Consejos para prevenir la hipertensión, enfermedad silenciosa y subtratada
Una de cada tres personas con presión alta no tiene diagnóstico; el consumo de sal recomendado y por qué hay que evitar el pomelo
Conrado Estol
La mayor amenaza a la salud es el aumento no tratado de la presión arterial. Y esto es así porque la hipertensión es el principal factor de riesgo que causa infarto cardíaco y accidentes cerebrovasculares (ACV) que son las dos primeras causas de muerte en el mundo.
Diversas encuestas indican que el mayor temor de una persona es perder su capacidad cognitiva –demencia–. Y este es uno de los problemas que genera la hipertensión al dañar a los pequeños vasos que irrigan al cerebro lo que causa demencia vascular y hasta un tercio de los casos de la enfermedad de Alzheimer.
Hasta el 3% de chicos entre 3 y 18 años tiene hipertensión. Entre los adultos, más del 90% desarrollarán hipertensión en algún momento de su vida. El 13% de todas las muertes en el mundo son causadas por hipertensión según indica la Federación Mundial del Corazón.
Si usted espera a tener síntomas para consultar, entonces su primera manifestación podría ser un infarto, hemiplejia, demencia o la muerte. Simplemente porque la hipertensión arterial es asintomática y por eso se la ha llamado el “asesino silencioso”. Mantener a la presión arterial dentro de valores normales resulta en una muy significativa reducción de la mortalidad y discapacidad de la población general. ¿Por qué esto, aparentemente simple, no sucede?
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la hipertensión afecta aproximadamente a 15 millones de argentinos –casi al 50% de la población adulta– y a más de 1500 millones de personas en el mundo –700 millones no reciben tratamiento–. La Asociación Norteamericana del Corazón (American Heart Association, AHA) define como “hipertensión” a valores de 130 mmhg (milímetros de mercurio) de presión sistólica o máxima y 80 mmhg de presión diastólica o mínima. Esto es lo que la gente usualmente llama “13-8”. Las mujeres deben saber que una de cada dos de ellas se hace hipertensa a los 55 años.
La presión arterial es fácil de medir y de tratar. Sin embargo, la hipertensión está universalmente subdiagnosticada y subtratada. Una de cada 3 personas no tiene diagnóstico y hasta el 80% de los pacientes con diagnóstico están tratados pero su presión arterial no está controlada. En la nota “Los neurólogos hace 20 años le tiramos el martillo de reflejos a la hipertensión” publicada en la revista JAMA, comentamos que el 70% de los 1500 pacientes que evaluamos en nuestra clínica de neurología tenían hipertensión en la primera visita.
La negación
Para lograr una medición confiable solo se debe usar un tensiómetro electrónico tal como recomienda la AHA para evitar los errores que ocurren al medir la presión con otros aparatos como el popular aneroide, que requiere el uso de un estetoscopio. La televisión perdió una gran oportunidad de educar masivamente cuando en un capítulo de la serie
House of Cards, el presidente Underwood –interpretado por el actor Kevin Spacey– toma su propia presión arterial con un aparato aneroide sin un estetoscopio –lo que sería imposible– y exclama “110-80, no está mal…”.
Pero la mayor negación está en la propia gente. La frase que más frecuentemente escuchamos cuando le decimos a un paciente que tiene la presión alta es “esta es la primera vez que tengo esa presión”. Con respecto a esta opción, le pregunto a los pacientes cuál creen ellos que es la probabilidad de que “la primera” vez sea la que medimos en nuestro centro: ¡Ninguna! Otras respuestas incluyen: “es que hoy almorcé con sal”, o “tomé café antes de venir a la consulta” o “tuve un disgusto”.
Pero sin duda la peor de las respuestas es “debe ser presión nerviosa”. Esto también se ha llamado “presión de consultorio” o “presión de guardapolvo blanco” para explicar el fenómeno por el que a algunas personas les subiría la presión cuando es tomada por el médico.
Diferentes estudios han evaluado a personas que tienen picos de presión “en el consultorio” sometiéndolos a situaciones estresantes con test psicológicos y problemas matemáticos diseñados con ese propósito. Los resultados mostraron que quienes hacían picos de presión cuando eran sometidos a los estímulos estresantes, tenían infarto y muerte cardiovascular con la misma frecuencia que aquellos con diagnóstico clásico de hipertensión.
Quizás la evidencia más contundente es que Giuseppe Mancia, el médico creador del concepto de “presión de consultorio” como algo benigno en 1983 es el mismo que en 2022 publicó un trabajo donde concluyó que la llamada presión de consultorio resultaba en la misma mortalidad, infarto y daño de órganos que la hipertensión sostenida. La hipertensión de consultorio por “nervios” no es un fenómeno inocente. Es hipertensión y debe ser tratada.
Para evaluar la negación de la gente sobre sus valores elevados de presión arterial, un grupo de médicos en Alemania distribuyó tensiómetros a 48 pacientes y les pidieron que se tomaran la presión y que anotaran los valores registrados. Pero lo particular del estudio fue que no se les dijo a los participantes que los aparatos no solo medían la presión arterial, sino que la guardaban en la memoria. Al comparar los valores guardados en esa memoria y las anotaciones, se descubrió que muchos de los participantes no se habían tomado nunca la presión y simplemente habían anotado valores normales en el registro y que otros, se habían tomado la presión las veces que fuera necesario hasta que se normalizara y ese era el valor que anotaban. El estudio fue elocuente en mostrar la capacidad de negación de la gente.
Manejo de hábitos
El primer paso del tratamiento debe ser un manejo adecuado de los hábitos: no fumar, mínimo o nada de alcohol, dormir entre 7 y 8 horas, ejercicio varias veces por semana y una nutrición sana con peso ideal. Sobre la sal es suficiente con no usar el salero y solo agregarla para cocinar –la cantidad aceptable, 5 gramos por día, es la que contiene una cuchara de té-. El pomelo debe evitarse con la toma de medicaciones para la presión arterial –y otras– ya que puede aumentar la potencia del tratamiento hasta niveles riesgosos.
Los estudios mejor diseñados y más recientes (Sprint del Instituto Nacional de Salud de los EE.UU.) muestran que los valores que reducen las complicaciones de la hipertensión son los que la mantienen en un rango igual o menor a 120-70 mmhg. La evidencia ha mostrado que la medicación debe tomarse a la noche y que es excepcional que cause efectos colaterales. Y esto se debe cumplir todos los días sin excepción y no de acuerdo con cuál es el valor de presión arterial detectado. Estudios que contabilizan las tomas han mostrado que hasta un 31% de los pacientes reciben menos del 80% de la dosis indicada. El aumento de adherencia al tratamiento se puede lograr con el uso de pastilleros –no se debería tomar la medicación directo de la caja–, con recordatorios automáticos en el celular y siguiendo el tratamiento con equipos multidisciplinarios de prevención vascular.
Una buena calidad de vida aumenta la probabilidad de control de la presión arterial. En el estudio multiétnico de aterosclerosis de los EE.UU., las personas que tenían acceso a fuentes de alimentación sana mostraron un 12% menos de hipertensión que las que no accedían a este tipo de opciones. En otro estudio de ese país, las personas sin acceso a centros médicos tenían un 73% más de probabilidad de no tener controlada su presión arterial y los que no tenían cobertura de salud tenían 34% menos de probabilidad de presión controlada que los que sí tenían un seguro.
No hay otro factor más importante que la presión arterial para mantener la salud de la población. Si se pudiera controlar totalmente la hipertensión, el riesgo de ACV, de infarto cardíaco y de demencia disminuiría por lo menos 60%. Si su conclusión es “por suerte yo tengo presión arterial normal” o “en mi caso los medicamentos que tomo controlan perfectamente mi presión”, entonces sugiero que lea nuevamente este artículo. Su expectativa de vida y la calidad de salud con la que vivirá dependen fundamentalmente de este factor de riesgo vascular. Que es fácilmente diagnosticable y tratable. Pero esto, por ahora, no ocurre
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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