Spielberg, el documental, retrata a un artista que merecería una serie completa
M. S.
Dura dos horas y 26 minutos, pero se queda corto. Haría falta una miniserie (o mejor, una temporada completa) para contar en plenitud y con todos los detalles la vida y la obra de uno de los pocos cineastas de las últimas décadas que puede ser considerado con pleno derecho como un artista. La directora Susan Lacy hace en Spielberg, el documental, un valioso aporte a la biografía visual de Steven Spielberg. Su mirada es generosa y consecuente con un director que le corresponde abriendo su álbum familiar y compartiendo recuerdos muy personales. Es el relato casi oficial de la vida de Spielberg, narrado con la ayuda de una constelación de nombres famosos difícil de igualar.
Tal vez lo más atrayente esté al principio, cuando el protagonista cuenta cómo los miedos infantiles (temores de invasiones y bombardeos en tiempos de la Guerra Fría) moldearon definitivamente su vocación. La explicación es sencilla: esa etapa inicial es contada con mucho más tiempo y atención preferencial. No pasa lo mismo, lamentablemente, con la última década y media de su filmografía. Puede ser que hagan falta un episodio dos. O que el propio Spielberg se decida a contar en primera persona todo lo que resta. De todas maneras, este trabajo tiene momentos inolvidables. Como el instante de gracia en el que aparece en una pantalla el invento digital que transformará desde allí para siempre el cine a partir de la revolución de los efectos visuales. Pasó en tiempos de Jurassic Park, una de las tantas grandes creaciones de un genio. Disponible en HBO Go
Gran testimonio de una vida y más de medio siglo de compromiso con la naturaleza
N. T.
La vida y obra de la conservacionista Jane Goodall, que lleva más de cincuenta años de trabajo e investigación alrededor de los chimpancés en el parque nacional Gombe, en Tanzania, ya fue protagonista de una buena cantidad de films. Pero ninguno se parece a este dirigido por Brett Morgen, realizador del también notable documental The Kids Stays in the Picture sobre el productor Robert Evans.
Para Jane, Morgen tomó más de cien horas de imágenes inéditas de Goodall en sus primeros años en Gombe y los convirtió en un nuevo testimonio de su compromiso. El arduo trabajo que implicó revisar y ordenar las grabaciones que había hecho el fotógrafo holandés Hugo Van Lawick –quien luego se casaría con la conservacionista–, enviado por la National Geographic Society para documentar el trabajo de Jane que ellos financiaban, resultó en una especie de ópera en la naturaleza musicalizada por Phillip Glass. Y a la vez que retrata el increíble espíritu de Goodall, tiene una calidad onírica, más recuerdo que documento, en su vínculo con los chimpancés.
El documental también repasa los costados más íntimos y familiares de la protagonista: sus primeros tiempos en África acompañada por su madre, el matrimonio con Van Lawick y su modo de encarar la maternidad. Sin abrir juicios, tampoco oculta los rasgos más cuestionados de su perfil, como la decisión de dejar a su hijo Grub en Inglaterra mientras ella seguía con su trabajo. Según lo describió el director, este film es una “historia de amor entre una mujer y el trabajo de su vida”. Disponible en Flow
La vida y obra de la conservacionista Jane Goodall, que lleva más de cincuenta años de trabajo e investigación alrededor de los chimpancés en el parque nacional Gombe, en Tanzania, ya fue protagonista de una buena cantidad de films. Pero ninguno se parece a este dirigido por Brett Morgen, realizador del también notable documental The Kids Stays in the Picture sobre el productor Robert Evans.
Para Jane, Morgen tomó más de cien horas de imágenes inéditas de Goodall en sus primeros años en Gombe y los convirtió en un nuevo testimonio de su compromiso. El arduo trabajo que implicó revisar y ordenar las grabaciones que había hecho el fotógrafo holandés Hugo Van Lawick –quien luego se casaría con la conservacionista–, enviado por la National Geographic Society para documentar el trabajo de Jane que ellos financiaban, resultó en una especie de ópera en la naturaleza musicalizada por Phillip Glass. Y a la vez que retrata el increíble espíritu de Goodall, tiene una calidad onírica, más recuerdo que documento, en su vínculo con los chimpancés.
El documental también repasa los costados más íntimos y familiares de la protagonista: sus primeros tiempos en África acompañada por su madre, el matrimonio con Van Lawick y su modo de encarar la maternidad. Sin abrir juicios, tampoco oculta los rasgos más cuestionados de su perfil, como la decisión de dejar a su hijo Grub en Inglaterra mientras ella seguía con su trabajo. Según lo describió el director, este film es una “historia de amor entre una mujer y el trabajo de su vida”. Disponible en Flow
Cinco grandes del cine que vuelven a la pantalla homenajeados en una serie
N. T.
Five Came Back es una serie documental que explora el recorrido de los directores John Ford (Más corazón que odio), William Wyler (Ben-hur), Frank Capra (¡Qué bello es vivir!), John Huston (El halcón maltés) y George Stevens (La mujer del año) desde la cima de Hollywood hasta el frente de batalla en la Segunda Guerra Mundial. Basado en un libro del periodista Mark Harris, uno de los productores, el trabajo está construido a partir de las entrevistas a cinco realizadores contemporáneos que ofician de presentadores de los héroes del cuento. Steven Spielberg, Guillermo del Toro, Francis Ford Coppola, Paul Greengrass y Lawrence Kasdan repasan la trayectoria de sus admirados colegas y, junto a unas imágenes de archivo narradas por Meryl Streep, trazan un relato fascinante. La creatividad y el patriotismo de los cinco realizadores son puestos en el contexto de los esfuerzos de los Estados Unidos de entonces y cómo su participación en el conflicto bélico influyó en el resto de sus carreras. Cada uno tiene su peculiaridad: Wyler, de origen europeo y transformado en uno de los directores más reconocidos de Hollywood; Capra y su punto de vista como inmigrante italiano; Huston, integrante de una familia de artistas, guionista rebelde en Hollywood que a pesar de su tumultuosa vida personal y sus éxitos profesionales se compromete a colaborar con su país; John Ford, su carácter, ambiciones y genio legendario; y George Stevens, un director que hasta la guerra se dedicaba a las comedias livianas y fue quien captó las imágenes del campo de concentración de Dachau utilizadas como evidencia durante los juicios de Nuremberg. Disponible en Netflix
Zac Efron, con los pies en la tierra y el deseo de arreglar el mundo como motor
M. S
Algunos de los proyectos más inspiradores suelen nacer de una genuina curiosidad.
Con los pies en la tierra, una serie documental que estuvo este año entre las más comentadas de Netflix, es una respuesta muy estimulante a ese impulso.
El curioso en cuestión es un actor muy joven y ya famoso que decidió no quedarse dormido en la comodidad de sus laureles y salió a la calle para satisfacer esa clase de curiosidad que en personas de su tipo pueden nacer del ocio o de las ganas auténticas de hacer algo distinto.
Con los pies en la tierra nos dice que Efron elige la segunda opción. Puede que su deseo de arreglar el mundo se acomode a una estrategia de viajes y descubrimientos que tolera la comodidad de una primera clase apoyada por publicidades encubiertas. Pero las preguntas que se hace en esos recorridos junto a un “gurú de la vida sana” llamado Darin Ollen son muy pertinentes y sirven sobre todo para despertar interés entre los naturales destinatarios de las cosas que hace Efron como actor.
Nuestro anfitrión famoso a veces parece distraído y en otras se lo ve tratando de acomodarse a un mundo ajeno que puede sentir hostil. No deja de ser interesante esa actitud: volver al llano y dejar por un rato los hábitos impuestos por el privilegio de la popularidad. Se le nota de verdad el deseo de averiguar entre otras cosas por qué hay algunos lugares en el mundo donde la gente envejece mejor y por qué no nos interesamos como deberíamos en cuidar algunos de nuestros recursos más valiosos. Y no son las únicas. Disponible en Netflix
Algunos de los proyectos más inspiradores suelen nacer de una genuina curiosidad.
Con los pies en la tierra, una serie documental que estuvo este año entre las más comentadas de Netflix, es una respuesta muy estimulante a ese impulso.
El curioso en cuestión es un actor muy joven y ya famoso que decidió no quedarse dormido en la comodidad de sus laureles y salió a la calle para satisfacer esa clase de curiosidad que en personas de su tipo pueden nacer del ocio o de las ganas auténticas de hacer algo distinto.
Con los pies en la tierra nos dice que Efron elige la segunda opción. Puede que su deseo de arreglar el mundo se acomode a una estrategia de viajes y descubrimientos que tolera la comodidad de una primera clase apoyada por publicidades encubiertas. Pero las preguntas que se hace en esos recorridos junto a un “gurú de la vida sana” llamado Darin Ollen son muy pertinentes y sirven sobre todo para despertar interés entre los naturales destinatarios de las cosas que hace Efron como actor.
Nuestro anfitrión famoso a veces parece distraído y en otras se lo ve tratando de acomodarse a un mundo ajeno que puede sentir hostil. No deja de ser interesante esa actitud: volver al llano y dejar por un rato los hábitos impuestos por el privilegio de la popularidad. Se le nota de verdad el deseo de averiguar entre otras cosas por qué hay algunos lugares en el mundo donde la gente envejece mejor y por qué no nos interesamos como deberíamos en cuidar algunos de nuestros recursos más valiosos. Y no son las únicas. Disponible en Netflix
Michelle Obama, también en la pantalla, una figura aspiracional para muchas mujeres
M. F. M.
Enfrentémoslo, los dos tenemos esposas significativamente más populares que nosotros”, dijo Barack Obama al presentar a Jay Z, también conocido como el marido de Beyoncé, en su introducción al Salón de la Fama de los Compositores. El chiste, por supuesto, está anclado en la realidad. Jay Z es un rapero y productor exitosísimo pero su esposa es considerada una deidad pop. Y Obama reconoce que a pesar de ser el primer presidente afroamericano de la historia de los Estados Unidos y haber cumplido dos mandatos, en los que mantuvo una enorme popularidad, Michelle le robó buena parte del estrellato.
Las respuestas a por qué y cómo lo hizo están contenidas en el documental Becoming, mi historia, dirigido por Nadia Hallgren. Con el tour de presentación de su autobiografía como excusa, el film recorre la historia de una chica que creció en una zona humilde de Chicago, cuya determinación y esfuerzo le permitió graduarse de dos de las mejores universidades de los Estados Unidos. En el camino conoció a Barack y juntos formaron una familia y una sociedad sólida, que fue clave para enfrentar los desafíos de ocupar la Casa Blanca. Si su pasado es fascinante, aún más lo es su presente como figura aspiracional para muchas mujeres. Michelle no está definida solo por su matrimonio y en las conversaciones con adolescentes, que son el corazón del documental, las chicas ven en ella un reflejo de su propio potencial de convertirse, como dice el título del film, en una mujer llena de confianza en sí misma, con la fuerza necesaria para realizar los cambios que quiere ver en el mundo y la empatía suficiente para resultar inspiradora. Disponible en Netflix
Enfrentémoslo, los dos tenemos esposas significativamente más populares que nosotros”, dijo Barack Obama al presentar a Jay Z, también conocido como el marido de Beyoncé, en su introducción al Salón de la Fama de los Compositores. El chiste, por supuesto, está anclado en la realidad. Jay Z es un rapero y productor exitosísimo pero su esposa es considerada una deidad pop. Y Obama reconoce que a pesar de ser el primer presidente afroamericano de la historia de los Estados Unidos y haber cumplido dos mandatos, en los que mantuvo una enorme popularidad, Michelle le robó buena parte del estrellato.
Las respuestas a por qué y cómo lo hizo están contenidas en el documental Becoming, mi historia, dirigido por Nadia Hallgren. Con el tour de presentación de su autobiografía como excusa, el film recorre la historia de una chica que creció en una zona humilde de Chicago, cuya determinación y esfuerzo le permitió graduarse de dos de las mejores universidades de los Estados Unidos. En el camino conoció a Barack y juntos formaron una familia y una sociedad sólida, que fue clave para enfrentar los desafíos de ocupar la Casa Blanca. Si su pasado es fascinante, aún más lo es su presente como figura aspiracional para muchas mujeres. Michelle no está definida solo por su matrimonio y en las conversaciones con adolescentes, que son el corazón del documental, las chicas ven en ella un reflejo de su propio potencial de convertirse, como dice el título del film, en una mujer llena de confianza en sí misma, con la fuerza necesaria para realizar los cambios que quiere ver en el mundo y la empatía suficiente para resultar inspiradora. Disponible en Netflix
Una accesible puerta de entrada a la forma de ver el mundo de Joan Didion
D. G.
Nos contamos historias para poder vivir. Ese es el título del volumen que recopila las primeras siete obras de no ficción de la escritora norteamericana Joan Didion, seguramente porque es el fundamento de su visión de rayos X sobre la sociedad norteamericana, cuya progresiva atomización y polarización ha seguido desde hace seis décadas. En este documental dirigido por su sobrino, el actor Griffin Dunne, la fragilidad física de Didion, de 85 años, contrasta rápidamente con su rapidez mental y su voz, que retiene toda la firmeza que su cuerpo ya no posee. Es imposible exagerar la importancia que ha tenido el “estilo Didion” en generaciones de escritoras y periodistas (acaso Dorothy Parker y Nora Ephron son dos ejemplos similares que han sabido fusionar la autobiografía con la investigación para crear algo totalmente original). Ese estilo es puesto aquí al servicio de una tarea impensada en un documental biográfico: escaparse del centro de la escena, con deliciosas tangentes de los vanos intentos de Dunne de “robarle” una revelación que resignifique su obra. En El centro cede (2017), Didion recorre los claroscuros de su vida a través de sus obras fundamentales, comenzando por el momento en que su madre le dijo que “dejara de lloriquear y se entretuviera escribiendo sus pensamientos” (lo que transcribió como “sus pensamientos” a los cinco años explica su carrera en las letras). A esta altura, está claro que nadie salvo Joan Didion escribirá el punto final en su obra. Este documental es una accesible puerta de entrada a una forma de ver el mundo que la escritora dejó entreabierta para millones de lectores. Disponible en Netflix
Cinco hombres, cinco actos en la vida de una mujer extraordinaria: Jane Fonda
M. F. M.
El documental Jane Fonda en cinco actos, dirigido por Susan Lacy, explora las divisiones y continuidades en la historia personal y profesional de la actriz. Los actos del título están determinados por cinco hombres que influyeron en la vida de Fonda. Si esto suena poco feminista, no lo es. Ella misma reconoce que cada nueva pareja fue una oportunidad para reinventarse.
El hombre del primer acto es Henry Fonda, padre de la actriz y estrella de la era dorada de Hollywood. La complicada relación entre ambos, el suicidio de su madre y otras situaciones traumáticas de su infancia son un punto de partida perfecto para entender ciertas tendencias de su vida y apreciar el camino recorrido por ella.
Es lógico pensar desde el prejuicio que Jane Fonda tenía todo servido para triunfar sin esfuerzo: belleza, fortuna y una posición de privilegio en la industria del cine.
El documental derriba esas presunciones y presenta la riqueza de la vida de la actriz, su pasión por el activismo y su ductilidad para ser un sex symbol viviendo en París en un momento y al otro viajar a Vietnam en plena guerra; o abocar todos sus recursos económicos a la campaña política de su marido, para luego convertirse en gurú de la gimnasia aeróbica y tiempo después divorciarse y casarse con un magnate de los medios de comunicación. La capacidad de Fonda para reflexionar de forma honesta sobre sus éxitos, dramas y errores completa el retrato de una mujer extraordinaria. Disponible en HBO Go
El documental Jane Fonda en cinco actos, dirigido por Susan Lacy, explora las divisiones y continuidades en la historia personal y profesional de la actriz. Los actos del título están determinados por cinco hombres que influyeron en la vida de Fonda. Si esto suena poco feminista, no lo es. Ella misma reconoce que cada nueva pareja fue una oportunidad para reinventarse.
El hombre del primer acto es Henry Fonda, padre de la actriz y estrella de la era dorada de Hollywood. La complicada relación entre ambos, el suicidio de su madre y otras situaciones traumáticas de su infancia son un punto de partida perfecto para entender ciertas tendencias de su vida y apreciar el camino recorrido por ella.
Es lógico pensar desde el prejuicio que Jane Fonda tenía todo servido para triunfar sin esfuerzo: belleza, fortuna y una posición de privilegio en la industria del cine.
El documental derriba esas presunciones y presenta la riqueza de la vida de la actriz, su pasión por el activismo y su ductilidad para ser un sex symbol viviendo en París en un momento y al otro viajar a Vietnam en plena guerra; o abocar todos sus recursos económicos a la campaña política de su marido, para luego convertirse en gurú de la gimnasia aeróbica y tiempo después divorciarse y casarse con un magnate de los medios de comunicación. La capacidad de Fonda para reflexionar de forma honesta sobre sus éxitos, dramas y errores completa el retrato de una mujer extraordinaria. Disponible en HBO Go
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