Ante la incertidumbre, los bancos siguen desarmando sus inversiones en Leliq
Ayer renovaron solo el 10,5% de las que les vencían; durante esta semana bajaron su exposición a ellas en $3,4 billones; son pesos que se van a pases con un plazo de solo un día
Javier Blanco
Los bancos locales, en especial los privados, volvieron a desarmar inversiones que tenían realizadas en las letras de liquidez (Leliq) que emite el Banco Central (BCRA).
Fue aprovechando la segunda oportunidad que tuvieron para hacerlo luego de que el presidente electo, Javier Milei, admitiera que es su prioridad un plan para neutralizar el impacto que una posible liberación sin redes de esta liquidez puede tener en el riesgo latente de recaer en hiperinflación.
Ayer, cuando les vencían títulos de este tipo por $1,82 billones, apenas recompraron nuevos papeles a 28 días (que pagan una tasa del 122% nominal anual) por $190.810 millones, monto representativo de apenas un 10,5% de ese total.
Eso supone que quedaron en libertad $1,635 billones, que en su totalidad o muy mayoritariamente (siguiendo lo visto en la licitación del martes) podrían haber sido recolocados en pases pasivos a un día (al 126% anual).
Esto haría que estas últimas colocaciones realizadas al máximo corto plazo admitido pasen a ser por primera vez el componente principal de la deuda remunerada total por unos $23,5 millones que contrajo el BCRA, tras haber sido cómplice de una “borrachera monetaria” que se traduce como emitir pesos por el equivalente unos 19 puntos del producto. Se trata de un desborde que explica el cuadro inflacionario actual.
La relocalización de estas inversiones, que son la contracara de los plazos fijos en pesos realizados por los ahorristas, forma parte de la estrategia adoptada por los bancos para estar preparados ante una eventual medida oficial sobre las Leliq apenas cambie el gobierno o haya un aumento en los retiros de pesos de la gente.
Al volcar cada vez más pesos “esterilizados” a estas colocaciones realizadas a solo un día, reducen el riesgo de toparse con sorpresas al quedar en condiciones de movilizar su dinero con mayor libertad, aunque resignen algo de sus ganancias.
“La idea es tener la mayor liquidez posible y atravesar la incertidumbre ante la falta de definiciones”, explicó el economista jefe de Banco Galicia, Diego Chameides, a la agencia Bloomberg.
“Los bancos vienen haciendo un mix entre achicar balances y aumentar pases”, explica por X (ex Twitter) el asesor financiero Franco Tealdi.
Una de las estrategias para eso es rechazar los depósitos mayoristas, algo que vienen haciendo fundamentalmente desde hace algunos días muchas entidades (exceptuando que sean colocaciones de clientes tradicionales), salvo el caso de algunas públicas.
Cerca de la calle
El problema para la estabilidad macro es que se trata de una montaña de pesos que, sólo por ahora, “quedaron dentro de la pecera”, como le gusta definir al economista y consultor Fernando Marull.
Esto es porque ya dieron todos los pasos previos como para estar en condiciones de entrar en circulación de forma casi inmediata, si lo necesitaran, lo que puede allanar el camino a una aceleración inflacionaria aún mayor si no hay un alineamiento de las expectativas en un plazo bastante perentorio.
“Fuimos de la ‘bola de Leliq’ a la ‘bola de pases’”, describió, para mostrar que el problema creado por el financiamiento monetario de elevado déficit fiscal no ha sido solucionado.
“Las Leliq pueden generar inflación en el mañana, ya que el aumento de dinero circulante puede elevar los precios de bienes y servicios”, recordó también por la red X la economista Natalia Motyl.
En especial porque la elevada liquidez que hay en plaza está presionando a la baja las tasas de interés en pesos que se pactan para otras inversiones de corto plazo equivalente, como las cauciones.
Este menor atractivo puede alentar el redireccionamiento de esos fondos hacia la demanda de bienes que pudieran actuar como cobertura o presionar más sobre los dólares financieros o el denominado blue, todos los que se han reacomodado ya en una franja de cotizaciones que va de los $950 a $1050.
Después de todo hay que considerar que los bancos desarmaron en las últimas 48 horas inversiones por unos $3,3 billones que tenían realizadas en Leliq, una suma equivalente a casi un cuarto del stock total en este tipo de colocaciones que hasta la semana pasada tenían.
Este riesgoso cuadro fue el que disparó en la jornada de ayer, fecha en que se reúne tradicionalmente el directorio del BCRA, rumores sobre una posible suba de tasas para intentar que “la codicia le gane al miedo”, algo que finalmente no sucedió.
Magra oferta de dólares
La novedad se conoció en otra jornada de paupérrimo nivel de operaciones por la plaza cambiaria oficial (apenas US$144,4 millones), lo que no impidió que el BCRA recomprara unos US$25 millones para sus muy necesitadas reservas, algo que revela por si solo que el pago de importaciones sigue casi absolutamente trabado.
Parte del bajo volumen puede explicarse por el feriado en Estados Unidos ante los festejos del Día de Acción de Gracias, pero el grueso –coinciden los operadores– deriva del escaso atractivo que los exportadores tienen para liquidar, aunque el dólar efectivo que pueden recibir haya trepado de $508 a unos $620. Todo ante la posibilidad de un sinceramiento cambiario cuando asuma la nueva administración, algo para lo que faltan apenas diez jornadas cambiarias.
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