Massa presiona a los gobernadores peronistas para que apoyen su campaña
Sospecha que acompañaron débilmente su candidatura en las primarias; preparan una reunión
Gabriela Origlia
CÓRDOBA.– Los gobernadores peronistas están en la mira del candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa. Antes de viajar a Washington, el ministro de Economía habló con varios y tiene previstas nuevas reuniones para los próximos días. Quiere que se “involucren” más en la campaña a octubre. Las presiones no parecen haber surtido efecto; de un recorrido de por diferentes la nacion provincias, la percepción es que los mandatarios siguen concentrados en lo suyo y pasaron la última semana monitoreando cómo evoluciona la situación tras los robos y saqueos en diferentes puntos del país. Sí prometen ponerse a trabajar.
En los próximos días, según pudo reconstruir habría una reunión del candidato con todos los gobernadores peronistas y una foto general que, además de “mostrar” unidad, apunta a generar una suerte de presión pública.
Massa ya les planteó a los peronistas Raúl Jalil (Catamarca); Juan Manzur (Tucumán), Gustavo Sáenz (Salta), Sergio Uñac (San Juan), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Raúl Quintela (La Rioja) y al aliado Oscar Herrera Ahuad (Misiones) que deben salir a la cancha con más fuerza y que no hay espacio para “relajarse”. Estuvo con ellos después de la devaluación del 18% concretada el 14 de agosto, así que también escuchó las “dificultades” de hacer campaña con más inflación y pobreza.
Después de esos encuentros, Herrera Ahuad y Sáenz fueron los únicos que salieron públicamente a apuntalar al candidato. El misionero pidió “destacar más la fortaleza que tenemos” y el salteño insistió ante sus comprovincianos en que les “conviene” que Massa sea presidente.
El último viernes, en un acto en Córdoba –donde en las PASO Massa logró el 8,6% de los votos–, sumó por videoconferencia a mandatarios de provincias a las que beneficiará la obra del gasoducto que lanzó. Todos peronistas: estuvieron Sáenz, el santiagueño Gerardo Zamora, Manzur y Quintela, además del vicegobernador jujeño, Carlos Haquim, socio de Massa en el gobierno del radical Gerardo Morales.
“Hay que seguir para adelante con todo –dijo Manzur en ese acto, donde hubo una fuerte presencia de trabajadores de la Uocra–. No le aflojes querido Sergio, que todos vamos a estar a la par tuya”. Dos semanas antes de las primarias, en Tucumán, el gobernador le había dicho: “El peronismo tucumano te va a ayudar y acompañar y te quiere ver como presidente de los argentinos”. Javier Milei se impuso por tres puntos en ese distrito.
En rigor, Milei se impuso en 15 de las 16 provincias que ya habían definido el destino de sus gobernadores. Esto es, donde los mandatarios ya se habían jugado su propia suerte adelantando las elecciones generales o las PASO. Además de Tucumán, el libertario obtuvo la primera posición en las provincias oficialistas de Salta, Santa Fe, San Luis, La Rioja, San Juan, La Pampa, Chubut y Tierra del Fuego. También triunfó en Neuquén, Misiones y Río Negro, aliadas de la Casa Rosada, y en las opositoras Jujuy, Córdoba y Mendoza. A esas 15 victorias sumó el triunfo en Santa Cruz, cuyas elecciones a gobernador se realizaron junto a las PASO nacionales. La única provincia peronista que adelantó sus comicios pero tuvo a Massa como el más votado el 13 de agosto fue Formosa, liderada por Gildo Insfrán.
Las fuentes provinciales consultadas enfatizaron que en la campaña hacia octubre hay que tratar de convencer a los peronistas que esta vez “no acompañaron”. “Hay electores nuestros que esta vez le
El candidato sostiene que no hay espacio para “relajarse”
Los mandatarios provinciales advierten sobre el efecto de la crisis sacaron el cuerpo al voto nacional; la situación económica es muy compleja y la gente diferencia”, comenta un legislador nacional norteño que está convencido de que ese es el electorado que se debe buscar para llegar al ballottage. En el acto en Córdoba, Massa pareció haber tomado nota de esos comentarios, porque elogió al gobernador cordobés Juan Schiaretti, mencionó que quería sentarse con su sucesor, Martín Llaryora en diciembre, y agradeció al radical Morales. Habló de un “gobierno de unidad nacional” si llega a la Rosada.
En La Pampa, donde el gobernador Sergio Ziliotto dijo el lunes siguiente a las primarias que las elecciones del 13 de agosto habían sido un partido “amistoso” y que el próximo es “entrar al ballottage”, aseguran que los dirigentes peronistas ya empezaron a “recorrer” la provincia con el eje en que “lo que está en juego son dos países”, como señaló el mandatario. Desde La Rioja sostienen que Quintela “nunca dejó” de apoyar a Massa y que el voto de las PASO que le permitió a Milei imponerse en la provincia fue “por bronca”. En la última semana, el gobernador se mostró con funcionarios nacionales, adjudicó viviendas y siguió enfatizando la política de “promoción industrial” que desarrolla.
En los últimos días los hechos de violencia y saqueos que hubo en distintas provincias “alteraron” el ambiente para hacer campaña.
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La Iglesia pide diálogo y toma distancia de los candidatos
Milei genera rechazo por su agresividad; Massa no recompuso su relación con el Papa; a Bullrich la ven como “un mal menor”
Mariano de VediaEl obispo García Cuerva
A pesar de su firme rechazo a la legalización del aborto y a la ideología de género que impulsan las Naciones Unidas en la Agenda 2030, la figura de Javier Milei está mal vista por la mayoría de los obispos, confiaron a fuentes eclesiásticas. la nacion
La percepción es que la Iglesia se quedó sin candidatos. Sergio Massa, al frente de la propuesta de Unión por la Patria, sigue arrastrando desconfianza en los creyentes fieles al papa Francisco, pese a que transcurrieron ya 15 años de la maniobra urdida por el entonces jefe de Gabinete de Cristina Kirchner para desplazar al cardenal Jorge Bergoglio y lograr que el Vaticano lo designara en algún organismo en Roma, para evitar sus incómodas homilías en la Catedral porteña. Hoy Bergoglio está en Roma, pero es el Papa y no olvida esa jugada. Nunca se recompuso la relación.
Más allá de esa anécdota, lo que más preocupa es el crecimiento de la pobreza y de la inflación, que se consolida como el signo más visible y preocupante de la herencia del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
En la interna de Juntos por el Cambio existía en la Iglesia una mayor sintonía con Horacio Rodríguez Larreta. Pero el resultado de las PASO cambió el escenario y la candidatura presidencial de Patricia Bullrich, que no tiene lazos muy arraigados con la Iglesia, podría presentarse como “el mal menor” para determinados sectores católicos, admitieron fuentes eclesiásticas consultadas por la nacion.
Pese a esa percepción, en octubre de 2018 la entonces ministra de Seguridad tomó distancia de Francisco y de la Iglesia al cuestionar una misa celebrada frente a la Basílica de Luján con una fuerte presencia de dirigentes sindicales y de agrupaciones peronistas. “Es hora de que la Argentina tenga un Estado laico de verdad”, sentenció Bullrich ese día.
Una de las características que alejan a Milei del voto católico es el perfil populista y el carácter mesiánico de su figura. “En su afán de diferenciarse de sus opositores y de mostrarse como alternativa, los populistas tienden a acentuar la división y la polarización en la sociedad. A veces, hasta el punto del enfrentamiento físico y el conflicto civil interno”, describió el fraile dominico Nelson Medina, doctor en Teología Fundamental, en el sitio católico ACIprensa.
Otras voces añadieron que el lenguaje agresivo y sin matices cierra los caminos al diálogo y al consenso, sin los cuales será más difícil la salida de la crisis. Al respecto, tras las recientes PASO, que mostraron una campaña de excesivos enfrentamientos y escasas propuestas, el Episcopado, que preside el obispo Oscar Ojea, expresó en una declaración conjunta con otras confesiones religiosas e instituciones civiles la preocupación por “la falta alarmante de diálogo entre las diferentes corrientes políticas y de estas con la sociedad”.
“No hay país posible sin diálogo. Tampoco hay diálogo con insultos, gritos y descalificaciones del que piensa distinto. El mundo entero existe por el mérito de aquel que modera sus palabras en el momento de una disidencia”, añadieron los credos, al incluir una cita del Talmud.
“La jerarquía de la Iglesia está aturdida y desconcertada. El huracán Milei constituye un desafío. Los jóvenes, los pobres, muchos católicos lo votan y el mensaje evangélico llega con otras claves, no las que predican Francisco y los pastores locales”, reflexionó una fuente consultada por la nacion.
La candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza, Victoria Villarruel, mantiene diálogo con sectores católicos, pero ubicados en posiciones extremas en el campo ideológico, afines a posiciones conservadoras, según explicaron fuentes eclesiásticas a este diario.
El 15 de agosto pasado, festividad de la Virgen y 48 horas después de las elecciones primarias, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, compartió una misa en la Plaza Constitución con vecinos del barrio y centenares de usuarios del ferrocarril y los animó a combatir la desesperanza. “A partir del resultado de las PASO, hay algunos mensajes que asustan. Yo quiero que los derechos sociales suban y sean cada vez más. Algunos quieren que bajen y que tengamos menos derechos. Pidamos a la Virgen con fuerza por nuestra Argentina”, dijo, en un mensaje que se interpretó como una crítica a las propuestas libertarias extremas.
El caso de Massa conduce al archivo. En julio de 2008 llevaba menos de una semana como jefe de Gabinete, en reemplazo de Alberto Fernández –tras la derrota del gobierno de Cristina Kirchner en su enfrentamiento con el campo por la resolución 125–, y le encomendó a su asesor Jorge O’Reilly, un empresario de su confianza dedicado a desarrollos inmobiliarios, con el que se había relacionado en Tigre, la misión de superar los enfrentamientos con la Iglesia. No encontraron mejor plan que intentar una gestión con la Secretaría de Estado del Vaticano para conseguir el traslado del arzobispo de Buenos Aires a un organismo de la Santa Sede.
La intención era gestionar el nombramiento de un nuevo arzobispo de Buenos Aires y acallar las críticas del molesto cardenal Bergoglio. Las miradas de Massa y O’Reilly apuntaron al entonces obispo Oscar Sarlinga, aunque otras fuentes aludían al entonces rector de la Universidad Católica Argentina, Alfredo Zecca, designado luego arzobispo de Tucumán y fallecido en 2022. Sectores del propio gobierno kirchnerista, ubicados en las antípodas ideológicas del empresario que rodeaba a Massa, admitieron que el intento existió, pero que rápidamente funcionaron las antenas de alerta para lograr que el operativo se frustrara. El Papa nunca recibió a Massa.
A pesar de su firme rechazo a la legalización del aborto y a la ideología de género que impulsan las Naciones Unidas en la Agenda 2030, la figura de Javier Milei está mal vista por la mayoría de los obispos, confiaron a fuentes eclesiásticas. la nacion
La percepción es que la Iglesia se quedó sin candidatos. Sergio Massa, al frente de la propuesta de Unión por la Patria, sigue arrastrando desconfianza en los creyentes fieles al papa Francisco, pese a que transcurrieron ya 15 años de la maniobra urdida por el entonces jefe de Gabinete de Cristina Kirchner para desplazar al cardenal Jorge Bergoglio y lograr que el Vaticano lo designara en algún organismo en Roma, para evitar sus incómodas homilías en la Catedral porteña. Hoy Bergoglio está en Roma, pero es el Papa y no olvida esa jugada. Nunca se recompuso la relación.
Más allá de esa anécdota, lo que más preocupa es el crecimiento de la pobreza y de la inflación, que se consolida como el signo más visible y preocupante de la herencia del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
En la interna de Juntos por el Cambio existía en la Iglesia una mayor sintonía con Horacio Rodríguez Larreta. Pero el resultado de las PASO cambió el escenario y la candidatura presidencial de Patricia Bullrich, que no tiene lazos muy arraigados con la Iglesia, podría presentarse como “el mal menor” para determinados sectores católicos, admitieron fuentes eclesiásticas consultadas por la nacion.
Pese a esa percepción, en octubre de 2018 la entonces ministra de Seguridad tomó distancia de Francisco y de la Iglesia al cuestionar una misa celebrada frente a la Basílica de Luján con una fuerte presencia de dirigentes sindicales y de agrupaciones peronistas. “Es hora de que la Argentina tenga un Estado laico de verdad”, sentenció Bullrich ese día.
Una de las características que alejan a Milei del voto católico es el perfil populista y el carácter mesiánico de su figura. “En su afán de diferenciarse de sus opositores y de mostrarse como alternativa, los populistas tienden a acentuar la división y la polarización en la sociedad. A veces, hasta el punto del enfrentamiento físico y el conflicto civil interno”, describió el fraile dominico Nelson Medina, doctor en Teología Fundamental, en el sitio católico ACIprensa.
Otras voces añadieron que el lenguaje agresivo y sin matices cierra los caminos al diálogo y al consenso, sin los cuales será más difícil la salida de la crisis. Al respecto, tras las recientes PASO, que mostraron una campaña de excesivos enfrentamientos y escasas propuestas, el Episcopado, que preside el obispo Oscar Ojea, expresó en una declaración conjunta con otras confesiones religiosas e instituciones civiles la preocupación por “la falta alarmante de diálogo entre las diferentes corrientes políticas y de estas con la sociedad”.
“No hay país posible sin diálogo. Tampoco hay diálogo con insultos, gritos y descalificaciones del que piensa distinto. El mundo entero existe por el mérito de aquel que modera sus palabras en el momento de una disidencia”, añadieron los credos, al incluir una cita del Talmud.
“La jerarquía de la Iglesia está aturdida y desconcertada. El huracán Milei constituye un desafío. Los jóvenes, los pobres, muchos católicos lo votan y el mensaje evangélico llega con otras claves, no las que predican Francisco y los pastores locales”, reflexionó una fuente consultada por la nacion.
La candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza, Victoria Villarruel, mantiene diálogo con sectores católicos, pero ubicados en posiciones extremas en el campo ideológico, afines a posiciones conservadoras, según explicaron fuentes eclesiásticas a este diario.
El 15 de agosto pasado, festividad de la Virgen y 48 horas después de las elecciones primarias, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, compartió una misa en la Plaza Constitución con vecinos del barrio y centenares de usuarios del ferrocarril y los animó a combatir la desesperanza. “A partir del resultado de las PASO, hay algunos mensajes que asustan. Yo quiero que los derechos sociales suban y sean cada vez más. Algunos quieren que bajen y que tengamos menos derechos. Pidamos a la Virgen con fuerza por nuestra Argentina”, dijo, en un mensaje que se interpretó como una crítica a las propuestas libertarias extremas.
El caso de Massa conduce al archivo. En julio de 2008 llevaba menos de una semana como jefe de Gabinete, en reemplazo de Alberto Fernández –tras la derrota del gobierno de Cristina Kirchner en su enfrentamiento con el campo por la resolución 125–, y le encomendó a su asesor Jorge O’Reilly, un empresario de su confianza dedicado a desarrollos inmobiliarios, con el que se había relacionado en Tigre, la misión de superar los enfrentamientos con la Iglesia. No encontraron mejor plan que intentar una gestión con la Secretaría de Estado del Vaticano para conseguir el traslado del arzobispo de Buenos Aires a un organismo de la Santa Sede.
La intención era gestionar el nombramiento de un nuevo arzobispo de Buenos Aires y acallar las críticas del molesto cardenal Bergoglio. Las miradas de Massa y O’Reilly apuntaron al entonces obispo Oscar Sarlinga, aunque otras fuentes aludían al entonces rector de la Universidad Católica Argentina, Alfredo Zecca, designado luego arzobispo de Tucumán y fallecido en 2022. Sectores del propio gobierno kirchnerista, ubicados en las antípodas ideológicas del empresario que rodeaba a Massa, admitieron que el intento existió, pero que rápidamente funcionaron las antenas de alerta para lograr que el operativo se frustrara. El Papa nunca recibió a Massa.
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