jueves, 8 de octubre de 2020

LA PÁGINA DEL DR. JUAN CARLOS DE PABLO


Reflexiones para el último trimestre de un año inolvidable


Juan Carlos de Pablo

Preguntas a John Michael Montias economista 1928–2005
Nació en Francia, pero emigró a Estados Unidos cuando parte de su país fue invadido por los nazis. Enseñó en Yale y es considerado uno de los primeros en promover una nueva forma de encarar los estudios históricos
Ay fechas que, en retrospectiva, resultaron históricas. 14 de julio de 1789, 24 de octubre de 1929 y 17 de octubre de 1945. Aunque, probablemente, no se tomó conciencia de ello de manera inmediata. Pero difícilmente haya que esperar mucho tiempo para afirmar que, tanto en la Argentina como en el mundo,
2020 es un año muy especial. La toma de decisiones siempre es prospectiva, por lo cual cabe preguntar: ¿qué debería hacer cada uno de nosotros, al comienzo del último trimestre de un año inolvidable?



Buscando respuestas, conversé con el francés John Michael Montias

(1928–2005), quien migró a Estados Unidos en 1940, cuando los nazis ocuparon parte de su país. Enseñó en la Universidad de Yale entre 1958 y 1995. Es considerado uno de los primeros en promover, a mediados del siglo

XX, una nueva forma de encarar los estudios históricos, al prestarle atención a los hechos que enfrentaban los seres humanos comunes y corrientes, en vez de mirar lo que les ocurría a los grandes líderes. Analizaba minuciosamente notas, cartas, facturas, documentos legales, etcétera.

–¿Cómo fue que también incursionó en el análisis de la pintura?

–Trabajando como voluntario en una biblioteca encontré un volumen dedicado a Rembrandt, quien me cautivó de inmediato. Intenté escribir mi tesis sobre el precio de la pintura holandesa en los remates, pero no conseguí financiamiento, por considerárselo un tema frívolo durante la Guerra Fría. Mark Blaug apuntó de manera simpática que, cuando me conoció en Yale durante la década de 1950, yo había adquirido una modesta colección de pintores holandeses de los siglos XVII y XVIII, comprados exclusivamente con mi salario, lo cual le llamó la atención dadas las dificultades que él tenía para vivir allí, ganando lo mismo que yo.

–No sorprende, entonces, que en el obituario que escribió Kathryn Shattuck, afirmara que la economía fue su trabajo, pero el arte, su pasión.

–Así es. Cuando en 1975 gané una beca para realizar un estudio comparativo de los gremios de artistas holandeses, viajé a Delft, donde descubrí que nadie había analizado la cuestión de manera rigurosa. “Decidió investigar los archivos en Delft con la confianza que solo un genio puede poseer, ¡sin primero aprender holandés!”, afirmó Otto Naumann, un comerciante de arte que fue alumno mío. Me convertí en uno de los principales expertos en Johannes Vermeer, uno de mis pintores favoritos y uno de los más enigmáticos. Analicé 454 documentos referidos a él y su familia, que encontré en 17 ciudades holandesas y belgas. Mis estudios fueron muy consultados cuando se escribió una novela sobre la relación que Vermeer mantuvo con una modelo, que fue adaptada al cine en 2003.

–¿Qué consejos nos da a los argentinos, ahora que comenzó el último trimestre de un año inolvidable?

–Si bien, como usted dice, la toma de decisiones siempre es de aquí en adelante, para mejorar los diagnósticos en este caso conviene prestarle alguna atención a lo que ocurrió en el segundo trimestre de 2020. Diferenciando lo que pasó con la producción de lo que ocurrió con el empleo y el desempleo.

–Lo escucho.

–La caída de 19,1%, verificada en el PBI total entre el segundo trimestre de 2019 y de 2020, no es tan importante como el hecho de que, según el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), la producción tocó fondo en abril y se viene recuperando desde entonces. Ajustada por estacionalidad, en la estimación de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), la producción industrial de agosto fue 3,6% superior a la de febrero, último mes completo previo a la cuarentena.

–La realidad es heterogénea, de manera que los agregados pueden confundir.

–De acuerdo, pero tampoco nos pasemos al otro lado. La evolución de los agregados registra la creciente flexibilización de la cuarentena, que se verifica por derecha y por izquierda, y que esperemos continúe. Claro que es más fácil esperar una mejora en mayo o junio, luego del parate total de abril, que en meses posteriores.

–¿Qué pasó con la desocupación y el empleo durante el mismo período?

–Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la cantidad de desocupados se mantuvo en términos absolutos entre el segundo trimestre de 2019 y de 2020. Pero el número de ocupados disminuyó en 2,5 millones, ¡todos los cuales se desempeñaban en el sector privado! ¿Cómo puede ser que caiga tanto el número de ocupados y no suba el de desocupados? Porque quienes perdieron su trabajo ni salieron a buscar otro, ya sea porque la cuarentena no les permitió salir de sus domicilios, o porque las empresas estaban cerradas o por otros motivos. Y vivieron de sus ahorros, del fiado y de los programas de asistencia públicos y privados, que distribuyen dinero en efectivo y bienes.

–¿Qué datos laborales tiene referidos al tercer trimestre de este año?

–Mucho me temo que en el plano laboral no se haya producido una mejora proporcional a la que registran los indicadores de la producción. De repente, estamos delante de un fenómeno transitorio, quizás frente a alguna modificación que llegó para quedarse.

–Volvamos al aquí y ahora.

–La vida de cada uno de nosotros depende de lo que hagamos y del impacto de los dichos y las decisiones del Gobierno. La diferencia es que no tenemos control de estos últimos, pero nos afectan. Eso implica que no solamente tenemos que ver cómo superamos las múltiples consecuencias del coronavirus, sino también neutralizar los problemas que crean las autoridades.

–Lo cual no es fácil de sobrellevar.

–Cierto, pero, ¿qué alternativa tenemos? Ninguna. Algunas personas hacen frente a sus dificultades en silencio; otras, quejándose. Aquí la pregunta que cabe formular es en qué medida la queja privada modifica las decisiones públicas; porque cuando esto ocurre no estamos simplemente delante de un desahogo humano, sino del cambio de la realidad.

–Deme un ejemplo.

–Los banderazos. Solo Dios sabe si las manifestaciones que se produjeron el 20 de junio, el 9 de julio y el 17 de agosto pasados modificaron alguna decisión gubernamental. Porque se trata, en el fondo, de un ejercicio de historia contrafáctica. Quienes participan en dichas manifestaciones, al tiempo que se reconfortan al advertir que son muchos, presumen que con su accionar evitan males mayores, al menos por un tiempo.

–Linda manera de utilizar las energías humanas.

–Entiendo perfectamente su ironía, pero el estilo de gobierno es el que genera diferentes tipos de reacciones. Si el Congreso Nacional y el Poder Judicial funcionaran de manera razonable, la concurrencia a los banderazos sería menor. Pasarse todos los días en la calle, manifestando por las razones más diversas, es el privilegio de quienes, como dice el refrán, “tienen la vaca atada”. La enorme mayoría tiene que dedicar una parte de su tiempo a ver cómo solucionan sus problemas concretos.

–Don John, muchas gracias. •

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.