Máximo duplicó su patrimonio y ya posee más de 1000 millones de pesos
Cristina también tiene más del doble que en su anterior presentación ante la OA, en línea con la inflación
El precandidato a diputado nacional y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, declaró un importante aumento en su fortuna. El año pasado había oficializado más de 523 millones de pesos ante la Oficina Anticorrupción (OA), y en el último período fiscal informó que su patrimonio asciende a 1.099.930.211,99 pesos. Si bien se trata casi del doble, está en línea con la inflación anualizada.
Máximo Kirchner cuenta con un patrimonio que responde, en su gran mayoría, a la herencia recibida por su madre, la vicepresidenta Cristina Kirchner, en marzo de 2016 y el resultado de la sucesión del expresidente Néstor Kirchner. Los dólares declarados son la mitad de su fortuna: convertidos en moneda nacional arrojan, en su declaración patrimonial, 503.994.902.
En el detalle de la documentación presentada, al igual que la vicepresidenta el 28 de julio, consignó un total de 26 propiedades, dos de las cuales son declaradas por ingresos propios y las demás son producto de la herencia realizada por la vice y de la sucesión concluida del expresidente Néstor Kirchner.
Ese conjunto de inmuebles, según el valor fiscal consignado en la declaración jurada, representan 376.829.915 de pesos, dejando atrás los 193.811.808 pesos atribuidos a las mismas propiedades en su declaración de bienes anterior ante la OA, según consignó el diario Clarín.
Por su parte Cristina Kirchner presentó una declaración jurada correspondiente al período fiscal 2022, en la cual su patrimonio pasó de 48 millones de pesos a 118.808.582,05. En este caso el incremento fue algo superior al aumento por inflación.
El dato más relevante de la declaración jurada que presentó ante la OA fue un plazo fijo de 55 millones de pesos. No cuenta con propiedades a su nombre ni vehículos ni acciones en las empresas familiares bajo investigación.
La vicepresidenta traspasó su fortuna a sus hijos, Máximo y Florencia, en partes iguales, cuando empezaron a emitirse cautelares relacionadas con las investigaciones judiciales por corrupción. Allí incluía, entre otros ítems, plazos fijos, 25 propiedades, participaciones accionarias en tres empresas y un vehículo.
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Cristina pugna por los votos para evitar la jubilación de Figueroa
Están estancadas las negociaciones con los peronistas díscolos Snopek y Kueider; el kirchnerismo apuesta a sesionar esta semana
Gustavo YbarraAna Figueroa
“Sin novedad en el frente”. El título de la novela del alemán Erich Maria Remarque, un clásico que narra los horrores en el frente occidental de la Primera Guerra Mundial, fue la frase que utilizó un senador oficialista para graficar que la intención de Cristina Kirchner de darle un nuevo acuerdo para mantener en el cargo por cinco años más a la camarista Ana María Figueroa, de estrechos vínculos con el kirchnerismo, continúa navegando en las turbulentas aguas de la incertidumbre.
Tras el fracaso del pasado 12 de julio para reunir el quorum y los votos necesarios para aprobar el pliego de la magistrada, que de no obtener un nuevo acuerdo deberá jubilarse cuando cumpla 75 años, el 9 de agosto, la vicepresidenta le pidió a su bancada volver a la carga y convocar a una nueva sesión una vez concluido el receso invernal.
Sin embargo, las negociaciones para conseguir los dos votos que le faltan no han registrado avances. Los senadores apuntados son los peronistas díscolos Guillermo Snopek (Jujuy) y Edgardo Kueider (Entre Ríos), quienes hace dos semanas dejaron a los oficialistas sentados en sus bancas haciendo catarsis contra la oposición por su negativa a bajar al recinto. Los legisladores están molestos por el incumplimiento de las condiciones que habían puesto para sumarse a la movida kirchnerista.
Figueroa es presidenta de la Cámara de Casación Penal y su continuidad en el cargo cobra relevancia para Cristina Kirchner porque tiene en sus manos la definición de uno de los expedientes que más la preocupan. Se trata de la causa Hotesur-Los Sauces, en la que la presidenta del Senado y sus hijos, Máximo y Florencia, fueron investigados por presuntas maniobras de lavado de dinero y en la que el tribunal debe decidir si mantiene el sobreseimiento dictado o si, por el contrario, el caso deberá ventilarse en un juicio oral y público.
No es el pliego de la camarista lo único que desvela al oficialismo. Hay más de 70 pliegos –jueces, fiscales y defensores públicos– en condiciones de ser aprobados por la Cámara alta que Juntos por el Cambio pretende bloquear porque los considera una nueva ofensiva para colonizar la Justicia.
Así surge de un detallado informe que circula entre los senadores de la principal bancada de oposición y en el que se destacan los lazos que vinculan a los candidatos con el oficialismo. Firmantes de solicitadas de Justicia Legítima, discípulos de referentes jurídicos ultragarantistas y miembros o adherentes de la Lista Celeste, sector referenciado en Cristina Kirchner en las elecciones de la Asociación de Magistrados, están resaltados en el trabajo elaborado por el interbloque de Juntos por el Cambio, que ya anunció que hará todo lo posible por impedir que reciban el acuerdo del Senado.
Los tiempos urgen a Cristina Kirchner, que pretende concretar su jugada antes del final de su mandato. Sabe que será imposible lograrlo si Juntos por el Cambio gana la presidencia. Y tampoco confía en que sus órdenes sean cumplidas en un eventual gobierno de Sergio Massa. Por eso, quiere aprobar los pliegos antes de las PASO. Sin embargo, tanto Snopek como Kueider siguen sin cambiar de postura, a pesar de concesiones y presiones.
El caso de Snopek es el que más atribulada tiene a la conducción del bloque del Frente de Todos. Tras la sesión frustrada, le concedieron dos de sus exigencias: Alberto Fernández, en su condición de presidente del PJ, dictó la intervención del peronismo jujeño, y la Junta Electoral Nacional del partido dio marcha atrás y le permitió al senador, que se postula como diputado, llevar su boleta pegada a la que encabeza Massa. Sin embargo, el legislador sigue molesto porque el oficialismo se resiste a tratar un proyecto de su autoría que declara la intervención federal del Poder Judicial de Jujuy. “Siempre nos está corriendo el arco”, se quejó una legisladora oficialista, que sospecha de un supuesto acuerdo de Snopek con la oposición.
Tampoco hubo avances para cumplir con Kueider. El entrerriano pretende que el oficialismo le apruebe un proyecto que busca reducir las tarifas eléctricas mediante la reducción del IVA y otros impuestos. Un día antes de la sesión frustrada, el kirchnerismo convocó a la Comisión de Minería para tratar la iniciativa, pero se negó a darle dictamen y, a cambio, le propusieron armar un equipo de trabajo con la secretaria de Energía, Flavia Royon. Esto enojó al legislador: no era lo que había puesto como condición para ayudar al oficialismo a abrir el recinto.
Sin acuerdo a la vista, el panorama se presenta complicado porque el tiempo apremia. Con las primarias a la vuelta de la esquina, esta semana aparece como la última chance para evitar, si es que realmente lo quiere, que Figueroa se vea obligada a pasar a cuarteles de invierno
“Sin novedad en el frente”. El título de la novela del alemán Erich Maria Remarque, un clásico que narra los horrores en el frente occidental de la Primera Guerra Mundial, fue la frase que utilizó un senador oficialista para graficar que la intención de Cristina Kirchner de darle un nuevo acuerdo para mantener en el cargo por cinco años más a la camarista Ana María Figueroa, de estrechos vínculos con el kirchnerismo, continúa navegando en las turbulentas aguas de la incertidumbre.
Tras el fracaso del pasado 12 de julio para reunir el quorum y los votos necesarios para aprobar el pliego de la magistrada, que de no obtener un nuevo acuerdo deberá jubilarse cuando cumpla 75 años, el 9 de agosto, la vicepresidenta le pidió a su bancada volver a la carga y convocar a una nueva sesión una vez concluido el receso invernal.
Sin embargo, las negociaciones para conseguir los dos votos que le faltan no han registrado avances. Los senadores apuntados son los peronistas díscolos Guillermo Snopek (Jujuy) y Edgardo Kueider (Entre Ríos), quienes hace dos semanas dejaron a los oficialistas sentados en sus bancas haciendo catarsis contra la oposición por su negativa a bajar al recinto. Los legisladores están molestos por el incumplimiento de las condiciones que habían puesto para sumarse a la movida kirchnerista.
Figueroa es presidenta de la Cámara de Casación Penal y su continuidad en el cargo cobra relevancia para Cristina Kirchner porque tiene en sus manos la definición de uno de los expedientes que más la preocupan. Se trata de la causa Hotesur-Los Sauces, en la que la presidenta del Senado y sus hijos, Máximo y Florencia, fueron investigados por presuntas maniobras de lavado de dinero y en la que el tribunal debe decidir si mantiene el sobreseimiento dictado o si, por el contrario, el caso deberá ventilarse en un juicio oral y público.
No es el pliego de la camarista lo único que desvela al oficialismo. Hay más de 70 pliegos –jueces, fiscales y defensores públicos– en condiciones de ser aprobados por la Cámara alta que Juntos por el Cambio pretende bloquear porque los considera una nueva ofensiva para colonizar la Justicia.
Así surge de un detallado informe que circula entre los senadores de la principal bancada de oposición y en el que se destacan los lazos que vinculan a los candidatos con el oficialismo. Firmantes de solicitadas de Justicia Legítima, discípulos de referentes jurídicos ultragarantistas y miembros o adherentes de la Lista Celeste, sector referenciado en Cristina Kirchner en las elecciones de la Asociación de Magistrados, están resaltados en el trabajo elaborado por el interbloque de Juntos por el Cambio, que ya anunció que hará todo lo posible por impedir que reciban el acuerdo del Senado.
Los tiempos urgen a Cristina Kirchner, que pretende concretar su jugada antes del final de su mandato. Sabe que será imposible lograrlo si Juntos por el Cambio gana la presidencia. Y tampoco confía en que sus órdenes sean cumplidas en un eventual gobierno de Sergio Massa. Por eso, quiere aprobar los pliegos antes de las PASO. Sin embargo, tanto Snopek como Kueider siguen sin cambiar de postura, a pesar de concesiones y presiones.
El caso de Snopek es el que más atribulada tiene a la conducción del bloque del Frente de Todos. Tras la sesión frustrada, le concedieron dos de sus exigencias: Alberto Fernández, en su condición de presidente del PJ, dictó la intervención del peronismo jujeño, y la Junta Electoral Nacional del partido dio marcha atrás y le permitió al senador, que se postula como diputado, llevar su boleta pegada a la que encabeza Massa. Sin embargo, el legislador sigue molesto porque el oficialismo se resiste a tratar un proyecto de su autoría que declara la intervención federal del Poder Judicial de Jujuy. “Siempre nos está corriendo el arco”, se quejó una legisladora oficialista, que sospecha de un supuesto acuerdo de Snopek con la oposición.
Tampoco hubo avances para cumplir con Kueider. El entrerriano pretende que el oficialismo le apruebe un proyecto que busca reducir las tarifas eléctricas mediante la reducción del IVA y otros impuestos. Un día antes de la sesión frustrada, el kirchnerismo convocó a la Comisión de Minería para tratar la iniciativa, pero se negó a darle dictamen y, a cambio, le propusieron armar un equipo de trabajo con la secretaria de Energía, Flavia Royon. Esto enojó al legislador: no era lo que había puesto como condición para ayudar al oficialismo a abrir el recinto.
Sin acuerdo a la vista, el panorama se presenta complicado porque el tiempo apremia. Con las primarias a la vuelta de la esquina, esta semana aparece como la última chance para evitar, si es que realmente lo quiere, que Figueroa se vea obligada a pasar a cuarteles de invierno
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