"DESDE MIS ZAPATOS. Diario de una madre después de la tragedia de once"
Definido por la autora como una suerte de catarsis, una forma de acomodar los sucesos y sentimientos que surgieron después de la tragedia, donde admite que su vida cambió de un momento a otro y para siempre, "Desde mis Zapatos" reúne escritos que María Luján Rey registró a modo de diario personal desde que ocurrió el fatal suceso.
La escritora del libro que nos convoca, perdió a su hijo Lucas Menghini Rey en lo que fue la tragedia ferroviaria más punzante sucedida en nuestra historia, que se llevó además la vida de otras 51 personas y dejó más de 700 heridos. Desde aquel 22 de febrero del 2012 lleva adelante el pedido de justicia junto a los demás familiares y amigos de las víctimas.
Al momento de recorrer el libro, el lector se encuentra con alguien que relata una historia como si fuera por momentos periodista o cronista de guerra, que deja florecer su costado poético, que asume su responsabilidad obligada como líder social, y también como una simple madre que perdió a un hijo.
"El libro no nació como un libro, sino como un escrito que me servía para ordenar lo que pasó y volcar lo que sentía. Me servía escribir en ese momento y para un futuro darle respuestas a mi nieta. Escribí para liberarme". De esta manera, María Luján relata la retórica de aquellas primeras líneas que se convertirían luego en Desde mis Zapatos; Diario de una Madre después de la tragedia de Once.
Su camino por los hospitales, las horas de espera en las escalinatas de la morgue, la aparición del cuerpo de su hijo buscado por más de sesenta horas. Sus largas horas en los tribunales, su paso por las audiencias, su exposición pública, hicieron que la autora reconociera un significativo cambio de mirada en su lucha personal. Todo su recorrido y compresión sobre el impacto de la corrupción en la sociedad, reafirmaron su compromiso de pedido de Justicia por las víctimas de la tragedia. Su activo compromiso con victimas de otras tragedias, su permanente labor por mantener viva la memoria de aquellos que la corrupción se había arrebatado se transformaron en algo cotidiano con el paso del tiempo.
Al momento de recorrer el libro, el lector se encuentra con alguien que relata una historia como si fuera por momentos periodista o cronista de guerra, que deja florecer su costado poético, que asume su responsabilidad obligada como líder social, y también como una simple madre que perdió a un hijo.
"El libro no nació como un libro, sino como un escrito que me servía para ordenar lo que pasó y volcar lo que sentía. Me servía escribir en ese momento y para un futuro darle respuestas a mi nieta. Escribí para liberarme". De esta manera, María Luján relata la retórica de aquellas primeras líneas que se convertirían luego en Desde mis Zapatos; Diario de una Madre después de la tragedia de Once.
Su camino por los hospitales, las horas de espera en las escalinatas de la morgue, la aparición del cuerpo de su hijo buscado por más de sesenta horas. Sus largas horas en los tribunales, su paso por las audiencias, su exposición pública, hicieron que la autora reconociera un significativo cambio de mirada en su lucha personal. Todo su recorrido y compresión sobre el impacto de la corrupción en la sociedad, reafirmaron su compromiso de pedido de Justicia por las víctimas de la tragedia. Su activo compromiso con victimas de otras tragedias, su permanente labor por mantener viva la memoria de aquellos que la corrupción se había arrebatado se transformaron en algo cotidiano con el paso del tiempo.
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