jueves, 3 de septiembre de 2020

LA PÁGINA DEL DR. JUAN CARLOS DE PABLO,


Credibilidad: algo tan etéreo... ¡Y tan real!
Juan Carlos de Pablo: "Estamos empantanados mal"
Juan Carlos de Pablo

No adoptamos las decisiones sobre la base de lo que va a pasar, sino sobre la base de lo que creemos que va a ocurrir; por eso las expectativas, que parecen algo etéreo, son tan reales.
Una parte de nuestras expectativas se forman sobre la base de la credibilidad en los dichos y las acciones del gobierno de turno. Como bien señala Guillermo Calvo, una misma medida de política económica puede generar resultados muy diferentes dependiendo de si la población les cree o no a las autoridades.
En particular, si cree que una medida de política económica llegó para quedarse o será revisada próximamente. Si hoy el Banco Central eliminara el cepo cambiario, no aumentaría la oferta privada de dólares porque la medida aumentó la confianza, sino que subiría la demanda privada. Porque los argentinos, descontando que las máximas autoridades se volvieron locas, saldrían corriendo a comprar divisas antes de que la medida sea anulada.
Lo mismo ocurriría con una reforma laboral integral. Si una ley autorizara al empleador a no pagar los salarios convenidos y despedirlos sin más, ello no aumentaría la demanda de trabajo, sino que la disminuiría. Porque los empresarios se apresurarían a desprenderse de los empleados y obreros redundantes, o indeseables, antes de que la ley fuera anulada.
En términos de política económica discrepo con mis colegas cuando formulan recomendaciones, suponiendo que el actual gobierno es creíble.
El gobierno presidido por Alberto Ángel Fernández podrá acordar con los bonistas y con el FMI, lo cual no quiere decir que no tenga que enfrentar graves problemas de credibilidad ante los argentinos.
¿Falta de credibilidad en qué o en quién? Para algunos, en el ministro de Economía; para otros, en el actual gobierno, y para otros, en cualquier gobierno. Los primeros esperan un cambio ministerial; los segundos, las elecciones de 2023; los últimos migraron, o duermen aquí pero tienen sus ahorros afuera.
¿Puede un gobierno recuperar la credibilidad perdida? Nadie que ejerza la máxima responsabilidad ejecutiva tiene que perder su tiempo en contestar esta pregunta. Porque no fue elegido para deshojar la margarita, sino para actuar. Así que, como dice un pariente mío, “el no ya lo tenés, peleá por el sí”.
Como esto requiere un esfuerzo mayúsculo, solo será intentado cuando las autoridades vean por delante una crisis económica descomunal, o una derrota electoral en 2021.

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