual que la lana, puede ser clasificado y procesado para su uso como hilo o textil. Puede analizarse según sus componentes químicos para usos médicos o alternativa al plástico”, señala.
“Mi exploración pretende descifrar el alcance del pelo como herramienta, como un nuevo material clave en el sistema de reciclaje, y restaurar un material de desecho común. El re uso creativo requiere métodos y reformulaciones”, explica, y agrega que la silla de barbero se realizó con la firma tapicera Charmaine Dresser y los materiales, de fibras de ananá de descarte, fueron cedidos por Pinatex y Ananas Anam.
“En las culturas precolombinas andinas, el uso del cabello humano en textiles y prácticas funerarias era una actividad fuertemente relacionada con rituales sagrados y el ciclo de la vida. Estas muestras tejidas se inspiran en esas prácticas ancestrales, invitando a reflexionar sobre el lenguaje y el uso de un material que adquiere otra relevancia en la actualidad”, apunta la chilena Sofía Hott, que participó en la investigación y la experimentación con varias técnicas tradicionales de hilado y fabricación de cuerdas. Ligeros y con alta resistencia a la tensión, aislamiento térmico, flexibilidad y capacidad de absorción de aceites, los hilos hechos de cabello se utilizan para crear objetos funcionales como correas para los hombros, cuerdas elásticas, sujetadores de botellas de agua o bolsos. El material resultó ser tan resistente que Sanne se animó a construir una hamaca cuyo soporte no fueron cadenas ni sogas, sino sus textiles. “Un cabello humano soporta 100 gramos de peso dependiendo de la dieta, salud, ambiente, origen étnico y su tratamiento. Potencialmente, toda una cabeza de cabello podría soportar un peso de 12 toneladas –arriesga–. Emprendí un camino complejo para reemplazar las fibras existentes como el algodón por nuevos materiales con menor impacto en el medio ambiente y la salud”.
Además, observó diferencias según el origen étnico. Por ejemplo, el cabello asiático crece más rápido, 15 cm. al año; el caucásico, 13, y el afro, 10. “En cuanto a su resistencia, el africano parece ser el más frágil, rompiéndose bajo una tensión de 60 gramos después de una elongación del 40%. En el otro extremo, el asiático es el más resistente, soportando un peso de 100 gramos y una elongación del 55% para un solo cabello”.
El cambio climático, las emisiones de carbono y la sustentabilidad son los ejes conceptuales que rigen sus exploraciones guiadas por los parámetros de la economía circular: “El sistema de bucle cerrado permite que la materia prima recolectada se mantenga libre de aditivos y pueda retornar directamente a la naturaleza al final de su ciclo de vida, a través de compostaje o reciclaje”. Desde su graduación en el programa de Maestría en Futuros Materiales en Central Saint Martins en 2016, Sanne inició distintas giras por instituciones de todo el mundo para difundir su propuesta.
El diseño regenerativo, la reflexión sobre el futuro y la posibilidad de sistematizar el desperdicio de pelo como un nuevo recurso, más los alcances del diseño alineado a los principios de las 3 R: Reciclar, Reutilizar y Reducir fueron conceptosque tuvo en cuenta el jurado del premio Nuevos Materiales para otorgarle la distinción que impulsan las fundaciones Kwadraat, Doen y el Het Nieuwe Instituut, de los Países Bajos.
Sorpresa, susto, reacciones distantes. Quienes visitaron su expo en Milán se tomaron unos minutos para entender los alcances de la exploración capilar que se vio en vivo durante la Semana de Diseño. “Todos podemos relacionarnos con la experiencia, pero también somos escépticos y, a la vez, sugiere preguntas sobre la distancia que nos provocan otros materiales” dice Visser, a la vanguardia de los nuevos materiales del futuro
Te cortás el pelo gratis y formas parte de la experiencia de reciclado de cabello”. La invitación, atractiva y disruptiva, fue una de las instalaciones más visitadas de la Semana de Diseño de Milán 2023. Al frente de la iniciativa, la diseñadora Sanne Visser, de Países Bajos, invitaba a reflexionar sobre el cuidado del planeta como centro de la cuestión. ¿Qué pasaría si nuestros peluqueros se convirtieran en los agricultores del futuro? La pregunta se transformó en más de 150 cortes en vivo con peluqueros locales atentos a la consigna: recolectar el cabello para que Sanne –profesora del Centro de Diseño Circular del Chelsea College, de la Universidad de las Artes de Londres– lo convirtiera en nuevos materiales y productos regenerativos: desde correas para perros hasta hamacas, cinturones, revestimientos decorativos y bolsos.
La instalación incluyó un Muro del Cabello, una pared que funcionó como archivo de la experiencia y donde cada participante dejó una reflexión sobre cómo les gustaría que se usaran sus mechones en el futuro. “Espero que mi cabello castaño pueda ser utilizado para crear cordones de zapatos que permitan la fabricación sustentable y compostable en pos de un futuro más equitativo” (Francesca, 26 años). “Si esta investigación conduce a utilizar menos plástico, bienvenida sea” (Luca, 38 años). Los mensajes empapelaron la muestra, en la residencia para artistas impulsada por BASE Milano bajo el título We Will Design: We have an IDEA (Diseñaremos, tenemos una idea). La investigación se transformó en el escenario de una peluquería atípica titulada “Localmente cultivado”.
Los procesos de recolección de puntas florecidas, la transformación en fibras y el desarrollo de hilos y cuerdas a partir de cabello humano forman parte de la investigación que impulsa Sanne desde 2016, que relevó técnicas ancestrales del hilado y telar para destrabar niveles y ampliar los límites entre la artesanía y la ciencia. Los tejidos exhibidos contaron con el aporte de la artista y diseñadora textil chilena Sofía Hott, que explora bioplásticos en la queratina del cabello.
De la fibra al recurso, Visser presentó los avances de su particular sistema de reciclaje que reformula el diseño del tradicional sillón de barbero. En vez de tirar el pelo al piso, el sillón de Sanne cuenta con bolsillos plásticos que lo recogen y evitan su contaminación. La materia prima se separa de acuerdo a los parámetros de la diseñadora: pelo largo, corto, oscuro, canoso o claro. Nada se pierde, todo se transforma.
El público cuestionó el uso de champús y acondicionadores con parabenos y sulfatos, y se abrió un debate sobre el cabello como material sustentable desde diferentes perspectivas. A través de carteles y actividades interactivas, surgieron preguntas sobre los rituales y la cultura asociada al pelo. Con flequillos y cortes rebajados los participantes salían de la peluquería-laboratorio sintiéndose parte de un cambio.
El proyecto comenzó en 2022, en el marco de una residencia de exploración en diseño del programa Observatorios Futuros, del Museo de Diseño de Londres. Visser se puso en contacto con peluquerías, salones de belleza y centros de estética londinenses y relevó datos de 97 peluquerías entre los barrios de Chelsea y Kensington. “En promedio, cada una corta 2.4 kilos de cabello por mes, la mayoría de los cuales termina en la basura. Sin embargo, el cabello es un material altamente versátil. Al igual que la lana, puede ser clasificado y procesado para su uso como hilo o textil. Puede analizarse según sus componentes químicos para usos médicos o alternativa al plástico”, señala.
“Mi exploración pretende descifrar el alcance del pelo como herramienta, como un nuevo material clave en el sistema de reciclaje, y restaurar un material de desecho común. El re uso creativo requiere métodos y reformulaciones”, explica, y agrega que la silla de barbero se realizó con la firma tapicera Charmaine Dresser y los materiales, de fibras de ananá de descarte, fueron cedidos por Pinatex y Ananas Anam.
“En las culturas precolombinas andinas, el uso del cabello humano en textiles y prácticas funerarias era una actividad fuertemente relacionada con rituales sagrados y el ciclo de la vida. Estas muestras tejidas se inspiran en esas prácticas ancestrales, invitando a reflexionar sobre el lenguaje y el uso de un material que adquiere otra relevancia en la actualidad”, apunta la chilena Sofía Hott, que participó en la investigación y la experimentación con varias técnicas tradicionales de hilado y fabricación de cuerdas. Ligeros y con alta resistencia a la tensión, aislamiento térmico, flexibilidad y capacidad de absorción de aceites, los hilos hechos de cabello se utilizan para crear objetos funcionales como correas para los hombros, cuerdas elásticas, sujetadores de botellas de agua o bolsos. El material resultó ser tan resistente que Sanne se animó a construir una hamaca cuyo soporte no fueron cadenas ni sogas, sino sus textiles. “Un cabello humano soporta 100 gramos de peso dependiendo de la dieta, salud, ambiente, origen étnico y su tratamiento. Potencialmente, toda una cabeza de cabello podría soportar un peso de 12 toneladas –arriesga–. Emprendí un camino complejo para reemplazar las fibras existentes como el algodón por nuevos materiales con menor impacto en el medio ambiente y la salud”.
Además, observó diferencias según el origen étnico. Por ejemplo, el cabello asiático crece más rápido, 15 cm. al año; el caucásico, 13, y el afro, 10. “En cuanto a su resistencia, el africano parece ser el más frágil, rompiéndose bajo una tensión de 60 gramos después de una elongación del 40%. En el otro extremo, el asiático es el más resistente, soportando un peso de 100 gramos y una elongación del 55% para un solo cabello”.
El cambio climático, las emisiones de carbono y la sustentabilidad son los ejes conceptuales que rigen sus exploraciones guiadas por los parámetros de la economía circular: “El sistema de bucle cerrado permite que la materia prima recolectada se mantenga libre de aditivos y pueda retornar directamente a la naturaleza al final de su ciclo de vida, a través de compostaje o reciclaje”. Desde su graduación en el programa de Maestría en Futuros Materiales en Central Saint Martins en 2016, Sanne inició distintas giras por instituciones de todo el mundo para difundir su propuesta.
El diseño regenerativo, la reflexión sobre el futuro y la posibilidad de sistematizar el desperdicio de pelo como un nuevo recurso, más los alcances del diseño alineado a los principios de las 3 R: Reciclar, Reutilizar y Reducir fueron conceptosque tuvo en cuenta el jurado del premio Nuevos Materiales para otorgarle la distinción que impulsan las fundaciones Kwadraat, Doen y el Het Nieuwe Instituut, de los Países Bajos.
Sorpresa, susto, reacciones distantes. Quienes visitaron su expo en Milán se tomaron unos minutos para entender los alcances de la exploración capilar que se vio en vivo durante la Semana de Diseño. “Todos podemos relacionarnos con la experiencia, pero también somos escépticos y, a la vez, sugiere preguntas sobre la distancia que nos provocan otros materiales” dice Visser, a la vanguardia de los nuevos materiales del futuro
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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