Las marismas, de Arnaldur Indridason
Trama policial a la islandesa
Islandia hace honor a su nombre: es una isla ubicada en el norte del norte, aislada, con 350.000 habitantes. En el género policial, Arnaldur Indridason (Rejavyk, 1961) es allí el rey: ha vendido millones de ejemplares en distintos idiomas. La serie del detective Erlendur Sveinsson ya superó la docena de títulos.
El tema del policial islandés es el propio país. Tanto Indridason como Viktor Arnar Ingólfsson, otro autor del género, escriben para los lectores vernáculos y se asombran cuando triunfan en el vasto mundo.
Los libros suelen tratar crímenes vinculados con la violencia de género. Aquí un anciano muere golpeado por un arma trivial: un cenicero pesado. Alguien dice: "¿Un típico asesinato islandés?". Distraído, el detective Sveinsson pregunta "¿Cómo?". Y agrega: "Chapucero, inútil y realizado sin intentar disimular evidencias ni esconder pruebas".
En un período de mal clima (llueve en casi todas las páginas), Erlendur tira de hilos que revelan una trama de complejidad folletinesca: secretos familiares, violaciones, enredos genéticos. Además de su vida personal, terrible: hija drogadicta; ex que no quiere ni verlo; otro hijo, alcohólico.
Un soterrado humor subraya los rasgos negativos del país y de su vida. La construcción es cuidadosa, salvo (como suele ocurrir) en las veloces páginas finales. En el mar de desastres, Erlendur queda milagrosamente incólume, triste (como antes de empezar). Era recién el tercer libro de la serie. Pero él estaba dispuesto a seguir, haciendo lo que podía.
Las marismas
Por Arnaldur Indridason
RBA. Trad.: Kristin Arnadóttir
284 páginas/ $ 395
E. E. G.
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