martes, 19 de enero de 2021

ESTRENOS TEATRALES


Cartas de amor y Jauría, dos puestas en cartel, con registros muy distintos, y que buscan interpelar a los espectadores


Libro: A.R.Gurne y. dirección: Arturo Puig y Selva Alemán. elenco: Arturo Puig y Selva Alemán. vestuario: Pablo Battaglia. luces: Mariano Franco. producción general: Javier Faroni. duración: 90 minutos. funciones: los jueves y los viernes, a las 21; los sábados, a las 20.30, y los domingos, a las 20, en el Multiteatro Comafi, Corrientes 1283.
Cartas de amor es una comedia romántica que fue concebida originalmente para ser leída en escena, casi sin ensayos, y sin física. Lo que en su momento pudo haber sido un escollo o una limitación, ahora resulta una fórmula ideal en tiempos de protocolos y pandemia.
La obra se centra en la correspondencia epistolar entre Melissa Gardner y Andrew Makepeace Ladd III, dos exponentes de la clase alta norteamericana de mediados del siglo XX, a través de la cual se cuentan sus esperanzas, sueños, victorias y fracasos a lo largo de cincuenta años. Y lo que comienza como un escarceo entre amigos de la primaria deviene en un amor apasionado, que no siempre encuentra un cauce natural para desarrollarse. Sus personalidades se atraen pero también se rechazan. Ella es rebelde e inconstante; él, conservador y ambicioso. La historia tiene un sino trágico, pero rescata las emociones más genuinas que existen entre los dos e invita a la reflexión.
A diferencia de otras versiones de la obra, donde se lucía la actriz y el actor cumplía casi un rol de acompañante, en la recién estrenada ambos intérpretes comparten proporcionalmente el peso de las escenas y brillan por igual. Posiblemente esto se deba no solo a los reconocidos recursos dramáticos de Arturo Puig y Selva Alemán sino al hecho de que también se ocupan de la dirección del espectáculo. La pareja no pasa por alto ninguna sutileza del texto y saca partido de cada uno de los silencios, humoradas y lamentos que anidan en esta historia de corazones rotos.


G.LL.

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Jauría: austera puesta de "teatro documental" sobre el juicio a la Manada
Vanesa González brilla como la víctima y la fiscal en Jauría, que recobra las actas judiciales sobre el juicio por violación de una joven de 18 años por parte de un grupo de amigos que conmovió a España en 2016 Crédito: Jacaranda Fossatti Gimenez/Prensa Jauría

Jauría. Libro: Jordi Casanovas. Versión: Juan Ignacio Fernández. Elenco: Vanesa González, Martín Slipak, Gustavo Pardi, Gastón Cocchiarale, Lucas Crespi y Julián Ponce Campos. Voz en off: Sebastián Blutrach. Iluminación: Gonzalo Córdova. Escenografía: Rodrigo González Garillo. Vestuario: Betiana Temkin. Dirección: Nelson Valente. Sala: Picadero, Enrique Santos Discépolo 1857). Funciones: los jueves, viernes y sábados, a las 20. Duración: 70 minutos.
Como "teatro documental" se define Jauría. Primer gesto: una voz en off (la de Sebastián Blutrach, productor de la sala) aclara que la obra del catalán Jordi Casanovas está basada en un hecho real y las palabras pertenecen íntegramente a lo declarado en el juicio a los cinco integrantes de "la Manada", declarados culpables de violación a una joven de 18 años durante la fiesta de San Fermín, en Pamplona, en 2016, quienes luego fueron liberados.
La puesta del director Nelson Valente es austera y estática, apoyada más en el texto que en el movimiento de los actores. Unas sillas cercanas al público, el lugar donde declaran víctima y victimarios, iluminados con una lamparita desde abajo, luz supina de efecto entre desolador y amenazante. Detrás, cubículos que juegan como el afuera del juicio, celdas o el palier del edificio donde tuvo lugar el abuso. No hay ninguna acción física: lo explícito está en el relato. Sabemos lo que pasó no porque lo veamos sino porque es repetido y respondido durante el proceso judicial que sí deja visible y expuesta la revictimización. Por momentos, la premisa de sostener el documento judicial resta fluidez pero los intérpretes defienden sus personajes con mucho compromiso.
El impacto reside en que la actriz Vanesa González permanece casi inmutable -en "estado de shock", repite-, soportando el embate de preguntas sin subrayar emociones ante la violencia de los agresores y de abogados, ambos roles en manos de los cinco actores (González también es la fiscal). Con un tema movilizador, la intención del Picadero es realizar debates posfunción como, en 2008, se hicieron con Gorda, de Neil Labute, en la Plaza.

L. G.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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