miércoles, 25 de abril de 2018

PENSALO. BIEN...

El deseo (o la necesidad) de sacar el teléfono celular de la habitación trae de vuelta el despertador, en muchos casos con el extra del diseño
Arrinconados durante años en las estanterías de los negocios de electrónica de barrio, los relojes despertadores están de vuelta. Y no es una película de terror clase B, sino un regreso con gloría. Es que ya sea haciendo gala de diseños vanguardistas o como sofisticados exponentes de la más minimalista tecnología, los relojes despertadores salen hoy al rescate de aquellos que buscan sacar el teléfono celular de la mesita de luz -y, si es posible, de la habitación-, y que necesitan en primera instancia algo que los despierte.
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"Por motivos laborales, mi celular suena todo el día (literal). Como no podía concentrarme y focalizarme, lo primero que hice fue silenciarlo de día. Luego lo silencié de noche también y, por último, decidí que tampoco me despertaría y que no sería lo primero en ver a la mañana", relata Andrea  de 34 años, y completa: "Ahora me despierto con el reloj y lo primero que hago es encender la radio; recién a los 45 minutos de levantarme comienzo a chequear el celular".
Paula Suárez, de 32 años, notó como dato curioso la cantidad de relojes despertadores que vio durante un reciente viaje al Reino Unido: "Los vendían en locales de diseño, en locales de electrónica y en el aeropuerto, y me pregunté por qué, para luego recordar que varios amigos, en distintas situaciones, me habían comentado que habían reemplazado el celular por el despertador".
Hasta ahora, Paula se despierta todos los días con su celular, que a la hora señalada hace sonar "Nine Out of Ten", de Caetano Veloso. "Puse esa canción porque quería comenzar el día con algo que me guste, pero ahora terminé asociando la canción con el momento de despertar, y no está bueno -asegura-. Estoy planeando comprar un despertador que solo haga bip-bip, bip-bip para no seguir arruinando canciones".

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Ondas afuera
Relojes despertador con aspecto de reloj despertador (redondos, con agujas y campanillas arriba), otros que asumen el aspecto de un amigable robot, otros más con forma de cubo que proyectan sobre el techo de la habitación la hora, algunos más minimalistas que se cargan mediante cable USB... los hay de todo tipo. Basta entrar en cualquier plataforma de venta de objetos o darse una vuelta por Palermo para darse cuenta de que el reloj despertador está de vuelta con el firme objetivo de desbancar al celular en su tarea de levantarnos de la cama.
"Estoy tratando de usar lo menos posible el celular -cuenta Marcelo de 42 años-. Incluso me bajé una aplicación para medir cuánto uso el celular por día para llevar un control y tomar conciencia de cuánto tiempo ocupa. Pero creo que el verdadero disparador fue descubrir que lo primero que hacía a la mañana, después de apagar la alarma, era agarrar el celular y meterme en WhatsApp, leer las noticias, chusmear Facebook y Twitter. Y en frío diría que no quiero eso".
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Pero el destete del celular no siempre resulta tan inmediato como uno espera. "No le agarré la mano todavía al despertador y están ahí uno al lado del otro en la mesa de luz. No le descubrí aún la función de snooze y está funcionando como reloj por el momento. Pero si bien sigo usando el celular como alarma, al menos no lo consulto durante la noche para ver la hora. Es un paso. El definitivo será sacarlo de la mesa de luz y reemplazarlo definitivamente".
En el caso de Federico , de 39 años, fueron dos los motivos para sacarle roja al celular y volver al reloj despertador: "Yo no soporto que durante la noche se prenda y apaguen las luces, que me entren notificaciones o empiece a sonar, y a mi mujer le preocupa el tema de las ondas' que emite el aparato. La realidad es que no sabemos en un 100% qué tipo de daños puede generar la emanación de ondas permanentes a las que estamos expuestos. Pero cuando podemos evitarlo, en casa tratamos de hacerlo. Por eso primero expulsamos a ese integrante tan entrometido del cuarto, como es el celular, y a la noche en casa apagamos el Wi-Fi", dice Federico y agrega: "Tampoco me gusta despertarme con el celular cuando estoy de viaje: pido que me llamen desde la recepción al teléfono de la habitación".
S. A. R. 

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